Un giro que anticipó el Vaticano
Los comentarios del Papa sobre Irak fueron significativos, porque en los últimos años el Vaticano se opuso categóricamente a cualquier intervención militar: Juan Pablo II hizo activas gestiones para evitar la guerra de Irak de 2003, y, el año pasado, cuando Estados Unidos amenazaba con lanzar ataques aéreos sobre Siria, el propio Francisco convocó al mundo a rezar y ayunar por la paz.
Pero ahora, dado que los cristianos son blanco de los ataques por la fe que profesan y que las comunidades cristianas que han vivido por 2000 años en la región se ven diezmadas por los extremistas, el Vaticano está enviando señales cada vez más fuertes de su apoyo a una intervención militar en Irak.
La doctrina de la Iglesia admite las "guerras justas" y bajo ciertas circunstancias justifica el uso de la fuerza. En los últimos días, algunos funcionarios vaticanos dieron a entender que la situación en Irak cumpliría con esos requisitos. Días atrás, el embajador vaticano en Irak, Giorgio Lingua, dijo que era "bueno saber que al menos se les pueden quitar las armas a estas personas sin escrúpulos [los jihadistas]". El embajador vaticano ante la sede de la ONU en Ginebra, Silvano Tomasi, fue incluso más allá: "En este momento, es necesaria la acción militar".
Traducción de Jaime Arrambide