Un rebaño de ovejas descubrió una tumba de casi 150 años de antigüedad
Los animales estaban desmalezando un cementerio en Irlanda cuando dieron con el lugar, donde yacía una niña de dos años, fallecida en 1872
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Un grupo de ovejas descubrió en un cementerio antiguo del condado de Cork, en el sur de Irlanda, la tumba escondida de una niña de dos años de edad que falleció hace casi un siglo y medio, en 1872. El hecho, que suena como un suceso fortuito, no lo es.
Los animales estaban realizando, con la guía de seres humanos, una técnica llamada goatscaping. Esta consiste en llevar rebaños de ovinos o caprinos a los cementerios o a otros sitios para que se coman las hierbas y desmalecen la zona. De esta forma pueden dejar al descubierto el terreno y ayudar a los arqueólogos o pobladores a encontrar tumbas u otros tesoros ocultos.
Audrey Buckley, concejal del citado condado, había quedado sorprendida cuando descubrió esa técnica en una visita que realizó en el verano boreal de 2020 a Gales. Ella supo que usar cabras y ovejas para despejar los terrenos de los camposantos era bueno, además, porque los rebaños no dañaban las lápidas con su labor.
De este modo, la concejal, junto con voluntarios de la organización Save Our Steeple, llevaron un rebaño de ovejas a pastar al cementerio de Teemplebreedy, ubicado en los alrededores de la iglesia anglicana de San Mateo, un antiquísimo y semi destruido templo ubicado en el pueblo de Crosshaven.
El hallazgo de las ovejas
Así, el pasado 21 de julio, el sitio de Facebook oficial de esta organización anunciaba que las ovejas habían descubierto la tumba de una niña, llamada Marie Kate Russel, que había fallecido a la edad de dos años, el 7 de octubre de 1872.
La niña, según la información encontrada en la propia lápida, había vivido dos años, cinco meses y quince días, y la había sobrevivido su padre George Russel, ingeniero real, que estaba presente cuando falleció.
La concejal Buckley señaló a la cadena local RTE que había podido hallar a un sobrino nieto de la pequeña cuya tumba fue hallada. “El hombre había tratado de encontrar información sobre la pequeña y su familia y había planeado viajar desde el Reino Unido el año pasado, pero la pandemia de coronavirus se lo impidió. Está muy emocionado, agradecido y planea venir a visitarla en cuanto pueda”, señaló la concejal.
El trabajo de despejar los cementerios está realizado, además de por las ovejas, por un grupo de 12 voluntarios de la mencionada organización Save our Steeple, que no escatiman esfuerzos para lograr recuperar el cementerio y descubrir lápidas y tumbas perdidas.
Muchas de las tumbas están señaladas simplemente con pedazos de roca, porque, como la gente no podía pagarse lápidas de mármol u otro material, apelaban a pilas de canto rodado para marcar la ubicación del sitio de reposo de sus seres queridos. “Con esto podemos saber quién tenía dinero y quién no en este cementerio”, señala la concejal.
El cementerio se remonta al año 1788, así que todavía se supone que puede haber unas cuántas tumbas por descubrir. Además del lugar de descanso eterno de la pequeña Kate, las ovejas han dejado al descubierto recientemente una tumba que, según los voluntarios, tenía los cuerpos de una familia de cuatro.
“Las ovejas comieron alrededor de esa tumba y la limpiamos. El departamento de Patrimonio del Consejo del Condado de Cork no había visto nunca nada como eso antes”, comentó la edil.
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