Un golpe al símbolo de la modernización
MADRID.- En su vuelo hacia la muerte, el tren que descarriló cerca de Santiago de Compostela sacudió también los cimientos de un símbolo de la modernización española.
Los ferrocarriles de alta velocidad emergieron en los últimos años como el orgullo de un país golpeado en su autoestima por la peor crisis económica de su historia reciente. España tiene la red más extensa después de China (en un territorio 20 veces menor), gana contratos multimillonarios en los cinco continentes, desarrolla las máquinas más rápidas, sus exportaciones del sector no paran de crecer? El Alta Velocidad Española (AVE) se convirtió en la quintaesencia de la Marca España, el proyecto estelar del gobierno de Mariano Rajoy para posicionar su país en el mundo.
Entre el duelo y la angustia por las 79 vidas perdidas la noche del miércoles 24, el gobierno y las grandes empresas ven amenazado el modelo. La catástrofe dejó a la luz un sistema de seguridad vulnerable, muy expuesto al error humano. Nada impidió que el maquinista Francisco Garzón tomara a 190 kilómetros por hora una curva en la que la máxima permitida era de 80. La indicación de aminorar sólo estaba registrada en la hoja de ruta, un documento lleno de números que lleva el conductor en la cabina.
"Hay intereses creados para perjudicar el prestigio español en un área en la que es líder mundial", se quejó el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, en un intento de descalificar las crecientes críticas al ineficaz mecanismo de seguridad en la zona del siniestro.
Desde un principio la empresa estatal Renfe se desvive por aclarar que el tren que descarriló cerca de Santiago no era un AVE. Circulaba por una vía adaptada para el AVE, pero era un híbrido creado para moverse por vías de distinta tecnología mientras se terminan las obras de la alta velocidad de Madrid a Galicia.
Renfe pugna en estos días -junto con un consorcio con compañías privadas- por obtener la gestión del tren rápido de San Pablo a Río de Janeiro; un contrato de casi 20.000 millones de dólares. El accidente amenaza con arruinar ese plan.
Por eso tanta preocupación oficial por echarle toda la culpa al maquinista y explicar que el accidente ocurrió en un área que no integra la red de 3100 kilómetros del AVE.
El Alvia 730 puede desarrollar 250 kilómetros por hora, pero los trenes AVE llegan hasta 350 y cuentan en todo momento con una tecnología de seguridad superior que regula la velocidad de manera automática de acuerdo con la información que proviene de las vías.
El siniestro encuentra a Renfe en medio de pugnas por contratos millonarios en Estados Unidos (la línea Sacramento-San Diego), Rusia (Moscú-San Petersburgo), Kazakhstán y Emiratos Árabes.
Su primer gran éxito fuera de la península fue la concesión para operar el tren rápido entre Estambul y Ankara, en 2009. Y agrandó su fama con la obtención del negocio del tren de los peregrinos: la línea de Medina a La Meca, en Arabia Saudita. Casi 10.000 millones de dólares. El AVE avanza también en Australia, México, Israel, Tailandia.
La central que promueve la expansión ferroviaria de España en el exterior, Mafex, registra que el sector facturó 4800 millones de euros en 2012. El crecimiento de las exportaciones en este rubro fue del 36% respecto del año anterior. España compite por los primeros lugares del mundo ferroviario. Un verdadero imperio que no para de temblar desde el miércoles 24.
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