Un fallo a favor de Lula le permite a Bolsonaro soñar con la polarización
RÍO DE JANEIRO.– Un fallo del Supremo Tribunal brasileño pudo haber cerrado la grieta entre Jair Bolsonaro y el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de cara a las elecciones de 2022.
En una nueva derrota para Lava Jato, la segunda sala de la Corte garantizó el martes último a la defensa de Lula da Silva el acceso a mensajes obtenidos por un grupo de hackers que invadió celulares de autoridades de la operación anticorrupción. El contenido de las conversaciones, publicado en su momento por la prensa en un episodio conocido como Vaza Jato, expuso cómo presuntamente el exjuez Sergio Moro excedió sus atribuciones de magistrado al intercambiar mensajes con la fiscalía para coordinar la acusación contra el expresidente, una práctica ilegal.
La decisión, por cuatro votos a uno, significó un triunfo jurídico para Lula en la antesala de otro fallo vital. En los próximos días la misma sala de la Corte analizará la supuesta parcialidad de Moro en la condena por el caso del tríplex de Guarujá. Si Moro es declarado parcial, tesis que los abogados del expresidente consideran acreditada, entre otras cosas debido a que el exjuez acabó en el gobierno de Bolsonaro tras condenar al líder del PT, la condena contra Lula será anulada. Aun con un fallo favorable, Lula continuará sin embargo con sus derechos políticos suspendidos por la ley de “ficha limpia”, debido a la condena que pesa en otro proceso por corrupción vinculado a reformas en una finca en Atibaia, San Pablo.
El viento favorable a Lula pudo haber comenzado a alentar un mayor protagonismo del líder petista y su partido en la vida política brasileña. La posible anulación permitirá reforzar la narrativa de su supuesta inocencia, coincidieron analistas consultados por LA NACIÓN. Al mismo tiempo, el escenario tenderá a moldearse de acuerdo con un deseo de Bolsonaro, que mira de cerca la elección presidencial de 2022: intentar recrear la polarización con el PT, que le dio frutos en 2018.
“Está habiendo un desgaste político muy fuerte de Moro, que es funcional tanto a la izquierda como a Bolsonaro”, dijo Ricardo Ismael, profesor y miembro del Observatorio de Análisis Político de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Río). “Los dos ya se eligieron como oponentes y van a apostar por la polarización y hacer todo lo posible para quitarle espacio al centro”.
El acceso de la defensa de Lula a los mensajes significó un nuevo golpe para la figura de Moro, lastimada tras su paso por el gobierno de Bolsonaro como ministro de Justicia hasta abril de 2020, cuando culminó con una salida escandalosa. En los cuatro votos que beneficiaron a Lula se destacó el del juez Kassio Nunes Marques, postulado por Bolsonaro para el máximo tribunal.
Un nuevo fallo que declare a Moro “parcial” en el proceso contra Lula podría sentenciar las aspiraciones del exjuez, sondeado como posible candidato a presidente para 2022 como una “tercera vía” de centroderecha entre el PT y Bolsonaro. “Reduciría completamente las posibilidades de articular una candidatura en torno a él”, opinó Marco Antonio Teixeira, investigador del Centro de Estudios de Administración Pública y Gobierno de la Fundación Getulio Vargas.
La vuelta al redil de Lula, reivindicado por la anulación de una de las sentencias por corrupción, puede comenzar a configurar el panorama que mejor le sienta al derechista.
“No estoy preocupado por quedarme en el sillón (presidencial)... Si ven los 10 o 12 candidatos que aparecen para 2022... Si Brasil va hacia la izquierda –casi fue en 2018 y fue un milagro que no sucediera–, todo el mundo va a pagar con su libertad”, dijo el derechista el viernes último a seguidores en Brasilia, agitando el antagonismo con el PT.
El presidente brasileño tiene un 42% de imagen negativa y un 30% de apoyo, según una encuesta publicada el martes por el diario Valor Económico, realizada por la consultora XP. En las simulaciones de posibles segundas vueltas, Bolsonaro apareció solamente detrás de un candidato: Moro. El exministro de Justicia se impondría con el 36% de votos frente al 32% de Bolsonaro, según el sondeo. El derechista, en tanto, se impondría al gobernador de San Pablo, João Doria, y al exalcalde de San Pablo Fernando Haddad.
Lula ha indicado en los últimos días que si sus derechos políticos continúan revocados defenderá la candidatura de Haddad, a quien le pidió que comience a recorrer el país para construir su candidatura y volver a enfrentar a Bolsonaro, como en 2018.
Bolsonaro acaba de avanzar en un acuerdo político con los partidos del denominado “centrão” en el Congreso, un pacto que, además de blindarlo frente a un eventual impeachment, ayudó a erosionar el centro político e incluso al gobernador de San Pablo, quien apostó por un candidato opositor a conducir la Cámara de Diputados apadrinado por el expresidente de la Cámara baja Rodrigo Maia. Doria enfrenta además resistencias internas dentro del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) por el control de la sigla.
“El presidente debilitó a todo el mundo para 2022 y en estos momentos no hay ninguna candidatura que aparezca completamente viable hacia el centro político”, opinó Teixeira. “El camino se enfila a una nueva disputa entre el PT y Bolsonaro”, agregó el profesor de la FGV, que aclaró sin embargo que Bolsonaro no podrá jugar más a presentarse como un candidato antisistema debido a sus acuerdos con partidos tradicionales.
La carrera hacia 2022 estará marcada por contradicciones. El profesor de la PUC-Río concluyó que mientras el PT y Bolsonaro intentarán hacer sombra sobre los candidatos de centro, deberán pescar votos allí para inclinar la balanza. “Su desafío para ganar en 2022 será atraer a parte de ese electorado. Para los dos será difícil”.
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