Un terremoto volvió a sacudir al Himalaya: 277 muertos
El sismo de 7°5 en la escala Richter estremeció zonas montañosas de Afganistán y Paquistán; advierten que las víctimas podrían ser más
KABUL.- El Himalaya volvió a rugir ayer, cuando un terremoto de 7°5 en la escala Richter sacudió la provincia de Badakshan, en Afganistán, y se sintió también en Paquistán, lo que provocó por lo menos 277 muertos y más de 1000 heridos en los dos países.
Con las comunicaciones cortadas en gran parte de la zona montañosa del norte de Afganistán, las autoridades avisaron que esperaban que el número creciera cuando se supiera el alcance real de la catástrofe.
"Algunas redes móviles están caídas y todavía estamos tratando de averiguar cómo contactar con las provincias con las que no hemos podido establecer contacto hasta ahora", dijo el jefe de gobierno afgano, Abdullah Abdullah, que reconoció un "gran número de víctimas en el peor terremoto en décadas".
El epicentro del sismo se situó en la provincia de Badakshan, 254 kilómetros al nordeste de la capital, Kabul. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, tuvo una magnitud de 7°5 en la escala Richter y fue a una profundidad de 212 kilómetros.
Hasta el momento, 63 personas habrían muerto en Afganistán y 214 en Paquistán, que también registró más de 1100 heridos.
El movimiento tuvo lugar seis meses después de que otro terremoto en la cordillera del Himalaya, esa vez en Nepal, provocó la muerte de unas 9000 personas en abril pasado.
En tanto, los paquistaníes recordaron el catastrófico terremoto de 2005, de magnitud 7°6, que causó más de 80.000 muertos y dejó 3,5 millones de personas en la calle.
"Fue terrible, pensamos que sería otra tragedia igual", dijo Dil Mohamed, profesor en la ciudad de Mansehra. "Fue terrible. Me recordó a 2005", señaló una mujer de Islamabad, capital de Paquistán, que tuvo que abandonar su casa. Mohamad Rehamn, habitante de Peshawar (Norte), dijo: "Nunca sentí un terremoto tan fuerte en mi vida".
Uno de los episodios más trágicos se dio en la provincia de Tajar, en el noroeste de Afganistán. En una escuela los estudiantes sintieron el sismo en medio de las clases y entraron en pánico, lo que provocó una estampida. Hubo 12 estudiantes muertas y 35 heridas. "Cayeron bajo los pies de otros estudiantes", dijo Abdul Razaq Zinda, director provincial de la Agencia Nacional de Manejo de Desastres afgana.
Los terremotos en Afganistán son usuales, ya que la montaña Hindu Kush está en la falla entre las placas tectónicas india y euroasiática. Ahora, tras el terremoto de ayer, muchas personas están atemorizadas por posibles réplicas y las autoridades pidieron a la población que permanecieran en lugares al aire libre, lo que presenta también un peligro por las bajas temperaturas que se registran de noche.
En diferentes regiones de los dos países hubo derrumbes de casas y edificios. Especialmente se registraron daños en casas de adobe en las Áreas Tribales de Administración Federal (FATA, por sus siglas en inglés), una región semiautónoma en la frontera entre Afganistán y Paquistán, habitada por el pueblo pashtun y muy cerca del epicentro.
Además de estos países, el temblor se sintió también en China, India y Tadjikistán.
Abdeel Ahmed, un joven de 27 años que viajaba en ómnibus por la ruta más importante que conecta Paquistán con China, dijo que durante el trayecto las piedras empezaron a caer de las montañas. "Escuchamos gritar a mujeres y chicos y vimos cómo huían de las casas en la otra parte del río", relató. Los 16 pasajeros del vehículo empezaron a rezar y recitar versos del Corán. "Todos estaban muertos de miedo. Por suerte nadie resultó herido", concluyó.
Amenaza
A las dificultades creadas por los cortes en la comunicación, el estado de los caminos y la posibilidad de réplicas, los socorristas y el personal del gobierno afgano también tendrán que lidiar con la amenaza de seguridad que representa la insurgencia talibana. Las formaciones montañosas y las múltiples fronteras en la provincia de Badakshan facilitan la acción de la insurgencia.
En 2001, el país fue invadido por una coalición internacional liderada por Estados Unidos que derrocó al gobierno talibán. Desde entonces, las nuevas autoridades afganas y la coalición intentan contener los remanentes del grupo aún activos en una zona montañosa y muy sísmica.
Agencias DPA, EFE, AFP y Reuters
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