Una histórica huelga de los residentes médicos en Inglaterra complica el año electoral de Sunak
El paro más largo de la historia de la sanidad pública británica, de seis días, coincide con el aumento de infecciones respiratorias y supone la anulación de miles de turnos; impacto para los planes del primer ministro
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LONDRES.- La sanidad pública británica vio agravado su prolongado deterioro con casi un año de huelgas del personal de salud que pusieron contra las cuerdas al gobierno conservador. Los médicos residentes de Inglaterra, unos 75.000 que suponen casi la mitad de la masa laboral del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), comenzaron este miércoles una nueva huelga. La convocatoria abarca seis días, hasta las 7 (hora local) del 9 de enero.
Si no se llega a un acuerdo antes, al final de ese período los residentes habrán acumulado 34 días de paro desde que comenzaron las movilizaciones hace diez meses. En total, el sector convocó diez huelgas en menos de un año. La actual supone la más larga en los tres cuartos de siglo de historia del NHS.
Rishi Sunak, el primer ministro inglés, afronta el comienzo de un complicado año electoral sin haber sido capaz de enderezar los tres grandes desafíos que él mismo estableció como prioritarios al inicio de su mandato. El deterioro del NHS, que arrastra ya un año de huelgas discontinuas de su personal, es un asunto especialmente sensible para los británicos, que siempre han considerado a su sanidad pública la joya de la corona.
En los últimos meses, cerca de 1,2 millones de citas y operaciones han tenido que ser anuladas o retrasadas, como consecuencia de las sucesivas huelgas de enfermeros, conductores de ambulancia, médicos especialistas o profesionales de atención primaria.
“Los seis días consecutivos de huelga tienen lugar durante uno de los períodos más intensos en la sanidad pública”, denunció el director nacional de la NHS de Inglaterra, Stephen Powis. “No solamente tendrán un impacto significativo sobre todas aquellas consultas ya planificadas, sino que se solapan con una serie de presiones estacionales como el incremento de la gripe, Covid, o las bajas por enfermedad del personal sanitario”, señaló Powis.
El paro anterior de los residentes, que tuvo lugar entre el 20 y el 23 de diciembre, incluyó la cancelación y establecimiento de nuevas citas para más de 8400 pacientes, así como la reprogramación de más de 1300 intervenciones. El diario The Times cifró en 200.000 el número de consultas que se verán afectadas por este nuevo movimiento.
“La moral entre el personal sanitario está en sus niveles históricos más bajos. Quince años consecutivos de erosión salarial se traducen en un recorte de más del 26% en términos reales, y en una fuerza laboral infravalorada y explotada que debe asumir la carga del deterioro de la sanidad durante estos años de gobiernos conservadores”, aseguraron en un documento público los doctores Robert Laurenson y Vivek Trivedi, copresidentes de la Comisión para Médicos Residentes de la Asociación Británica de Medicina (BMA).
La Asociación Británica de Médicos (BMA, por sus siglas en inglés) reclama la recuperación, en términos reales, de los salarios de los médicos residentes a los niveles de 2008. En la práctica, supondría una subida de sueldo de un 35% aproximadamente. El pasado abril, el colectivo obtuvo una subida de casi el 9%, y el Gobierno de Sunak puso sobre la mesa la oferta de un 3% adicional. Según el gobierno británico, un residente gana alrededor de 32.000 libras (40.640 dólares) en su primer año de prácticas.
Flexibilidad
Tanto la ministra de Sanidad, Victoria Atkins, como los representantes de los médicos, dieron en las últimas horas muestras de flexibilidad. Ambas partes son conscientes del daño que puede suponer la huelga para su prestigio de cara a la ciudadanía. El Gobierno podría aumentar su oferta, y la BMA dejó en claro que el incremento reclamado del 35% puede fraccionarse en subidas consecutivas a lo largo de los próximos años.
El año pasado, los médicos y el personal de enfermería del NHS cerraron un período prolongado de protestas y paros después de alcanzar una subida salarial del 5%, que se añadió al 9% generalizado que el Gobierno de Sunak ya había concedido a todo el personal sanitario. Los residentes de Escocia —que gestiona de modo autónomo su sanidad— obtuvieron el compromiso del gobierno regional de una subida del 1,4% para el año actual, añadida a un incremento del 4,5% logrado antes.
“No habrá más médicos” si el gobierno no acepta aumentar los salarios, afirmó este miércoles Hamish Bain, un médico de 30 años, que formaba parte de un piquete de huelga delante del hospital Saint-Thomas, en el centro de Londres. El joven doctor añadió que varios de sus colegas habían emigrado a Australia y Estados Unidos por los bajos salarios.
La BMA había acordado con el NHS un sistema de derogaciones para que los médicos regresen a trabajar en caso de urgencias. El miércoles, el primer día de la huelga, los hospitales presentaron 20 solicitudes para que los médicos regresen a trabajar, pero ninguno de los pedidos fue aceptado.
La política sanitaria es una competencia transferida a las administraciones de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, mientras que el gobierno británico tiene bajo su tutela a Inglaterra. En Gales, los residentes tienen anunciado un paro de 72 horas a partir del 15 de enero, mientras que los profesionales de Irlanda del Norte también votaron a favor de una posible huelga.
“Enero es la época de mayor actividad del año para el NHS, por lo que estas huelgas tendrán un enorme impacto en nuestro sistema de salud”, criticó el miércoles la ministra de Sanidad, Victoria Atkins. El gobierno británico expresó el martes su disposición para seguir negociando. “Estamos dispuestos a mantener más conversaciones, pero obviamente lo primero que debemos hacer es dejar de hacer huelga”, dijo un portavoz del primer ministro británico, Rishi Sunak
Sunak, cuya reelección a fin de año está cada vez más en duda, según todas las encuestas, prometió el pasado enero recortar las listas de espera de los hospitales públicos. Había entonces 7,2 millones de intervenciones y tratamientos programados. Un año después, con decenas de huelgas de por medio por parte del personal sanitario, se sumaron al menos medio millón más de intervenciones agendadas y en espera.
La oposición laborista, consciente de que necesita cierta dosis de humildad y realismo ante un problema crónico, se comprometió a atender a todos esos millones de pacientes a lo largo de los cinco años de su primer mandato, si obtiene la victoria electoral y accede al gobierno. El cumplimiento de esa promesa supondría realizar 40.000 intervenciones semanales.
Rafa de Miguel
El País, SL
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