Un dramático aumento global de las muertes en conflictos bélicos anticipa una nueva era de violencia
Más de 238.000 personas murieron en conflictos armados en 2022, una cifra que refleja los efectos de dos guerras especialmente letales: la de Etiopía y la de Ucrania
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WASHINGTON.- Durante el año pasado, más de 238.000 personas murieron en conflictos armados alrededor del mundo, un impresionante aumento del 96% interanual de muertos por la guerra, según un nuevo estudio difundido el martes. La pasmosa cifra quedó plasmada en el Índice de Paz Global anual del Instituto para la Economía y la Paz, y refleja los efectos de dos guerras especialmente letales: la de Etiopía y la de Ucrania.
Según el estudio, en 2022 la invasión de Rusia a Ucrania dejó un saldo de 82.000 muertos. Pero en Etiopía se registraron aún más muertos —104.000—, por el conflicto que libran el gobierno nacional y las fuerza regionales de la región de Tigray.
Esa última cifra, señala el informe, fue la más cruenta en un solo año para muertes en conflicto en un solo país desde el genocidio en Ruanda de 1994. El informe también reveló un incremento de las muertes en conflictos armados en numerosos países, incluidos Mali y Myanmar.
NEW: Global Peace Index 2023 – Report out now.
— IEP Global Peace Index (@GlobPeaceIndex) June 28, 2023
⚠️Conflict deaths at highest level this century causing world peacefulness to decline.
Download the report and investigate the data.https://t.co/h8WZhVfhEa pic.twitter.com/RJeTj1QKBo
Es importante aclarar que el conteo de muertos en cualquier conflicto armado es una tarea imprecisa, no solo llena de dificultades de orden práctico para la recolección de datos en una zona de guerra, sino también por presiones políticas de los sectores en pugna. De hecho, hay dando vueltas otras estimaciones de muertos en conflictos bélicos que difieren de las cifras del Índice de Paz Global.
Esas estimaciones suelen arrojar cifras más altas o más bajas en función de las diferentes metodologías y definiciones que utiliza cada relevamiento. Este mes, por ejemplo, la agencia de derechos humanos de Naciones Unidas anunció que tenía registradas 9083 muertes de civiles ucranianos desde el inicio del conflicto, pero señaló que el saldo de víctimas probablemente sea mucho más alto que la cifra que pueden documentar de manera fehaciente.
Por su lado, los investigadores de la Universidad de Gante, Bélgica, estimaron que desde su inicio, en 2020, la guerra en Tigray puede haber dejado hasta 600.000 muertos, incluidas no solo las víctimas directas de la guerra, sino las relacionadas con sus consecuencias, como la hambruna y la pérdida de acceso a la atención médica.
Lo más preocupante de esta última cifra, sin embargo, es la tendencia que marca. El Instituto para la Economía y la Paz, con sede en Australia, difunde su índice de paz global desde 2009, y revela un aumento de los niveles de conflictividad global en 13 de los últimos 15 años. Sin embargo, el dato de muertes en conflicto bélico lo extraen del Programa de Datos de Conflictos de Uppsala (UCDP), con base en Suecia, cuyas cifras se remontan a mucho más atrás.
Ese programa sueco de relevamiento de datos en conflicto se remonta a varias décadas y también usa subcategorías más detalladas. Bajo el rótulo de “violencia unilateral”, por ejemplo, los datos del UCDP revelan que en 1994 la cantidad de muertos en conflictos bélicos se disparó a 800.000 como resultado del genocidio en Ruanda. (También en este caso, otros estiman que las muertes causadas por ese genocidio de las milicias Hutu contra la minoría Tutsi se acercan a los 2 millones de personas.)
Pero según los datos del UCDP, la cifra que se disparó el año pasado es la de los muertos en conflictos donde al menos uno de los dos bandos es un Estado —o sea la mayoría de los que llamamos “guerras”— como los que se libran actualmente en Ucrania y Etiopía.
Ese tipo de conflictos que involucran a los Estados nacionales crecieron significativamente a principios de la década de 2010, según datos del UCDP. Esa línea temporal coincide con la gran cantidad de muertos en Siria durante los combates del gobierno contra diferentes grupos rebeldes, donde muchas veces los civiles quedan en el medio. A medida que ese conflicto se fue aplacando, el número total de víctimas de guerra empezó a bajar.
El vertiginoso aumento de los muertos en conflictos donde interviene el Estado durante 2022 revela un gran cambio en el panorama de la guerra a nivel mundial y el fin de una era de violencia terrorista y no estatal, que era escalofriante a su manera, pero por lo general de menor escala.
Pero el panorama global también revela algunos datos esperanzadores. Algunos países, como Libia y Afganistán, han mejorado notablemente: el año pasado, el número de muertos en conflicto en Afganistán descendió un 91%. Y según el estudio, en algunos países la paz es permanente: Islandia encabeza la lista como el país más pacífico del mundo desde que empezó a realizarse el relevamiento.
Pero el aumento de los muertos en conflictos bélicos es apenas una de las muchas señales de una nueva era de sangre. El número de países involucrados en algún tipo de conflicto fuera de sus fronteras se disparó de 58, en el año 2008, a 91 durante 2022. El Instituto para la Economía y la Paz lo atribuye parcialmente al recrudecimiento de la competencia geopolítica, ahora que Estados Unidos ya no es el único país que proyecta su poderío más allá de su zona de influencia natural: también Rusia, China, y hasta potencias menores, como Turquía, Arabia Saudita e Irán ahora se sumaron a la lista.
Después de dos largos años de sangrientos combates, el conflicto del pueblo Tigray en Etiopía terminó formalmente en noviembre, pero el acuerdo de paz que le puso fin es frágil, y hay otros conflictos pendientes, como la prolongada insurgencia en la inmensa región de Oromía. El robo descarado de parte del gobierno de Etiopía hizo que Estados Unidos y la ONU suspendieran el envío de ayuda alimentaria al país, a pesar de las millones de etíopes que pasan hambre todos los días.
Ucrania sigue siendo escenario de combates y ataques sistemáticos sobre edificios civiles, incluido el de esta semana contra una concurrida pizzería muy popular entre periodistas y trabajadores humanitarios que dejó un saldo de al menos 11 muertos. La contraofensiva ucraniana sigue en marcha y Rusia estuvo a punto de entrar en guerra consigo misma. Y en lo que va del año ya se sumó una nueva guerra: la catastrófica guerra civil en Sudán, que empezó en abril y ya ha dejado un estimado de 3000 muertos, según Naciones Unidas. Todo indica que para fin de año la cifra de muertos por la guerra en todo el mundo habrá aumentado todavía más.
Por Adam Taylor
Traducción de Jaime Arrambide
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