Una historia que conmueve a Italia: el soldado de EE.UU. que tras 76 años se reencontró con tres chicos que había salvado
ROMA.- En medio de deprimentes noticias de pandemia, muertos, restricciones, toques de queda, cierres, crisis, un rayo de luz. En lo que algunos bautizaron como un "milagro de Navidad", irrumpió hoy en las tapas de varios diarios italianos y en los noticieros la emotiva historia del soldado "americano" Martin. Un exmilitar estadounidense que, después de 76 años, tuvo el deseo de reencontrar a esos tres chicos que salvó durante la Segunda Guerra Mundial del nazifascismo. Una misión que logró cumplir, y que emocionó a Italia.
La foto en blanco y negro de Martin Adler, soldado simple de la División de Infantería 85 de los Aliados, sonriente, junto a los tres hermanitos Naldi –Bruno ( 6), Giuliana (5) y Mafalda (3)- había sido tomada en octubre de 1944 en Villa Cassano, una localidad de los Apeninos cercana a la ciudad de Bolonia, en el centro norte de Italia.
Oriundo del Bronx, pero hoy residente en Boca Ratón, Florida, de 96 años, Adler guardaba celosamente esa foto en blanco y negro, único recuerdo grato de la guerra que combatió muy joven, con apenas 20 años. Una guerra que le hizo cruzar el Atlántico, lo llevó a estar en la trinchera de la llamada Línea Gótica y que lo llevó a conocer la barbarie del nazismo. Muy cerca de esas colina donde encontró a esos tres niñitos, pocos días antes las S.S. cometieron una de sus peores matanzas, la de la localidad de Marzabotto.
En ese otoño de hace 76 años, cuando se combatía casa por casa en esos bosques de los Apeninos, junto a un compañero, Martin irrumpió en una casona con su metralleta Thompson lista para disparar. Entonces, en medio del silencio y la tensión, oyeron un ruido, por lo que estaban por apretar el gatillo. Pero una voz gritó: "¡bambini! ¡bambini!" (niños). Segundos después, las cabezas de tres chiquitos, Bruno, Giuliana y Mafalda, aparecieron desde una enorme canasta donde se habían escondido junto a su mamá.
"Fue el único momento de alegría en medio del infierno", aseguró al diario La Repubblica Adler, que nunca olvidó esos niños de la foto, con quienes compartió unos días de humanidad y a quienes mimó y deleitó con tabletas de esa cosa marrón llamada "chocolate", desconocida entonces en la península.
Muchos años después, aunque desconocía su nombre y paradero, el soldado Martin se empeñó en reecontrar a esos niños. Con la ayuda de su hija Rachel y del escritor italiano, Matteo Incerti y gracias a las redes sociales, con esa foto en blanco y negro lanzó una campaña para buscarlos, que finalmente tuvo éxito. Y fue así que el domingo pasado pudo lograrse el "miracolo" de un rencuentro a través de una videollamada entre los tres hermanitos de la foto, ya mayores y el soldado americano que los liberó de los alemanes.
"¡En el día de Santa Lucía se cumple el sueño del soldado Martin", relató en Facebook Incerti, que fue testigo de un reencuentro muy emotivo, marcado por recuerdos muy vivos. "¡Bambini! ¡Bambini", exultó desde su casa de Florida el anciano exmilitar, pronunciando una de las pocas palabras en italiano que le quedó impresa y la misma utilizada por Rosa, la mamá de los tres hermanitos Naldi, en ese primer encuentro allá lejos y hace tiempo. "¿Vuoi cioccolata?" (¿Quieres chocolate?), fue otra frase.
Incerti, escritor que dese hace años se ocupa de temas relacionados con la Segunda Guerra Mundial y esa zona de la región Emilia Romagna, fue quien difundió la imagen en blanco y negro en cuestión, a la caza de los niños de la foto. Con el correr de los días la foto se volvió viral en las redes. Y el círculo se cerró cuando una de las hermanas Baldi vio esa imagen en el celular de su hija, hace unos días."¡Esta soy yo!", exclamó, según contó su hermano Bruno a La Stampa.
"La verdad es que no recuerdo el momento en que se sacó esa foto, pero sí de los soldados que daban vueltas en nuestra casa... Eran tiempos difíciles y los americanos entonces nos dieron un montón de chocolate, caramelos, de todo. Para nosotros había llegado la América", evocó Bruno, jubilado de 83 años que trabajó como agricultor y obrero metalúrgico. Bruno recordó los camiones de los aliados, las tiendas de campaña, las granadas que pasaban sobre sus cabeza varias veces por día y que Adler les hizo conocer también el yogur de coco.
"Ciao Martin", lo saludaron, pasándose el teléfono, los hermanos Baldi, en una videollamada donde hubo lágrimas, que desnudó rostros marcados por el tiempo, muy distintos a los de la foto en blanco y negro. "Los americanos eran tan simpáticos, nos levantaban en brazos y nos mimaban", recordó Mafalda. "Mafalda occhi belli" (Mafalda ojos lindos), dijo Martin, aún galán y determinado. "Quiero vivir hasta los 100 años así cuando termine la pandemia podré viajar a Italia para conocerlos personalmente", les prometió.
Fue como una fábula, destacó Incerti en Facebook. "Una fábula de la vida nacida en la oscuridad de la guerra, que todos necesitamos en estos momentos oscuros de nuestro tiempo para encontrar calor humano y amor".
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