Una investigadora concluyó que la taza de té perfecta lleva sal y puso a prueba la “relación especial” entre EE.UU. y Gran Bretaña
Tras la investigación de una química estadounidense y la sugerencia de modificar la receta histórica británica, los dimplomáticos de ambas nacionalidades debieron intervenir con humor mediante comunicados oficiales
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LA NACION
LONDRES.-¿Acaso una modesta taza de té es capaz de provocar un enfrentamiento entre dos países poderosos a ambos lados del Atlántico? La “relación especial” entre Gran Bretaña y Estados Unidos se vio sometida a presión esta semana cuando una académica estadounidense tuvo la desfachatez de sugerir que se añadiera sal al té, desatando una serie de bromas diplomáticas.
La taza de té es una institución nacional en Gran Bretaña, tan británica como la familia real, los pubs y el pescado frito, así que cuando la química estadounidense Michelle Francl afirmó que se necesitaba una pizca de sal para una infusión perfecta, causó un gran revuelo. La idea detrás de esto es que el sodio reduce la amargura del té, proporcionándole un sabor menos fuerte.