Una furia dividida entre las ofensivas de Washington y la injerencia de Teherán
WASHINGTON.- Hace meses que Irak está sumida en una ola de feroces protestas impulsadas por la frustrante disfuncionalidad de la economía iraquí, la corrupción y la penetrante influencia de una potencia extranjera: Irán.
Después llegó el ataque con cohetes en el que murió un contratista norteamericano en Irak, el contraataque aéreo de Estados Unidos contra las milicias iraquíes apoyadas por Irán, y entonces la furia de los iraquíes se volvió hacia Estados Unidos, que culminó con la irrupción de anteayer en la embajada norteamericana en Bagdad.
Si en su mejor momento las relaciones entre Irán, Irak y Estados Unidos son complicadas, en este momento son aún más ríspidas.
¿Qué pasó en los últimos días?
El viernes fueron disparados más de 30 cohetes contra una base militar iraquí cerca de Kirkuk, en el norte del país, donde murió un contratista civil norteamericano. Estados Unidos acusó del ataque a las milicias de Kataib Hezbollah, apoyadas por Irán. Donald Trump culpó a Irán del ataque. Durante el fin de semana, las fuerzas norteamericanas bombardearon a Kataib Hezbollah, matando a 24 de sus miembros.
Hace mucho que Estados Unidos e Irán están enfrentados -por la influencia en Irak, por el programa nuclear en Irán y otros temas-, y esas tensiones escalaron durante el gobierno de Trump, que se retiró del acuerdo nuclear de 2015 e impuso sanciones económicas al gobierno de Teherán. Pero los bombardeos norteamericanos llegan en un momento especialmente explosivo en Irak, donde la indignación por la injerencia extranjera ya era intensa. El primer ministro Adel Abdul Mahdi calificó los ataques aéreos como una violación a la soberanía iraquí.
El martes, los manifestantes ingresaron al inmenso complejo de la embajada de Estados Unidos en Bagdad. Trump acusó a los iraníes de "orquestar" la irrupción.
Muchos de esos manifestantes pertenecían a Kataib Hezbollah y a otras milicias apoyadas por Irán. Mientras que Irán mantiene una fuerte influencia sobre Irak, últimamente también ha sido blanco de la furia, a veces incluso violenta, de los manifestantes iraquíes.
¿Por qué es tan volátil la situación en Irak?
En octubre, el desempleo, la corrupción y el calamitoso estado de los servicios públicos detonaron una ola de enormes y a veces violentas protestas en todo Irak. El gobierno se debatió en busca de una solución durante tres meses, alternando represión con promesas de reforma.
Según la ONU, en las protestas murieron más de 500 personas y resultaron heridas más de 19.000.
Muchos manifestantes vinculan la influencia iraní con la corrupción en el seno del gobierno y de las milicias chiitas.
En noviembre, los manifestantes incendiaron el consulado iraní en Najaf y durante semanas, grupos de manifestantes acamparon en el exterior de la fuertemente custodiada Zona Verde de Bagdad, sede del Parlamento y de las oficinas de Mahdi. Desde entonces, el gobierno de Irak está en el limbo, sin lograr elegir a su sucesor.
¿Cuál es el vínculo de Irán con las milicias iraquíes?
Tras años de competir con Estados Unidos por la injerencia en Irak, Irán se ha manifestado como una fuerza decidida y potente en la vida iraquí. Irán ejerce una poderosa influencia en el gobierno, los negocios y la religión iraquíes. Los partidos políticos con vinculaciones con Irán han cobrado una fortaleza significativa en el Parlamento, sobre todo desde el retiro de las fuerzas militares norteamericanas en 2009. Y cuando Estado Islámico (EI) invadió Irak en 2014, Irán colaboró en la formación de milicias chiitas para combatirlo, lo que les hizo ganar peso dentro de la seguridad iraquí.
A medida que esas milicias y Estados Unidos fueron expulsando a EI del territorio que controlaba en Irak, las milicias ganaron influencia. Controlan poderosas facciones en el Parlamento y las fuerzas armadas, y algunas se han convertido en grupos cuasi mafiosos que recurren a la extorsión para aprovecharse de los iraquíes.
Algunos incluso han atacado bases iraquíes donde hay estacionadas tropas norteamericanas. El clérigo populista Muqtada al-Sadr, quien ha reclamado que Estados Unidos e Irán salgan de Irak, urgió a las milicias a cesar con "toda acción irresponsable".
Kataib Hezbollah tiene estrechos vínculos con Irán, pero muchos iraquíes la consideran una milicia iraquí. Está separada del movimiento de Hezbollah en el Líbano. Para el Departamento de Estado norteamericano, ambas son organizaciones terroristas.
Traducción Jaime Arrambide
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