Una apuesta riesgosa: el Papa se manifestó dispuesto a visitar Corea del Norte
ROMA.- El papa Francisco se manifestó hoy dispuesto a viajar a Corea del Norte después de que le llegue una invitación oficial de parte del país comunista, durante una reunión de 35 minutos que tuvo con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in. En este encuentro, tal como se había anticipado, este le transmitió al Papa una invitación verbal a visitar Pyongyang de parte del dictador Kim Jong-un .
"El Papa dijo ‘daré sin dudas una respuesta cuando llegue una invitación oficial y puedo ir’", dijo el vocero de Moon a la agencia surcoreana Yonhap. Moon le preguntó al Papa si tenía que decirle a Kim que enviara una delegación oficial para invitarlo, siempre según Yonhap y Francisco le contestó que si bien alcanzaba con la invitación verbal realizada, también sería apropiada una invitación formal.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de Francisco, que también se reunió más tarde con Moon, confirmó esta versión, al admitir, preguntado por los periodistas, que existe "la disponibilidad del papa Francisco de ir a Corea del Norte". Aunque subrayó que aún no hay fechas para un posible viaje y que se trató de "un primer contacto", porque una visita del Papa a Corea del Norte requiere de "una serie preparación y una seria consideración". "Aún no estamos trabajando para una visita, habrá que esperar un poco a que se formalice. Ha sido un primer approach", aseguró, intentando bajar las expectativas por un viaje que se convertiría en algo histórico y un nuevo éxito diplomático de Jorge Bergoglio.
Nunca un pontífice visitó Corea del Norte, uno de los países más cerrados y aislados del mundo, que no mantiene relaciones con la Santa Sede y donde casi no hay católicos, ya que no existe libertad religiosa. Pero un viaje ante impensado comenzó a vislumbrarse como una posibilidad el 10 de octubre pasado, cuando trascendió que en la última cumbre entre Moon y Kim se habló de una invitación y el líder norcoerano hizo saber que le daría al Papa "una cálida bienvenida en Pyongyang".
En un comunicado que difundió después de la reunión entre el Papa y Moon, el Vaticano, como siempre muy diplomático y cauteloso, no mencionó la invitación verbal que Moon le hizo de parte de Kim. "Durante los cordiales coloquios se ha expresado gran aprecio por el esfuerzo común de favorecer toda iniciativa útil que consienta superar las tensiones que existen todavía en la península de Corea, para abrir una nueva estación de paz y desarrollo", indicó.
En la parte pública de su encuentro con el Papa, Moon, que es católico, no ocultó su admiración por él.
"Usted no es sólo el jefe de la Iglesia Católica, usted es también un maestro de la humanidad", le dijo al Papa al despedirse. "Trabaje por la paz", le contestó Francisco.
A la hora del intercambio de regalos, que tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico, Moon le obsequió al Papa una escultura en bajorrelieve de un artista coreano que representa el rostro de Jesús. "Estos son los sufrimientos del pueblo coreano", dijo, al señalar la corona de espinas de la obra. Además, le donó una estatua de mármol de la Virgen, con un rostro "típico de mujer coreana". Moon, que le contó al Papa que leyó dos de sus libros (La economía mata y Carta a Mateo), a su turno recibió del Pontífice un medallón con una rama de olivo, que significó su "deseo de paz en la península de Corea", su Mensaje para la Paz de este año, sus documentos y una pintura de 1700 con la imagen de la Basílica de San Pedro.
Francisco viajó a Corea del Sur, donde existe una ferviente minoría católica, en agosto de 2014, en un viaje en el que más de una vez pidió por la paz y la reconciliación de la península, dividida desde 1950 en dos: el Norte bajo un férreo régimen dictatorial comunista, al principio bajo influencia de la Unión Soviética y hoy de China, cerrado al mundo; y el Sur, donde se desarrolló una democracia de tipo occidental.
Desde ese viaje a Corea del Sur, hace cuatro años, la situación política, siempre al rojo vivo por la amenaza nuclear norcoreana, ha cambiado dramáticamente. Con el impulso de Moon, Kim tuvo una histórica cumbre con el presidente estadounidense, Donald Trump , en junio pasado, en Singapur. El cuestionado dictador también se comprometió a desnuclearizar la península y tuvo al menos tres encuentros con su par del Sur, alguien evidentemente decidido a seguir adelante en el camino de la reconciliación, como demostró al participar ayer en una misa por "la paz en la península coreana" que celebró Parolin en la Basílica de San Pedro.
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