Un médico argentino en las protestas en Israel: “La gente sale a la calle para que no destruyan la Corte Suprema”
Miguel Glatstein, que vive en el Estado judío desde hace 25 años, participa de las masivas manifestaciones que desde hace 12 semanas buscan frenar la reforma judicial impulsada por Benjamin Netanyahu y que es considerada antidemocrática
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ROMA.- “Nunca viví una movilización así de imponente en Israel y obviamente voy a seguir participando de las protestas por el futuro de mis hijos y porque es un desastre lo que está pasando... El país se está yendo al diablo”. Aunque vive en Israel desde hace más de dos décadas, Miguel Glatstein, de 50 años, no perdió su acento porteño y, en diálogo telefónico con LA NACION desde Tel Aviv, donde vive, no oculta su inmensa preocupación por lo que está ocurriendo en este momento.
Aunque ayer el primer ministro Benjamin Netanyahu, presionado por marchas masivas, anunció que aplazaba una cuestionada reforma judicial, que ha generado 12 semanas de inéditas protestas en todo el país, para Glatstein el peligro sigue al acecho. Y por eso no sólo siguió protestando ayer, después del anuncio del premier de “pausa”, sino que seguirá hoy y en los próximos días porque para él, el proyecto promovido por el gobierno, uno de los más derechistas de la historia de Israel, está poniendo en juego la democracia.
Netanyahu busca con la reforma judicial incrementar el poder de los políticos sobre los jueces, disminuir el rol de la Corte Suprema y, además, “salvarse de sus varios problemas judiciales”.
“Si este proyecto avanza, ya se sabe lo que va a pasar, no es un invento israelí. Si se termina la Corte Suprema, ya no habrá libertad de prensa, ya no habrá derechos individuales, no habrá más derechos humanos y la gente se irá del país, se irán las empresas y se destruirá Israel”, pronosticó Glatstein, que se recibió de médico en la UBA, fue médico reservista del Ejército israelí hasta hace pocos años y que trabaja hoy en el departamento de emergencia pediátrica y toxicología del hospital Ichilov de Tel Aviv.
“Toda la gente está saliendo a la calle no para cambiar el gobierno, sino para que no destruyan la Corte Suprema, que es independiente y es lo único que puede limitar el poder de los políticos, porque no hay Constitución, ni cámara de senadores en este país”, indicó. “La verdad, yo no entiendo mucho de política, pero en este país lo más respetable es la Corte Suprema y su independencia, y Netanyahu y su coalición fachista crearon odio contra ella y en contra de los jueces con argumentos populistas que pocos se creen”, agregó.
“La mayoría de la gente de las manifestaciones, nunca antes vistas, impresionantes, son héroes de guerra, generales, pilotos de avión, soldados, reservistas como yo... Toda gente que peleó por la democracia de este país y que no está dispuesta a pelear por un país fachista. En estas semanas la gente salió y le demostró al mundo que la sociedad israelí es democrática y liberal”, precisó Glatstein.
“Ellos dicen que nosotros, los que estamos manifestando, estamos en contra de las elecciones, pero es mentira, eso es populismo puro, es fachismo, nostros estamos en contra del ataque a la Corte Suprema, a los jueces”, denunció.
Justamente debido a su enorme preocupación por el futuro de Israel, Glatstein desde hace tres meses sale a manifestar, con un tamboril y bandera, junto a su mujer israelí, Merav, y sus tres chicos, Tamar, de 14; Itai, de 13, y Ariel, de 10.
“El colegio apoya que los chicos vayan a manifestarse”, subrayó, al contar que su hija mayor, junto a sus compañeras de danza, incluso hizo un baile en la calle hace unos días.
“No sé qué va a pasar, no soy optimista para nada y justamente por eso vamos a seguir protestando”, adelantó el médico argentino, que puso hincapié en el hecho de que los ministros más fuertes de la coalición de Netanyahu nunca hicieron el Ejército “porque tiene ideas terroristas y no fueron aceptados”, como el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, que pidió ayer reprimir a los manifestantes, algo que la policía no había hecho hasta ese momento.
Glatstein también dijo que aún no se sabe qué va a pasar con el ministro de Defensa, Yoav Galant, que fue despedido hace unos días por Netanyahu tras advertir que se iba a abrir una grieta en el Ejército si seguía adelante el proyecto de reforma judicial, pero que, al parecer, aún no recibió ninguna carta oficial. “Habrá que ver qué le dice Joe Biden a Netanyahu, que está muy presionado por su coalición de derecha fachista”, opinó.
Su mujer también, que es bióloga y trabaja en investigación, está muy preocupada. “Si esto avanza, nos vamos a tener que ir del país. No va a quedar nadie en un país fanático-religioso. Los ortodoxos no van al Ejército, no pagan impuestos, que se queden ellos con los fachistas”, comentó Glatstein.
¿Pensó volver a la Argentina? “Siempre lo pienso porque amo a la Argentina, país del que me fui, pero no me fui... Voy todos los años, tengo múltiples relaciones, amigos del rugby y también estoy en contacto con médicos del Garrahan. Pero, al margen de eso, apuesto a que estas manifestaciones, que no tienen que pincharse y por eso voy a seguir yendo, puedan cambiar el curso de las cosas”.
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