Una “coalición de halcones” encabezada por Benjamin Netanyahu asume el gobierno en Israel
El líder derechista jura este jueves por sexta vez como primer ministro; su gabinete despertó temores en las fuerzas armadas y en Estados Unidos
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Luego de 18 meses alejado del poder, el derechista Benjamin Netanyahu volverá a jurar este jueves por sexta vez como primer ministro encabezando una agrupación de partidos ubicada tan a la extrema derecha del espectro político que el hombre que lideró por más tiempo el gobierno en la historia de Israel pasará a ser el “moderado” dentro de la coalición.
El nuevo gobierno despertó temores no solo en Estados Unidos, el aliado histórico que ya advirtió contra eventuales medidas que socaven las esperanzas de un Estado palestino independiente, hasta de un sector tradicionalmente conservador, las fuerzas armadas israelíes, luego que más de un millar de militares retirados firmaron este lunes una carta en la que denunciaron que la nueva coalición amenaza el futuro del país.
Tras la caída de la coalición de centro que gobernaba desde junio del año pasado, el partido Likud de Netanyahu se ubicó en el primer lugar en las elecciones parlamentarias anticipadas del 1 de noviembre y recibió mandato de formar gobierno del presidente Isaac Herzog. Según el sistema israelí, la coalición gobernante debe tener mayoría propia en el parlamento, Knesset, de 120 bancas. El Likud, que obtuvo 32 escaños en los comicios, se alió entonces con Sionismo Religioso-Poder Judío (24), Shas (11) y Judaísmo Unido de la Torah (7), con lo que sumó 64 bancas.
Así Netanyahu logró abrirse camino para volver al cargo un año y medio después de su derrota electoral y con causas de corrupción abiertas por sobornos, abuso de confianza y fraude, cargos que él niega.
Pero la alianza que formó implica la distribución de cargos ministeriales a líderes que sostienen posiciones controversiales no solo respecto de la cuestión palestina, sino de los derechos LGBTIQ+, la diáspora judía y los asentamientos en zonas palestinas, y la administración de justicia y de los sitios religiosos islámicos en Jerusalén.
La coalición publicó este miércoles un acuerdo firmado por todos su partidos con el programa de gobierno, en el que, entre otras cuestiones, afirma que la expansión de la colonización de los territorios palestinos de Cisjordania, algo ilegal según el derecho internacional, será una de sus prioridades. El programa también incluye un proyecto para cambiar las leyes de discriminación del país que según uno de los partidos de la coalición serviría para que dueños de comercio puedan negarse a prestar servicios a miembros de la comunidad LGBTIQ+.
“Esta coalición de ‘halcones’ llega con una agenda muy dura, lo que puede tener consecuencias muy serias para Israel”, comentó a LA NACION vía telefónica el profesor Arie Kacowicz, de la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Así Israel, que históricamente se identificó como un Estado judío y democrático, se transformaría en un Estado mucho más judío pero mucho menos liberal y democrático”, agregó Kacowicz.
Personajes incendiarios
La coalición de Netanyahu está llena de personajes incendiarios -algunos incluso con prontuario y condenas-, provenientes de las alas ultraortodoxas y de extrema derecha de Israel, incluidas varias figuras que hasta hace poco eran rechazadas por la mayoría de los israelíes, pero a las que el primer ministro entrante tuvo que acudir para poder formar gobierno (e intentar esquivar sus propios cargos de corrupción).
La lista de nuevos ministros controversiales está encabezada por Bezalel Smotrich, líder de Sionismo Religioso, quien ha sido acusado por las fuerzas de seguridad israelíes en el pasado de planear ataques violentos contra los palestinos.
“Smotrich asumirá la cartera de Economía y además un cargo ministerial recién creado por Netanyahu para supervisar los asentamientos judíos en Cisjordania ocupada, una medida que conducirá a una “anexión de facto” de esos territorios”, explicó Kacowicz. Smotrich es además abiertamente homófobo y llamó a la marcha del orgullo gay como el “desfile del bestialismo”.
Otro nuevo miembro de la coalición es Itamar Ben Gvir, de Poder Judío, que será ministro de Seguridad Nacional, con autoridad sobre la policía y la gendarmería en los Territorios Ocupados. “Su cartera tendrá el control sobre el área del Templo en Jerusalén -que incluye los sitios sagrados islámicos- que es probablemente el área más neurálgica de todo Medio Oriente, sitio donde estallaron los dos últimos levantamientos palestinos (Intifada)”, señaló Kacowicz.
El tercer hombre controversial del nuevo gobierno es Aryeh Deri, un político muy hábil que lidera el partido Shas, y que asumiría el cargo de ministro de Interior y Salud Pública. Deri fue condenado por fraude fiscal y cumplió 22 meses de prisión en 2002, lo que le impediría ocupar un puesto en el ministerio, a menos que Netanyahu pueda aprobar una ley que le permita asumir el cargo.
Deri enfrenta el rechazo de la diáspora con su propuesta de poner límites a la “ley del retorno” que permite obtener la residencia a todos los judíos. Y también quiere reformar el sistema judicial para reducir su autonomía.
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