Un nuevo escándalo golpea al banco vaticano
Fue detenido un monseñor por intentar ingresar en Italia millones de euros, fruto de la evasión
ROMA.– El banco del Vaticano, el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), volvió ayer a estar en el ojo del huracán con un caso de corrupción y misterio digno de un thriller.
En un operativo que cayó como una bomba, Nunzio Scarano, un alto prelado del Vaticano conocido como "don 500" por su pasión por los billetes de 500 euros, y hasta hace poco funcionario de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), fue detenido, acusado de corrupción, fraude y calumnia.
También terminaron en prisión Giovanni Zito, ex agente secreto italiano, y Giovanni Carenzio, un broker financiero. Los tres protagonizaron una trama de importación ilícita de capitales, que es investigada por la policía financiera italiana simultáneamente con una pesquisa sobre el IOR. Scarano, Zito y Carenzio intentaron ingresar, desde Suiza, 20 millones de euros en efectivo, fruto de evasión fiscal. La operación, que nunca llegó a concretarse, era un favor para amigos del prelado, una millonaria familia de Salerno.
El escándalo estalló apenas dos días después de que, en una elogiada decisión, el papa Francisco formara una comisión para investigar el IOR, golpeado desde 2012 por denuncias de lavado.
Se trata de los hermanos D'Amico, importantes empresarios de la misma ciudad de la que es originario Scarano.
Aunque la operación naufragó, Zito quiso cobrar por su servicio: el ex 007 se había ocupado de alquilar un jet privado con piloto y también le había pagado a un custodio para el transporte del dinero, cuyo monto en principio debía ser el doble: 40 millones de euros. Fue así como Scarano se vio obligado a darle a Zito un cheque de 400.000 euros, que el ex agente cobró regularmente. Y luego otro de 200.000 euros, que nunca llegó a cobrar porque había sido anulado después de que el prelado denunciara que lo había perdido. Esto último determinó para él la acusación por calumnia.
El IOR ya estaba bajo la lupa de la fiscalía de Roma desde septiembre de 2010, cuando un tribunal congeló fondos por 23 millones de euros, por sospechas de lavado de dinero. Y también Scarano estaba bajo la lupa, pero de la fiscalía de Salerno, que abrió a principios de mes un sumario en su contra por presunto lavado de dinero en el marco de una investigación sobre donaciones consideradas ficticias.
Silverio Sica, abogado de Scarano -que vivía en la Casa del Clero Paulo VI de Via della Scrofa, en Roma, donde solía quedarse Jorge Bergoglio-, clamó su inocencia. "Creo que don Nunzio no tuvo nada que ver con la organización de un vuelo para transportar desde Suiza este dinero", dijo, y sostuvo que su cliente "no tenía ni la capacidad" para hacer algo así.
Monseñor Scarano "aclarará todo ante los magistrados romanos, como ya hizo con los Salerno", resumió Sica en otra declaración.
El vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, aseguró que si bien no había recibido ningún pedido de las autoridades italianas sobre el caso, confirmaba "la disponibilidad a una plena colaboración" del Vaticano. Además, explicó que Scarano había sido suspendido de su cargo hacía un mes, al conocerse que era investigado por la fiscalía de Salerno.
Lombardi precisó, por otro lado, que la comisión formada el miércoles pasado por el Papa no tenía competencia en este caso, porque tiene "una tarea de carácter general", sino que le correspondía a otra entidad vaticana, la Autoridad de Información Financiera (AIF).
El IOR, por su parte, hizo saber que puso en marcha una investigación interna "en línea con la política de tolerancia cero promovida por su presidente, Ernst von Freyberg".
En este marco, trascendió que Scarano, que antes de ordenarse sacerdote, en 1987, trabajó en el Deutsche Bank, tiene dos cuentas en el IOR: una personal y otra denominada "fondos ancianos", destinada a reunir donaciones.
Ambas son investigadas por la fiscalía de Roma, que quiere entender por qué este prelado movía grandes sumas de dinero. Según la agencia ANSA, Scarano había retirado 560.000 euros en efectivo que llevó a Salerno y distribuyó entre unas 40 personas, que, a cambio, le dieron cheques que luego depositó como si se tratara de donaciones.
Oficial técnico en sus comienzos en la ASPA, Scarano luego se convirtió en un referente de peso, conocido más allá del Vaticano, gracias a su participación en reuniones sobre el rol de los católicos en la sociedad.
Nerviosismo
Mientras en el Vaticano hay un gran nerviosismo, justamente para aclarar todo esto, la fiscalía de Roma se puso en contacto con la de Salerno. Y a la espera de que la magistratura se expida, se entiende la drástica decisión de Francisco de instituir una comisión de investigación, con gente de su confianza, en el IOR, donde al parecer la situación no es tan transparente como dicen sus directivos.
En otro orden y como si no alcanzara con el caso Scarano, también quedó ayer arrestado por calumnia agravada y reiterada el ex sacerdote Patrizio Poggi, que había denunciado la existencia de una organización criminal dedicada a reclutar chicos, entre ellos menores de edad, para que se prostituyeran con miembros del clero romano.
Las investigaciones policiales en Roma "han demostrado cómo Poggi había concebido y puesto en marcha un plan calumnioso, animado por resentimientos por motivos personales", según un comunicado.
Poggi, ex sacerdote de la Iglesia de San Filippo Neri, en las afueras de Roma, había sido condenado a cinco años de reclusión por haber abusado sexualmente de cinco chicos de entre 14 y 15 años que frecuentaban su parroquia.
El Papa abogó por la "unidad cristiana"
Ayer recibió a la delegación ortodoxa de Constantinopla
La "búsqueda de la unidad entre los cristianos es una urgencia a la que hoy no podemos sustraernos", dijo ayer el papa Francisco, al recibir a la delegación del Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla. La audiencia se enmarcó en el tradicional intercambio de delegaciones entre Constantinopla y Roma para la fiesta de San Pedro y San Pablo, pero por ser la primera del nuevo pontífice adquirió un particular significado para comprender su perspectiva ecuménica.
Durante su discurso, Francisco dijo que se sentía reconfortado por el hecho de que las partes "comparten la misma concepción de diálogo que no busca un minimalismo teológico sobre el cual llegar a un compromiso, sino que se basa en la profundización de la única verdad que Cristo donó a su Iglesia". Y luego recordó que "a todos corresponde la tarea de preparar las condiciones, de cultivar el terreno del corazón, para que esta gracia sea recibida".
Del editor: qué significa.
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