Un fuerte revés electoral replantea el futuro político de Boris Johnson
El escándalo del “partygate” y el aumento del costo de vida le pasaron factura al oficialismo británico; histórico avance del Sinn Fein en Irlanda del Norte
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PARÍS.– ¿Pozo de aire de mitad de mandato o verdadero principio del fin para Boris Johnson? Si bien el recuento no ha terminado, el Partido Conservador del primer ministro británico ha sufrido una dura derrota electoral, en particular en Londres, en las elecciones locales de este jueves. En la capital, la oposición laborista ganó los consejos locales de Westminster, controlado por los tories desde su creación en 1964, de Barnet y de Wandsworth, “consejo favorito” de la exprimera ministra Margaret Thatcher. En Irlanda del Norte, el partido nacionalista y prorreunificación Sinn Fein parecía consolidarse como primera fuerza política con 27% de los votos contra 24% para los unionistas del DUP.
Desde su propia circunscripción del oeste de Londres, Johnson se vio forzado este viernes a evocar la derrota, aludiendo a resultados “mitigados”. El jefe del gobierno británico reconoció que la del jueves fue una “dura velada” para los tories en ciertas regiones, pero reivindicó una progresión en otras.
Según los resultados parciales, los conservadores habrían perdido en Inglaterra 10 consejos y más de 280 bancas en relación a 2018, mientras que el laborismo, principal partido de oposición, habría ganado más de 60 representantes suplementarios. Si las estimaciones se confirman, a nivel nacional, la oposición laborista obtendría el 35% de los votos contra 30% para los tories. Esos cinco puntos de diferencia confirman que el laborismo logró su mejor elección local en una década. No obstante, esa progresión no parece extravagante comparada con los excelentes resultados de los liberal-demócratas (Lib-Dem), que obtuvieron 150 consejeros suplementarios en Inglaterra (180 en total entre Gales, Inglaterra y Escocia). Los conservadores también perdieron terreno en Escocia, en beneficio del laborismo, de los Lib-Dem y de los independentistas del SNP.
Los líderes tories se preparaban para esta severa derrota, sobre todo en Inglaterra, debido al aumento del costo de vida y, sobre todo, las consecuencias del escándalo del llamado “partygate”, que valió a Johnson una multa por haber violado las reglas del confinamiento. Durante una visita en Ruislip, al noroeste de Londres, el premier justificó la mala performance aludiendo a una elección “de mitad de mandato”. Johnson afirmó que asumía la total responsabilidad por los resultados y que el voto de los británicos demostraba la necesidad de que su partido renovara su manera de ayudar a la gente en un momento en que el costo de la vida no cesa de aumentar.
Aun cuando las pérdidas tories no hayan sido tan dramáticas como muchos predecían, este viernes hubo numerosas críticas dirigidas al jefe del gobierno. John Mallinson, líder conservador del Consejo de Carlisle, declaró que el primer ministro “tiene gran responsabilidad” por los resultados, calificándolo de “mala opción” para liderar el partido en las próximas elecciones generales. Para Ravi Govindia, líder de los conservadores de Wandsworth, no había que “engañarse”: “Obviamente que los problemas nacionales fueron parte del dilema que enfrentó la gente”.
Si bien estas elecciones están siempre marcadas por temas locales y una escasa participación, por primera vez los electores tuvieron en cuenta el escándalo de las fiestas en Downing Street durante el confinamiento, que derrumbó la popularidad de Johnson, que dirige el gobierno desde hace casi tres años y espera seguir haciéndolo más allá de las próximas elecciones legislativas de 2024.
Sismo en Irlanda del Norte
Pero el verdadero sismo político probablemente se produzca en Irlanda del Norte, donde son renovados los 90 miembros de la asamblea local de Stromont. Según los sondeos, el partido nacionalista y prorreunificación Sinn Fein se convertirá en la principal fuerza política regional por primera vez en los 100 años de historia de la provincia británica, agitada nuevamente después del Brexit. La victoria del exbrazo político de la organización paramilitar Ejército Republicano Irlandés (IRA) propulsará a su vicepresidenta, Michelle O’Neill al puesto de primera ministra local.
Aunque los norirlandeses que quieren la reunificación de la isla son una minoría y el Sinn Fein se guardó bien de hacer campaña en torno a ese tema, su triunfo –y por ende la derrota de los unionistas ultraconservadores– podría iniciar un período de redefinición del Reino Unido.
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