Una batalla que el ineficaz ejército iraquí difícilmente pueda ganar
BAGDAD
Mientras las fuerzas armadas de Irak intentan reagruparse en las afueras de Bagdad tras dos semanas de retirada, para los funcionarios occidentales cada vez queda más claro que el ejército seguirá sufriendo bajas en su lucha contra los militantes sunnitas y que en lo inmediato no podrá recuperar el terreno cedido.
En recientes afirmaciones, funcionarios occidentales y expertos militares señalaron que cerca de una cuarta parte del ejército de Irak está compuesta de "combatientes ineficaces", que la fuerza aérea es minúscula, la moral de las tropas está baja y sus altos mandos están sumidos en la corrupción.
Algunas naciones evalúan su apoyo a una acción militar en Irak, donde la situación se sigue deteriorando, pero su decisión dependerá de las cualidades de la fuerzas iraquíes, que a pesar de años de entrenamiento por parte de Estados Unidos demostraron estar mucho más deterioradas de lo esperado.
Incluso ahora los combatientes del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) siguen consolidando metódicamente sus territorios ganados, extendiendo su control a las ciudades del valle del Éufrates, asegurando las rutas de acceso entre sus bases en Siria y el frente de batalla en Irak y presionando a otros grupos sunnitas para que se unan al combate.
Al mismo tiempo, los esfuerzos por persuadir al gobierno de Irak de ser más inclusivo con los sunnitas y así contrapesar la actitud intimidatoria y coercitiva de los extremistas están dando poco resultado. El gobierno del primer ministro Nouri al-Maliki optó por recurrir a decenas de miles de soldados y voluntarios chiitas, a quienes los sunnitas ven como una amenaza, y hasta el momento ignoró a los sunnitas árabes y a los kurdos.
El panorama general que surge es el de un país, Irak, cuyas fronteras no son más que líneas en un mapa. El Norte y el Oeste ya son un enclave de refugio para los extremistas sunnitas, que lograron con bastante éxito borrar la frontera entre sus territorios en Siria e Irak. El sábado, el EIIL tomó Al-Qaim, un punto de control fronterizo, asegurándose de ese modo el paso libre de grandes cantidades de armamento y hombres desde Siria hacia Irak.
Con la flamante expansión de Kurdistán en el Norte, bajo control del gobierno quedan Bagdad y el sur del país. "Por ahora sólo estamos en posición de proteger lo que quedó de nuestro territorio", dijo un comandante del ejército iraquí en Diyala, donde se enfrentan con combatientes del EIIL y otros grupos sunnitas. "Nuestros soldados están realmente desalentados", dijo el comandante, que pidió no ser identificado.
A pesar del rápido avance de los militantes hasta ahora, la mayoría de los funcionarios norteamericanos no creen que Bagdad vaya a caer. Pero varios de los otros peores escenarios posibles ya se confirmaron, como la caída de la segunda ciudad del país, Mosul, y la captura de varios pasos fronterizos con Siria.
"En este momento, el EIIL lleva las de ganar", dijo un funcionario occidental, que pidió anonimato para poder hablar de asuntos de inteligencia. "El grupo crece sin parar."
Frente a eso, algunos expertos ya consideran derrotado al ejército iraquí, un pesado contrapunto a las esperanzas y afirmaciones de los entrenadores militares norteamericanos cuando Estados Unidos se retiró de Irak, en 2011. Michael Knights, del Instituto de Políticas de Medio Oriente, escribió que hay 60 de los 243 batallones de combate iraquíes "de los que no hay registros, y cuyo equipamiento se perdió".
Los funcionarios de Estados Unidos dijeron haber evaluado que cinco de las 14 divisiones del ejército iraquí eran de "combatientes ineficaces", incluidas dos de las que fueron derrotadas en Mosul. Los sobrevivientes de las unidades derrotadas y los soldados que estaban de licencia cuando comenzó la ofensiva del EIIL fueron enviados a la base militar de Taji, al norte de Bagdad, para redistribuirlos en nuevas unidades. Pero los funcionarios y expertos subrayan que será un proceso que llevará algún tiempo. "Redistribuir y rearmar a estas unidades será una tarea titánica", dijo Knights.
Para los oficiales del ejército iraquí, la situación es desesperante: están mal equipados y enfrentan a un enemigo para el que, según dicen, no están entrenados para combatir. "Nos falta información de inteligencia, no tenemos cobertura por aire, y enfrentamos a grupos bien entrenados con experiencia en guerra urbana, que se mueve velozmente entre ciudades y aldeas", dijo un comandante en Salahuddin.
"Los nuevos voluntarios llegan en grandes cantidades, pero carecen de entrenamiento, mientras que el EIIL es menos numeroso, pero muy bien entrenado", dijo. "Tenemos que traer a verdaderos soldados. Los combatientes del EIIL no temen morir."
Los funcionarios occidentales dicen que el EIIL es un enemigo mucho más duro que Al-Qaeda, al que los militares de Estados Unidos combatieron en Irak entre 2004 y 2009. Todos acuerdan en que a pesar de lo reducido de su número están bien equipados, entrenados y financiados. Con una fuerza estimada de 10.000 combatientes, el EIIL fue capaz de tomar arsenales y de planear pequeñas misiones ofensivas que, sumadas a una campaña de propaganda, demostraron ser sumamente eficaces.
Traducción de Jaime Arrambide
Alisa J. Rubin y Michael R. Gordon
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