Un libro revela a un Sarkozy desconocido
La autora profundiza en la psicología del presidente
PARIS.– Un estadista sin descanso, con hambre de poder y con una debilidad por los dulces y los relojes lujosos. Así describe la dramaturga Yasmina Reza al presidente francés, Nicolas Sarkozy, en un libro recientemente publicado que relata las intimidades de la campaña electoral y propone un sorprendente retrato psicológico del flamante mandatario.
En las 185 páginas de L’aube, le soir ou la nuit (que puede ser traducido como El alba, el crepúsculo o la noche), la célebre autora de la obra de teatro Art describe con cierta dosis de crueldad y de admiración la personalidad de ese hombre “intenso” que “no cesa de agitar la vida”.
El libro, que salió a la venta anteayer, comenzó a gestarse en junio de 2006, cuando Reza tuvo un primer encuentro con el entonces ministro del Interior para presentarle su proyecto: seguirlo todos los días durante la campaña, a cada momento, en todas las reuniones confidenciales, los cenáculos más restringidos, allí donde ningún periodista jamás pudo entrar.
Consciente de las simpatías de Reza con la izquierda, Sarkozy aceptó: "Aun cuando me demuela, saldré agigantado", le respondió.
De ese ejercicio, que duró un año y terminó el día mismo en que el candidato de la derecha fue elegido presidente, nació un libro que se interesa exclusivamente en "ese hombre impaciente, pequeño Napoleón siempre apresurado", corriendo detrás de un tiempo que "se le escapa sin cesar" a fin de adaptar su vida "sea cual sea el precio" a un destino al que aspira desde su más tierna infancia.
Lo demás no existe. Del libro están ausentes el partido de Sarkozy, la Unión para una Mayoría Popular (UMP), los otros candidatos presidenciales y hasta su esposa Cecilia.
"Sencillamente porque no estaba. La última vez que la vi fue el 14 de enero de 2007, día de la investidura, y después, el día de la primera vuelta de las elecciones", explicó Reza.
Durante un año, en sus carnets de apuntes, la autora recogió algo que salta a la vista y que, sin embargo, ningún periodista parece haber notado jamás: Sarkozy cojea al caminar. Reza también le descubre reacciones, conductas e insolencias de un niño de 8 años, "a la vez insoportable y enternecedor".
Describe sus gustos de plouc (mersa en francés), su vicio por el chocolate y las ciruelas secas, su atracción por todo lo que brilla.
"En el salón del hotel ( ) toma Le Figaro que tengo en la falda, aparentemente atraído por un artículo sobre Irán. Al pie de la página, a la izquierda, hay una publicidad. Después de unos segundos de atención, me tiende el diario y dice: ´¡Qué lindo es ese Rolex! ", recuerda.
Reza cuenta la aversión de Sarkozy por el campo, su pasión por la ciudad, su "terrible inglés", sus cigarros de rico y su vocabulario desprejuiciado y transgresor.
El libro, que ocupó de inmediato el primer puesto de la lista de best-sellers y del cual se hizo una primera tirada de 100.000 ejemplares, no revela ningún secreto político. Apenas si menciona a Ségolène Royal, su rival socialista a la presidencia.
"¿Si [Ségolène] me ayuda con lo que hace? No es seguro. No es seguro que el hecho de ser un cero a la izquierda sea necesariamente un inconveniente en Francia", comenta.
Esa seguridad en sí mismo, esa convicción de que no hay nadie que pueda hacer las cosas como él, aparecen nítidamente en el relato.
-El amor es lo único que cuenta, dice Sarkozy.
-No te creo. Si te quitaran tu vida social, morirías.
-Si me quitaran mi familia, aún más.
-Si te instalaran con Cecilia y tus hijos en Maubeuge (localidad del norte de Francia, a 7 kilómetros de la frontera belga), te tirarías de cabeza al río.
-¡Me convertiría en el rey de Maubeuge en dos años!
Al final de la campaña, Reza había pasado de la simple curiosidad a una casi intimidad, al tuteo.
En sus páginas confiesa que "quiere" a ese "mestizo", a ese "francés con sangre húngara y griega", como una novelista ama a sus héroes de papel y se identifica con ellos.
Como su modelo, Yasmina Reza, de madre húngara y padre irano-ruso, siente la ausencia de un verdadero país de origen. Esa empatía con el candidato le valió el reproche de mucha gente.
"La verdad, me importa un bledo. Apoyo algunas de sus ideas. Estoy profundamente en contra de otras. Asumo haber hecho el retrato de ese hombre e incluso sentir afecto por él", explicó la escritora al semanario Le Nouvel Observateur , en la única entrevista que concedió.
Cuando Le Nouvel Observateur le preguntó si "ese gran seductor de masas" había tratado alguna vez de seducirla durante todo el tiempo que pasaron juntos, Reza contestó: "No, él quería seducir a Francia".
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