Una lluvia de teorías conspirativas inunda el Vaticano
Tras el falso anuncio de un tumor, crecen las versiones de complots contra el Papa
ROMA.– Ayer, el día después del revuelo por la falsa noticia de un tumor cerebral que padecería el Papa –desmentida categórica y reiteradamente por el Vaticano–, los diarios italianos derramaron ríos de tinta sobre "la sombra" de conspiraciones, complots, confabulaciones y tramas ocultas que acechan a Francisco.
Los medios y varios cardenales relacionaron la versión de la visita secreta del Papa a una clínica de Pisa para ver a un experto japonés en tumores cerebrales –publicada por el grupo de Bologna Quotidiano Nazionale-Il Resto del Carlino-La Nazione– con la serie de episodios que en las últimas semanas sacudió al Vaticano en pleno sínodo de obispos, una cita crucial para el pontificado reformador de Francisco, que tiene una creciente oposición conservadora.
Tal fue el revuelo sobre los supuestos complots, que hasta el cardenal Walter Kasper, figura del ala más liberal del sínodo y cercano a Jorge Bergoglio, denunció en la prensa italiana "un burdo intento de condicionar la labor de la asamblea. Pero no lo conseguirán. Nadie logrará manipular al Papa".
En vísperas de la asamblea, de hecho, tuvo lugar la clamorosa "salida del armario" del alto prelado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Krzysztof Charamsa, que ahora vive felizmente con su novio catalán en Barcelona y que anteayer fue suspendido del sacerdocio.
Una semana más tarde, se filtró una carta que 13 cardenales conservadores le entregaron el primer día del sínodo al Papa en la que cuestionaron la nueva metodología de la asamblea y lo acusaron de querer "predeterminar" su resultado. La existencia de esa carta explica por qué, al segundo día de la reunión -que culmina este fin de semana-, el Papa sorprendió al recordar que nadie ponía en duda la doctrina tradicional sobre el matrimonio y al pedir que no se cayera en "teorías conspirativas".
Fue un llamado que, como muchos se esperaban, cayó en saco roto vista la aparición de la denominada "bufala" ("bolazo") anteayer sobre el tumor benigno del Papa en el cerebro, una noticia desmentida hasta por Takanori Fukushima, el médico japonés de renombre que había sido implicado.
Como se informó, el mismo L'Osservatore Romano, diario de la Santa Sede, destacó que el momento elegido para lanzar semejante falsedad revelaba "el intento manipulatorio" de la publicación. Tras semejante afirmación del diario del Vaticano, la mayoría de los periódicos italianos siguieron esa interpretación de que se trataba de una "trampa" o "conspiración" contra el Papa.
El Corriere della Sera no dudó en denunciar una "operación" que "podría haber sido pensada en el subsuelo más turbio del Vaticano para deslegitimar a Francisco", aunque también en "ámbitos externos a la Iglesia" que le son hostiles.
En sintonía se manifestó el diario La Repubblica, que hasta mencionó "un complot diabólico para atacar al Papa", según monseñor Gianfranco Girotti, y aseguró: "Se refuerza la sospecha de que detrás de los ataques puedan estar las jerarquías".
"Ésta es una suerte de estrategia apocalíptica -también presente en las Escrituras- para desacreditar a quien tiene el poder: hablar mal de él, difundir noticias absolutamente falsas, de modo que más personas empiecen a pensar que hace falta un recambio", dijo a La Repubblica el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina, cercano al Papa. "Pero es un juego conocido y por este motivo no creo que Francisco se vaya a dejar impresionar", agregó.
Preguntado sobre si pensaba que el Papa tiene enemigos, Fernández, miembro de la comisión para el documento final del sínodo, y que ayudó al entonces arzobispo Bergoglio a redactar el documento de la conferencia de Aparecida, Brasil, en 2007, contestó: "Pienso que hay personas a las que no les cae bien este pontificado. Quizás el éxito que Francisco tuvo en Estados Unidos no haya caído bien y a alguien le preocupe. Y este alguien no puede hacer otra cosa que intentar debilitar a la figura del Papa, su persona".
Muchos analistas evocaron el denominado "Vatileaks", el escándalo por filtraciones de documentos reservados por parte de "cuervos" (topos) anónimos que sacudió el último tramo del pontificado de Benedicto XVI.
"Los mismos cuervos que hicieron caer a Benedicto XVI ahora quieren ir por Francisco", dijo a LA NACION un veterano vaticanista italiano radial. Otra fuente del Vaticano, alarmada, confió a LA NACION que pensaba que se trataba tan sólo del comienzo de una campaña en su contra que dará más sobresaltos.
Alejados de estos venenos, a puertas cerradas, en tanto, los 270 padres sinodales recibieron ayer por la tarde un primer borrador del documento final, que integró algunos de los 1300 "modos" (enmiendas presentadas a lo largo de las tres semanas de debates sobre el Instrumentum Laboris por los grupos lingüísticos).
Según adelantó en la conferencia de prensa cotidiana el cardenal indio Oswald Gracias, que forma parte de la comisión de redacción de tal informe y es miembro del grupo de nueve consultores del Papa, el borrador tiene unos 100 párrafos. Éste será debatido hoy por los obispos, que podrán proponer nuevos cambios. Una vez reelaborado, el documento final -de carácter consultivo- será leído en el aula mañana por la mañana y por la tarde votado párrafo por párrafo y luego globalmente.
Significativamente, el cardenal Gracias bajó cualquier expectativa en cuanto a aperturas en el tema de la comunión a los divorciados vueltos a casar, que dividió a conservadores y progresistas. "Es un texto moderado, el punto es que sea aceptable para todos", dijo. "Tiene direcciones generales, guías pastorales, no toca la doctrina -precisó-, pero no tendrá respuestas a las situaciones difíciles de las familias."
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