Una deficiencia pulmonar no le impide sostener un alto ritmo de trabajo
Cuando tenía 21 años sufrió la extirpación de la parte superior del pulmón derecho; a veces lo aqueja una lumbalgia
Habla bajo y pausado, camina lento y se mueve con parsimonia. La aparente fragilidad física del cardenal Jorge Mario Bergoglio está contrarrestada por un ritmo intenso de trabajo que, en quince años al frente de la Arquidiócesis de Buenos Aires, interrumpió muy pocas veces por algún inconveniente de su salud, de la que prefiere no hablar.
Las únicas dos dolencias que se le conocen son una deficiencia pulmonar que arrastra desde hace 55 años y una lumbalgia que cada tanto le produce alguna molestia.
Se cree, erróneamente, que tiene un solo pulmón y, por eso, "habla bajito", dicen muchos que creen conocer su historia. Pero no es así. Sólo le fue extirpada una parte de un pulmón.
En noviembre de 2007 una repentina inflamación del nervio ciático le impidió subir a un avión que lo traería de regreso desde Roma. El entonces arzobispo de Buenos Aires había viajado a la Santa Sede para participar del consistorio convocado por su antecesor Benedicto XVI para crear nuevos cardenales.
Debido a las molestias no pudo asistir a las celebraciones previstas y debió postergar por varios días el viaje. Ese retraso en sus actividades lo privó también de presidir en la Catedral metropolitana la ordenación episcopal de monseñor César Fernández, obispo auxiliar de Paraná.
Al difundirse la noticia se publicaron artículos que hablaban de "un grave estado de salud del cardenal Bergoglio". A partir de esas informaciones, el Arzobispado porteño difundió un comunicado en el que hizo las siguientes precisiones: "Ante versiones periodísticas que informan sobre un serio problema de salud del señor cardenal Jorge Mario Bergoglio, esta Oficina de Prensa aclara: el señor cardenal Jorge Mario Bergoglio se ve aquejado por un cuadro de inflamación del nervio ciático, lo que le retrasó su regreso al país por consejo médico. Cualquier otra información referida al estado de salud del señor cardenal Jorge Mario Bergoglio, es exclusiva responsabilidad del medio que la difunda".
"Imitando a Jesús"
Según se relata en el libro El jesuita , de los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubín, Bergoglio sufrió a los 21 años una grave pulmonía y, en ese momento, se le extirpó la parte superior del pulmón derecho.
"Desde entonces, sobrelleva una deficiencia pulmonar que, si bien no lo condiciona severamente, le marca un límite humano", escribieron los periodistas.
"Quisimos preguntarle pero no quería hablar de su salud. Sólo nos contó lo que ponemos en el libro sobre el tema de la pulmonía", recordó Ambrogetti ayer al ser consultada por LA NACION.
Fueron tres días terribles en los que se debatió entre la vida y la muerte. En un momento en que volaba de fiebre, Jorge Bergoglio, que tenía por entonces veintiún años, abrazó a su madre y le preguntó desesperado: "Decime qué me pasa", dice en una parte del tercer capítulo de El jesuita .
Ese texto afirma que la madre del nuevo papa no sabía qué responder porque los médicos estaban desconcertados, hasta que finalmente le diagnosticaron una pulmonía grave y se le detectaron tres quistes. De ahí es que debió ser sometido a la extirpación de la parte superior del pulmón derecho.
De esos días Bergoglio conservó para siempre las palabras que le dijo una religiosa, la hermana Dolores, que lo había preparado para tomar la Primera Comunión. "Me dijo algo que me quedó grabado y que me dio mucha paz: «Lo estás imitando a Jesús»", contó Bergoglio durante las entrevistas para ese libro.
En voz baja
Entre las organizaciones católicas argentinas que acostumbraban recibir la visita del cardenal, para celebrar una misa o dar una charla, había una cuestión de logística que no podía quedar librada al azar: el equipo de audio.
Su estilo para hablar es siempre sereno y firme a la vez y en voz baja. Son contadas las oportunidades en las que se escuchó a Bergoglio levantar la voz durante sus disertaciones. Quizá sólo lo hizo las veces que denunció la explotación sexual de los niños, el abandono de los ancianos y la pobreza.
Esta característica en su forma de expresarse se complementa con una oratoria cuidada e inteligente. Y a ella se suma una imagen física que para quienes no lo conocen puede parecer tímida, circunspecta y hasta algo introvertida. Sin embargo, lo que podría ser considerado una debilidad es, en su caso, una fortaleza.
Son quizás esos rasgos los que atraen y emocionan a quienes lo escuchan y lo siguen.
LA QUINIELA, ENTRE EL AZAR Y EL VATICINIO
¿Vaticinio o coincidencia? Algunas horas antes de que los cardenales eligieran papa a Jorge Bergoglio, en el Vaticano, en la jugada matutina de la Quiniela Nacional salió a la cabeza el 8235, los últimos cuatro números de su carnet de socio de San Lorenzo de Almagro, el club de fútbol de sus amores. El carnet de socio activo simple de Bergoglio es el 88.235.
El sorteo nocturno nacional sorprendió con el 40, el cura en la jerga quinielera. Y en la jugada bonaerense el número fue el 88, el Papa. Seguramente los apostadores más "cabuleros" habrán aprovechado su experiencia para tentar a la suerte.
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