Una banda de rusos y uruguayos que hacía documentos truchos: cómo es la causa por la que detuvieron al jefe de la custodia de Lacalle Pou
La fiscal a cargo del caso pedirá hoy a la Justicia la formalización de la investigación a Alejandro Astesiano por los delitos de suposición de estado civil y asociación para delinquir
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MONTEVIDEO.- El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, volvió este domingo de una breve licencia en el exterior y se encontró con un problema grave. No tuvo ni tiempo de aterrizar, porque ya en el aeropuerto de Carrasco se enteró que en la residencia presidencial lo esperaba el director de Inteligencia de la Policía para llevarse detenido a Alejandro Astesiano, el jefe de su custodia, quien estaba con él en ese momento y lo había acompañado durante sus días de descanso.
Lacalle se enteraría pocos minutos después, al llegar a la residencia de Suárez y Reyes, que Astesiano iba a ser detenido por estar implicado, presuntamente, en una trama delictiva por la que se falsificaba documentación para facilitar pasaportes uruguayos a rusos. Sin embargo, la polémica sobre este hombre ya estaba instalada desde al menos 2020, cuando se había hecho público su legajo policial. En agosto de aquel año se difundió que el jefe de la custodia presidencial poseía un legajo con más de 20 anotaciones.
Ante este dato, el Ministerio del Interior se había fijado en sus registros para confirmar o descartar si Astesiano tenía o no antecedentes penales y encontró que, técnicamente, no los tenía, según informaron a El País fuentes del gobierno.
Lo que sí confirmó la cartera de seguridad era que, en efecto, Astesiano tenía más de 20 anotaciones -por hurto, estafa, y apropiación indebida entre 2003 y 2018-, tal como consta en el Sistema de Gestión de Seguridad Pública de la Secretaría de Estado. Y así fue comunicado a Presidencia por el entonces ministro del Interior, el fallecido Jorge Larrañaga.
Quién es y de qué se lo acusa
¿Quién es, en verdad, Alejandro Andrés Astesiano Severgnini? Entre otras cosas, un expolicía que se ganó la confianza de la familia Lacalle en 1999, y que por entonces “manejaba el auto” a Sergio Abreu, según contó ayer el presidente.
“Si ustedes se sorprendieron con la noticia, imagínese quien habla, cuando estos últimos cinco días estaba afuera con mis hijos y con la persona que ayer fue detenida”, dijo ayer Lacalle en referencia a su jefe de seguridad, Alejandro Astesiano, quien acompañó al mandatario en las vacaciones que se tomó la semana pasada.
Ahora bien, ¿de qué se trata el caso por el que Astesiano y otros dos están detenidos y a disposición de la Fiscalía? Se trata de una investigación compleja y de larga data, según dijo ayer la fiscal del caso, Gabriela Fossati.
El “embrión” de esta indagatoria comenzó en 2019 sobre unas supuestas falsificaciones de certificaciones de identificaciones. La investigación fue cerrada dos años más tarde sin personas formalizadas. Pero el caso quedó “en carpeta”.
Desde México llegó una información a la Fiscalía sobre nuevos casos de falsificaciones de documentos, lo cual generó esta investigación.
Al ver la complejidad de la trama, el caso recayó en la Dirección Nacional de Inteligencia, una unidad especializada en delitos complejos.
El viernes 23, a instancias de la fiscal Fossati, fueron judicializadas tres personas: un ciudadano uruguayo y dos rusos. A los rusos se le aplicó el artículo 222 del Código de Proceso Penal (medidas limitativas para coartar la libertad física de los imputados). Al día siguiente, sábado 24, a instancias de la fiscal Fossati, la Justicia formalizó la investigación para otros dos individuos: un escribano uruguayo y otro ciudadano ruso.
La fiscal Fossati, considerada una de las más duras del sistema y con amplia experiencia en delitos complejos, pedirá hoy a la Justicia la formalización de la investigación a Astesiano por los delitos de suposición de estado civil (crear un estado civil falso) y asociación para delinquir. “Se hicieron allanamientos y se incautaron celulares”, dijo Fossati ayer en rueda de prensa.
Los contenidos de los teléfonos celulares brindaron información a la Fiscalía sobre la operativa de la organización conformada por rusos y uruguayos. Cada uno de ellos cumplía distintos roles, según dijo Fossati.
Una banda
Durante la investigación, Fossati obtuvo pruebas sobre las distintas modalidades delictivas del grupo: realizaban adulteraciones de documentos públicos -sobre todo partidas de nacimiento- para elaborar pasaportes o obtener la ciudadanía uruguaya. También se fraguaba documentos en idioma ruso.
¿Por qué la Fiscalía pretende imputar a los involucrados los delitos de suposición de estado civil y asociación para delinquir? “Ellos tenían un vínculo entre sí, un acuerdo, tenían un reparto de roles”, expresó.
Consultada sobre si Astesiano tenía un nexo con Presidencia para realizar dichas maniobras, Fossati respondió: “Nada hay que vincule a una institución pública”.
En relación al número de falsificaciones, la fiscal aclaró que se está en una etapa de investigación: “tenían varias modalidades. Son decenas, cientos o pueden ser miles” de casos.
En aquellas situaciones donde se otorgaba la ciudadanía a rusos, la organización utilizaba nombres de fallecidos.
Según supo El País, los precios que cobraba la banda de falsificadores dependía del tipo de documento y de su complejidad. En algunos casos, percibían una cifra inferior a US$200 y en otros casos una suma superior a los US$500. Como el volumen de falsificaciones fue elevado, obtuvieron grandes ganancias.
Por J. Silva y E. Barreneche
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