Un estilo de liderazgo que contrasta con el del pontificado anterior
CIUDAD DEL VATICANO- A medida que avanzan los días, el estilo del papa Francisco muestra cada vez más contrastes respecto de la forma en que su predecesor, Benedicto XVI, condujo a la Iglesia.
El entusiasmo que el cardenal argentino Jorge Bergoglio generó entre los católicos al dirigirse a los fieles como si fuera un sacerdote de parroquia más que como un monarca papal genera un entusiasmo por el líder de la Iglesia Católica, que no se veía desde el carismático Juan Pablo II.
Seis días es un lapso corto para evaluar el nuevo papado, pero la aprobación de Francisco indica que se acerca mucho a lo que los católicos esperan en un papa.
"Bergoglio representa el camino que no se tomó hace ocho años", dijo el teólogo italiano Massimo Faggioli, profesor de la Universidad de Santo Tomás, en Minneapolis.
"Benedicto es un gran teólogo, pero ser papa no es básicamente ser teólogo [...] Creo que la historia lo verá como alguien que mostró un lado particular de lo que el catolicismo es hoy en día, no como un papa que hablaba por toda la Iglesia", sostuvo.
Enzo Bianchi, jefe del movimiento monástico Bose de Italia, comparó la animada atmósfera de la actualidad con el escenario de tensión en la Iglesia hace apenas unos meses.
"Cuando hablábamos de la Iglesia, lo hacíamos sin una sonrisa", escribió el domingo pasado en el diario italiano La Stampa.
"Una vez más podemos ver a la Iglesia con simpatía y restaurar la confianza en una institución que parecía distanciada y poco merecedora de confianza", agregó.
El papado de Benedicto XVI se remontaba a la larga tradición intelectual de la Iglesia, pero la fe también se basa en la emotividad.
En lugar de encarnar a un distante catedrático, el nuevo papa a menudo hace declaraciones espontáneas, algo que Benedicto XVI casi nunca hacía.
Francisco, que sólo ha dicho cosas positivas sobre su predecesor, también impresionó a los cardenales al dejar de lado el estilo de monarca que caracterizó al papado de Benedicto XVI.
Subió a un ómnibus del Vaticano junto con los prelados en lugar de tomar una limusina tras ser elegido en el cónclave, y se sentó en un puesto disponible al azar durante la cena, en lugar de tomar la cabecera de la mesa.
"El mensaje de Jesús es atractivo, pero puede quedar enterrado en la burocracia de la Iglesia", dijo el reverendo Thomas Reese, jesuita autor del libro Inside the Vatican ( Dentro del Vaticano ).
El estilo de un papa no es un asunto superficial. "La forma en que el Pontífice se presenta envía un poderoso mensaje a los obispos locales", indicó Faggioli.
Benedicto XVI fue elegido en 2005 parcialmente para garantizar la continuidad tras la muerte de Juan Pablo II y porque parecía ser el más indicado para reformar la curia, algo que no alcanzó a hacer.
En lugar de eso, se concentró en restaurar la tradición católica contra lo que consideraba reformas demasiado liberales del Concilio Vaticano II (1962-1965).
Hurgó entre los armarios del Vaticano para revivir antiguas vestimentas ornamentadas durante ceremonias importantes y promovió el regreso de la misa en latín, la cual había sido dejada de lado tras las reformas del Concilio.
Esto deleitó a una minoría de tradicionalistas en la Iglesia, pero dejó a muchos católicos indiferentes, sino hostiles, ante medidas que parecían estar alejadas de sus preocupaciones.
Una de las peores crisis del papado de Benedicto XVI -generada cuando readmitió en la Iglesia al controvertido obispo Richard Williamson, un excomulgado que se refugió en la Argentina y negaba el Holocausto- se produjo por su mala gestión de las relaciones con un dividido grupo de tradicionalistas.
En las reuniones previas al cónclave, Bergoglio impresionó a sus pares cuando dijo: "No se puede tener al pastor en la montaña y a las ovejas en el valle".
En sus primeros días como papa, Francisco dejó claro este mensaje al ignorar repetidamente la pompa del Vaticano, destacando su rol como obispo de Roma y contactándose con los fieles como un sencillo sacerdote de parroquia.
Los católicos comunes parecen responder positivamente.
"Amo a este papa", dijo Anna Barone, una anciana italiana que esperaba para verlo luego de la misa del domingo. "Tengo muchas esperanzas", agregó.
Un diálogo telefónico entre dos papas
El papa Francisco telefoneó ayer a su predecesor, Benedicto XVI, para felicitarlo por el día de su santo y para manifestarle "una vez más" su gratitud y la de la Iglesia por su servicio, informó el Vaticano. "El coloquio fue largo y cordial", precisó el vocero Federico Lombardi.
El papa emérito Benedicto XVI, agregó Lombardi, siguió estos días con "intensa participación los eventos, en particular la celebración de esta mañana [la misa de inicio de pontificado] y expresó a su antecesor su cercanía a través de las plegarias".
Las primeras palabras que dijo ayer Francisco en la misa fueron para Benedicto XVI. "Doy gracias al Señor por poder celebrar esta santa misa de comienzo del ministerio petrino en la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal. Es una coincidencia muy rica de significado y es también el onomástico de mi venerado predecesor".
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