Un fallo inminente reaviva la tensión en Cataluña
Los separatistas temen una sentencia adversa contra siete dirigentes detenidos desde 2017; "eso hará crecer nuestras bases", advirtió Rufián, de ERC
MADRID.- Llega octubre y llega el ruido. El independentismo catalán se prepara para la sentencia que, por primera vez en la historia reciente española, condenará con pena firme de prisión a los líderes que, hace dos años, intentaron separar a Cataluña del resto del país.
Dan por seguro que será condenatoria. "Me gustaría equivocarme. Pero nadie monta este circo para luego dejarlos libres", dijo a LA NACION Gabriel Rufián Romero, el hombre que, desde el Congreso español y en castellano, argumenta a favor de la independencia.
No hay fecha firme. Pero el río suena y octubre está señalado como el mes destinado a publicar esa sentencia inédita en la democracia española. Todos la esperan y el independentismo la vive como el punto que ensanchará todavía más su base de votos.
"Quien crea que por meternos presos esto se acaba está equivocado. Dos millones de personas no desaparecen por mucho que las condenes. Esto hará que nuestras bases crezcan más", dice Rufián.
Si algo cree es que el veredicto, lejos de perjudicar al independentismo para ensalzar la calidad institucional española, irá a favor del primero, al que le dará fuerza a golpe de indignación ciudadana, y en desmedro del segundo.
"Si eres mínimamente demócrata, te cuesta entender que la gente esté en la cárcel por haber ordenado un referéndum. Es una horrible anomalía democrática que nos toca asumir", argumenta Rufián.
Catalán, hijo de andaluces, este graduado en Recursos Humanos de 37 años lleva una carrera meteórica en Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), el partido más votado dentro del independentismo y del que es vocero en el Congreso de los Diputados nacional.
Destaca allí tanto por su pose de protagonista pendenciero, pero que en el fondo es bueno -"mi apellido, Rufián, da mucho juego", ironiza- y por su habilidad para desgranar el ideario independentista en eslóganes fácilmente convertibles en tuits.
Su cuenta, @gabrielrufian, es seguida por 666.000 personas. Muy cerca de los 760.000 que siguen al destituido y escapado expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.
El fallo que signará el futuro inmediato del devenir político español y la campaña para las elecciones generales de noviembre es el que definirá el destino de siete personas.
Cinco hombres: el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras; los exconsejeros Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn, junto con los activistas Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, más conocidos como "los Jordis". Junto a ellos, dos mujeres: la expresidenta del Parlamento regional Carmen Forcadell y la exconsejera Dolors Bassa.
Todos ellos llevan casi dos años en prisión preventiva acusados de diferentes figuras delictivas por la fallida declaración de independencia catalana de octubre de 2017.
Es su condena definitiva la que se espera ahora por parte del Tribunal Supremo. El fallo que augura "un otoño caliente" y una escalada de tensión en la vida institucional y política.
De todo eso habla Rufián. Convencido de que, cuando suceda, se verá indignación pura. "Los límites del independentismo se ensancharán. Porque incluso gente que ahora nos ve con distancia saldrá a la calle a manifestarse. Porque entenderá que el siguiente puede ser él mismo. Porque esto es una barbaridad".
Se revuelve cuando se le señala el victimismo recurrente del independentismo y su incapacidad para la autocrítica. "Ese latiguillo nos harta. Nadie hay más sufrido que un independentista. Nos viven pidiendo que para dialogar dejemos de ser lo que somos. Nadie le reprocha a un socialista que sea federalista. Pero a nosotros sí, que dejemos de ser lo que somos".
Sí asegura que hay autocrítica. "Nosotros sabemos que no se puede declarar la república con solo el 50% de la población", insiste. Pero niega que haberlo hecho constituya un error. "Todo lo que estamos haciendo es una semilla", promete, convencido de que irá creciendo.
Pone en duda que la resistencia de la Unión Europea (UE) a reconocer una eventual Cataluña independiente o a meter mano en el asunto sea permanente. "La política es el arte de hacer lo imposible", recita. Pero, más allá de eso y ante las repreguntas del caso, sostiene que la idea de que "algo hay que hacer" empieza a permear entre algunos eurodiputados.
"Tanto Junqueras como Raúl Romeva fueron eurodiputados. Son conocidos, queridos y respetados. Son muchos los europarlamentarios que los han tratado y no pueden creer que vayan a la cárcel y que dicen "algo hay que hacer" frente a esto, porque con represión no se soluciona", señala.
Mientras, se preparan para lo que viene. "No vamos a desaparecer. Ni aunque escriban cien mil artículos en nuestra contra ni aunque nos metan en la cárcel a todos. Toda esta represión es antidemocrática. Quien crea que eso se acaba con nosotros se equivoca".
Se reactiva la puja con Madrid
- Esta semana el Parlamento catalán aprobó declaraciones por la libertad de los detenidos por supuesto "terrorismo" y para exigir la "salida" de la Guardia Civil de su territorio.
- El gobierno de Sánchez respondió con la activación de la maquinaria jurídica y prometió que se impugnarán las resoluciones que "afecten la convivencia".
- Madrid dijo que "no hay razones" para poner en marcha una intervención, pero no la descartó si la situación se agravara.
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