Un respiro para Dilma: aconsejaron a la oposición no iniciar un juicio político
Un análisis jurídico encargado a un constitucionalista dijo que aún no es viable
RÍO DE JANEIRO.- Recalculando. Así se encuentra hoy la oposición brasileña frente a la posibilidad de iniciar un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff por su responsabilidad en el escándalo de corrupción de Petrobras, luego de que un análisis jurídico recomendó no avanzar por ahora con el pedido de impeachment en el Congreso.
Envalentonada por dos masivas olas de manifestaciones callejeras que en marzo y abril exigieron la salida de Rousseff por el descalabro en la compañía petrolera estatal, a fines del mes pasado, la principal fuerza opositora, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), había encomendado al reconocido constitucionalista Miguel Reale un estudio sobre la viabilidad del juicio político a la mandataria.
Sin embargo, Reale -ministro de Justicia durante el gobierno del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso- apuntó que aún no hay pruebas suficientes para llevar al banquillo de los acusados a la presidenta por el esquema de sobornos que se desarrolló en Petrobras.
"El ministro Reale admite que hay indicios cada vez más fuertes que pueden llevar al impeachment, pero ésa no es un agenda para ahora. Vamos a tomar providencias preliminares antes de actuar en relación con el impeachment", señaló el líder del PSDB, el senador Aécio Neves, quien fue el principal rival de Dilma en las elecciones de octubre último, cuando la mandataria ganó con el menor margen de la historia de Brasil.
Neves se reunió ayer con las otras fuerzas de la oposición que estaban esperando la conclusión jurídica: el Partido Popular Socialista, el Partido Socialista Brasileño, el Partido Social Cristiano, los Demócratas y representantes de Solidaridad. Se decidió que se aguardará a que la Operación Lava Jato, que investiga el escándalo de Petrobras, aporte nuevos datos que puedan inculpar a Dilma y mientras tanto se presentará una acción penal contra la presidenta por las maniobras fiscales usadas para cerrar las cuentas del gobierno federal durante su primer mandato (las llamadas "pedaladas fiscales").
"En este momento, ésa es la acción que une a las fuerzas de oposición. Nada impide que en el futuro, a partir de nuevas informaciones que lleguen, haya espacio para un pedido de impeachment. No va a tener respiro", aseguró Neves, quien enfrenta ciertas resistencias en el interior de su partido -principalmente del ex presidente Cardoso- en cuanto al camino a adoptar.
De cualquier modo, es poco probable que el proceso penal por las maniobras fiscales adoptadas durante el primer mandato de Rousseff (2010-2014) prospere; el procurador general de la república, Rodrigo Janot, ya advirtió que el Ejecutivo no puede ser enjuiciado por un crimen cometido antes de su actual mandato.
La decisión del bloque político opositor no fue bien recibida por las organizaciones civiles que en los últimos meses promovieron las protestas callejeras contra Rousseff. El Movimiento Brasil Libre (MBL) y el grupo Revoltados Online criticaron con dureza la postura de los socialdemócratas, y llamaron a una nueva manifestación a favor del juicio político para el próximo miércoles.
"El PSDB anunció que no va a adherir al impeachment, traicionando así los más de 50 millones de votos adquiridos en la última elección de los brasileños que apostaron en esta falsa oposición que continúa decepcionándonos todos los días", señaló el MBL en un comunicado.
"Neves está siendo un cobarde, cómplice de este gobierno federal corrupto", acusó por su parte Marcello Reis, de Revoltados Online.
Dentro del PSDB, el sector vinculado al ex presidente Cardoso cree que la mejor estrategia de la oposición debería ser dejar que el gobierno de Rousseff, perteneciente al Partido de los Trabajadores (PT), se desgaste solo y quede muy debilitado, primero para las elecciones municipales del próximo año y para las generales de 2018.
El temor de estos socialdemócratas es que aventurarse ahora con un pedido de impeachment no garantizaría la salida de la mandataria, podría dañar la imagen del PSDB y fortalecer al padrino político de Rousseff, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien sería de nuevo candidato en 2018.
Dilma rousseff
Presidenta brasileña
Dos masivas manifestaciones callejeras en marzo y abril pasados exigieron su salida por el escándalo de sobornos de Petrobras, que sacude al país en pleno declive económico