Un laberinto sin salida para la MUD
CARACAS.- "Venezuela es Venezuela, jodidos pero felices", aseguró Nicolás Maduro poco antes de abrirse los colegios electorales del domingo. Hoy, dos días después, buena parte de los venezolanos se sienten tan vapuleados, sin un gramo de la tan cacareada felicidad, que ya preparan su salida en busca de un país mejor.
Así lo han hecho cientos de miles de sus compatriotas en los últimos meses, desperdigándose por todo el mapa continental.
La nación caribeña vivió el domingo la gran sorpresa electoral del año, sólo comparable con el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos o del Brexit en Gran Bretaña durante 2016. Con una gran diferencia: la Mesa de la Unidad Democrática desconoció la "victoria tajante" del chavismo en los comicios regionales y exigió la revisión completa del polémico proceso electoral.
Sobre el éxito chavista penden más dudas que certezas, pero ya nada cambiará el reparto de gobernaciones.
Una sorprendente y polémica victoria, además, que sucede con el país en pleno desplome económico y social, con una hiperinflación que al final del año superará 1000% de la subida de los precios y como único Estado de América cuyo PBI será otra vez negativo, con una caída de entre el 8% y el 12%.
La primera conclusión es que el resultado ensombrece aún más, si cabe, el laberinto venezolano. Y para aprovechar la coyuntura, el oficialismo ya prepara una nuevo golpe de mano: la Asamblea Nacional Constituyente decidirá hoy si adelanta las elecciones municipales como paso previo a 2018, año en el que se deben celebrar los comicios presidenciales.
Una estocada política perfecta, más allá del sinfín de abusos y trampas emprendidos para derrotar a la oposición, que ahora sabe que para destronar a Nicolás Maduro, quien se presentará a la reelección, necesitará como poco un colchón de un par de millones de votos para no perder en el empeño.
Inhabilitados
Y además, con sus dos rivales más fuertes inhabilitados: ni Henrique Capriles ni Leopoldo López , todavía en arresto domiciliario, serán de la partida, mucho menos ahora que el régimen del "hijo de Chávez" no necesita una negociación.
La propia oposición anunció ayer que las artimañas electorales imposibilitan ningún tipo de reunión.
La desolación y el desconcierto campaban ayer entre los dirigentes opositores, con algunos de sus candidatos dispuestos a dar la batalla, como Carlos Ocariz, y otros reconociendo la derrota, como el ex chavista Henri Falcón.
Son aguas revueltas que adelantan el posible fortalecimiento de los más radicales entre sus filas, que no dudaron en disparar contra la línea de flotación de la Mesa de la Unidad Democrática al promover una abstención que sólo beneficiaba a la revolución.
Una nueva ola depresiva impactará entre las filas opositoras, donde no sólo crece el desánimo, sino que también la sensación generalizada es que la vía electoral tampoco funciona, como ya pasó con las protestas de este año. Y mucho menos con el actual Consejo Nacional Electoral. "El gobierno está cerrando las puertas a procesos electorales. Es necesario comenzar a entender que si te cierran la vía electoral, tienes que evaluar otras posibilidades", razona el politólogo Oswaldo Ramírez.
Algo parecido añadió ayer Luis Almagro. El secretario general de la Organización de los Estados Americanos, principal crítico de Nicolás Maduro en el continente, hizo públicas ayer sus diferencias con el liderazgo opositor, reprochándole la participación electoral "sin garantías", lo que lo ha convertido en "instrumento esencial del eventual fraude".
Otras noticias de Elecciones en Venezuela
- 1
Crisis en Canadá: Trudeau reorganiza su gabinete en medio de crecientes presiones para que renuncie
- 2
The Economist nombró al país del año: cuál fue el elegido y qué dijo sobre la Argentina
- 3
Uno de los opositores venezolanos asilados salió de la embajada argentina para entregarse a las autoridades chavistas
- 4
El chavismo afirma que el opositor que dejó la embajada argentina colabora activamente con la Justicia