Una etapa imprevisible ante cualquier factor
RÍO DE JANEIRO.- La situación es absolutamente inestable, y el atentado contra Jair Bolsonaro puede tener derivaciones de lo más diversas. Cuando falta un mes para las elecciones, el tiempo en Brasil está en estado líquido. La situación del candidato del Partido Social Liberal (PSL) antes de llegar a Juiz de Fora era la del favorito para los comicios, sin contar con Luiz Inacio Lula da Silva, pero sus niveles de rechazo venían creciendo y en segunda vuelta perdía frente a Ciro Gomes, Marina Silva y Geraldo Alckmin. Ahora, todo dependerá de los próximos movimientos de cada uno de los actores.
Mañana, Datafolha revelará las primeras reacciones del electorado después del atentado. El sondeo tiene el enorme valor de una instantánea. Pasado mañana, el PT anunciará la composición de su fórmula. El candidato oficial a vicepresidente, Fernando Haddad, se mostró dispuesto a ser vice de Lula, pero de ningún otro.
La decisión de la mayoría de los equipos de campaña de suspender sus actividades fue importante para evitar los exabruptos. Como reveló un sondeo de Ibope, el número de indecisos es muy elevado. En un cuadro así, cualquier factor produce efectos inciertos, que profundizan la situación de imprevisibilidad.
Según la encuesta de Ibope, parte de los votantes de Lula se dispersó fragmentariamente, ya sea para volcarse por Gomes, por Haddad o incluso Bolsonaro. La migración de electores nunca fue tan grande ni tan determinante como en esta elección. En un escenario de ballottage, Bolsonaro perdería frente a Gomes, Silva y Alckmin, pero el porcentaje de los que votarían en blanco o nulo, y el de los que no supieron qué contestar, suma 23% en un ballottage Bolsonaro-Gomes o Bolsonaro-Silva, y un 27% si el adversario de Bolsonaro fuera Alckmin o Haddad.
Mientras tanto, la campaña de Bolsonaro seguirá sin su presencia. Sus representantes oscilan entre dos tonos: desde el "ahora es guerra declarada", de Gustavo Bebianno, presidente del Partido Social Liberal (PSL), hasta las declaraciones más amenas del general Hamilton Mourão. En el video donde aparece tras el atentado, Bolsonaro mezcló en su discurso a Dios, la patria y la familia. La incógnita es cómo reaccionarán los votantes a esas apelaciones.
Según la encuesta de Ibope, en septiembre el rechazo a Bolsonaro había subido al 44%, frente al 37% de agosto. En intención de voto, Bolsonaro oscila entre el 20 y el 22%, pero el porcentaje de gente que piensa que ganará creció del 27 al 38%.
Para el sociólogo Zygmunt Bauman, vivimos una era de incertidumbre y falta de referencias, una época de relaciones líquidas, volátiles, que se escurren entre nuestros dedos. En estos tiempos líquidos, con un candidato hospitalizado y otro dirigiendo la campaña desde la cárcel, nunca fue tan cierto el latiguillo de que "puede pasar cualquier cosa".
La migración de votos puede favorecer a cualquiera de los candidatos. Incluso muchos electores que ya tenían decidido su voto pueden migrar, sin responder a los compartimentos estancos de la política tradicional, como izquierda, derecha o centro. Por todo eso, estamos definitivamente frente a unas elecciones líquidas.
Traducción de Jaime Arrambide