Un país estigmatizado por la naturaleza y antiguos problemas
Otro desastre deja al descubierto cuestiones irresueltas desde el terremoto de 2010
NUEVA YORK.- Los primeros informes hablaban de enormes inundaciones y daños, aludes que barrían calles y casillas a su paso. Después, la información se centró en las pérdidas de ganado, una verdadera fortuna para quienes viven en el país más pobre del hemisferio occidental.
Pero tres días después de la peor tormenta que azota a Haití en más de 50 años, la que no para de aumentar, vertiginosamente, es la pérdida de vidas humanas. Desde las primeras estimaciones que hablaban de cinco muertos, ahora el gobierno dice que más de 800 personas perdieron la vida a causa del huracán Matthew, el peor desastre natural que golpea la isla desde el terremoto de 2010.
La cifra de muertos se disparó a medida que los agentes públicos y trabajadores humanitarios se aventuraron más profundamente en zonas del sur todavía aisladas de la asistencia, donde encontraron más cadáveres sepultados en hogares y calles inundadas.
El aumento de la cifra de muertos refleja a las claras la naturaleza misma de los graves problemas de Haití. La infraestructura del país está en franco deterioro desde hace décadas, desde antes incluso de que el terremoto y otras tormentas la arruinaran aún más. Y el frágil sistema de comunicaciones no llegó a ser confiable ni en sus mejores momentos.
Esos y otros problemas explican en parte por qué el gobierno subestimó tan abismalmente la cifra de muertos, y según muchos, también indica que ese número seguirá creciendo. Y lo que es más importante aún: también revelan que es muy poco lo que el gobierno podía hacer para prepararse o responder a un evento semejante.
"Mucha gente murió porque nunca les creyeron a las autoridades cuando les insistían en que evacuaran", dice Jean Senozier Despreux, un periodista de Les Cayes que soportó ahí la tormenta. "Se resistían a irse."
En una entrevista telefónica, Despreux dijo no estar sorprendido por el aumento del número de víctimas mortales. "Todos sabíamos que iban a aparecer más cuerpos debajo de los escombros", dice el periodista. "Fue tan fuerte que no había adónde escapar."
Enzo di Taranto, titular de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas en Haití, dijo que la tormenta "tendrá un severo impacto en el medio ambiente, la agricultura y el suministro de agua".
"Escuelas, hospitales, estaciones de policía, todo lo que el huracán tocó a su paso quedó dañado de alguna manera, debido a la intensidad de los vientos", comentó Di Taranto.
El miércoles, los funcionarios dijeron que los severos daños producidos por el huracán obligan a una nueva postergación de las elecciones presidenciales previstas para este domingo en Haití, una nación de 11 millones de habitantes.
Este último desastre reaviva cuestiones irresueltas que siguen aquejando al país desde el terremoto de 2010, cuando los grupos de ayuda humanitaria internacional prácticamente usurparon el rol del gobierno. Esta vez, el gobierno ha dejado en claro que se pondrá al frente de la coordinación de la asistencia, aceptando las donaciones de agua potable, alimentos y dinero. Este enfoque, sin embargo, también tiene sus limitaciones.
Muchos dicen que el futuro inmediato de la crisis humanitaria quedará definido por el equilibrio que logren las organizaciones internacionales de ayuda entre trabajar con el gobierno y hacer llegar la ayuda de manera expeditiva a las víctimas.
"Se habló mucho de las lecciones que había que aprender de lo ocurrido en 2010", dice Jake Johnston, investigador del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Washington. "Pero después llega el desastre, todo ocurre en un minuto y hay que actuar lo más rápido posible."
Los grupos de ayuda le temen especialmente al cólera, una enfermedad que prendió obstinadamente en Haití tras el terremoto y que aparentemente fue introducida inadvertidamente en la isla por un integrante de las fuerzas de paz de Naciones Unidas enviado al lugar.
La organización benéfica Care Haití dice que ya se han reportado tres casos de cólera en los hospitales de la península sur. Partners in Health, otro grupo de ayuda con larga presencia en Haití, informa que en lo que va del año se reportaron más de 26.000 casos de cólera en todo el país.
Según Naciones Unidas, más de un millón de personas se vieron afectadas por la tormenta, y al menos un tercio necesitará ayuda humanitaria. Por lo menos 20.000 hogares quedaron destruidos y hay cientos de haitianos heridos.
Traducción de Jaime Arrambide
Temas
- 1
- 2
Un ómnibus chocó con un camión y se prendió fuego: 32 muertos
- 3
Cómo el caso Pelicot relanzó debates jurídicos y sociales y qué podría cambiar tras la sentencia en Francia
- 4
Día clave en Venezuela: Maduro extrema la represión y piensa en su nuevo mandato como punto de partida hacia un “sistema cubano”