Un día de pánico en Sydney: tres muertos en la toma de rehenes de un islamista
Durante más de 16 horas, un clérigo de origen iraní retuvo en un café a 17 personas; el secuestrador y dos rehenes murieron durante el operativo policial
SYDNEY.- El extremismo islámico volvió a golpear, esta vez en un país poco acostumbrado a la violencia. Las fuerzas de seguridad australianas irrumpieron ayer en una cafetería de Sydney y a punta de pistola liberaron a un grupo de rehenes que estaba retenido en el lugar, en el dramático desenlace de un asedio de más de 16 horas que terminó con tres muertos y cuatro heridos.
La policía del estado de Nueva Gales del Sur dijo que dos hombres, de 34 y 50 años, y una mujer de 38 años habían muerto. El atacante, un autodenominado clérigo iraní con antecedentes violentos, está entre las víctimas.
Después de un día de tensa calma, sonidos de intensos tiroteos y de explosiones de granadas de aturdimiento se registraron poco después de las dos de la madrugada frente al café. La policía había irrumpido.Momentos antes, por lo menos seis personas que habrían estado entre los cautivos lograron huir después de oír disparos provenientes de la cafetería. La policía confirmó más tarde que las personas habían reaccionado escapándose. Hasta ahora, los rehenes fueron contabilizados en 17.
Los médicos intentaron revivir a una persona luego de la operación y se llevaron a varios heridos en camillas, dijo un testigo. Miembros de la brigada antiexplosivos ingresaron al lugar en busca de bombas, pero no encontraron ninguna.
La operación comenzó poco después de que una fuente policial identificara al secuestrador como Man Haron Monis, un refugiado iraní autodenominado jeque que se enfrentaba a múltiples acusaciones por agresión sexual además de cómplice de asesinato.
También fue declarado culpable en 2012 de enviar cartas ofensivas y amenazantes a las familias de ocho soldados australianos muertos en Afganistán, como protesta en contra de la participación de Australia en el conflicto, informaron los medios locales. Aunque el secuestrador era conocido por las autoridades, expertos en seguridad dijeron que evitar ataques de personas que actúan en solitario es aún difícil.
El comisionado Andrew Scipione, de la policía del estado de Nueva Gales del Sur, declaró en conferencia de prensa en Sydney que la situación llegó a un punto en el que había que tomar una decisión, y subrayó que la operación policial realizada de madrugada "logró salvar muchas vidas".
El llamado jeque Haron entró el lunes por la mañana en el local Lindt Chocolate Cafe, situado en la zona financiera Martin Place, en pleno centro de Sydney, y secuestró a las personas que había en su interior, tanto personal del local como clientes.
Nada más irrumpir en el café, obligó a dos mujeres a que sujetasen una bandera en el cristal de la entrada con un mensaje escrito en árabe que decía: "No hay otro dios que Alah y Mahoma es su profeta".
El despliegue de esa bandera islámica provocó temores a un ataque jihadista, pero luego se descartó que el atacante tuviera vínculos con organizaciones terroristas.
Australia, un firme aliado de Estados Unidos en su creciente ofensiva contra Estado Islámico en Siria e Irak, está en alerta máxima por posibles ataques de musulmanes locales radicalizados que retornan de esa región.
Una vez concluido el secuestro, el comisionado Scipione confirmó que el secuestrador llegó a tener 17 rehenes, de los cuales cinco se escaparon en las primeras horas y otros cinco lo hicieron momentos antes de que comenzase la operación policial.
El incidente obligó a la evacuación de los edificios cercanos y causó conmoción en un país donde muchas personas habían comenzado a poner ya su atención en el período de Navidad después de amenazas de seguridad anteriores.
En septiembre, la policía antiterrorista australiana dijo que había frustrado un complot inminente para decapitar a una persona elegida al azar, y días más tarde un adolescente en Melbourne murió baleado después de atacar a dos agentes antiterroristas con un cuchillo.
La cafetería está en Martin Place, un paseo peatonal popular entre los trabajadores que habría sido también el lugar potencialmente elegido para la decapitación frustrada.
Es la mayor operación que se realiza en Sydney desde que una bomba en el Hotel Hilton causó la muerte de dos personas en 1978.
Los líderes musulmanes pidieron calma y el Consejo Nacional Australiano de Imanes condenó "este acto criminal" en un comunicado conjunto con el Gran Mufti de Australia.
Un país poco acostumbrado a la violencia
Política. Australia es una monarquía constitucional que cuenta con un sistema de gobierno parlamentario. La reina Isabel II es la jefa del Estado australiano. El primer ministro es el conservador Tony Abbott. El país forma parte de la Commonwealth
Seguridad. Australia no ha sufrido ningún ataque terrorista desde noviembre de 1986, cuando un coche bomba estalló frente al consulado turco en Victoria, en un atentado orquestado por terroristas armenios
Desesperación. La camarera que logró huir
Su rostro desesperado dio la vuelta al mundo y se convirtió en el ícono de la toma de rehenes. Estudiante universitaria y deportista talentosa, Elly Chen fue una de las dos camaeras del café que lograron huir del lugar, dos horas después de que dos clientes y otro trabajador del local hicieran lo mismo. Las imágenes de Chen corriendo desencajada hacia los brazos de un policía llevaron alivio a sus familiares y amigos, que habían manifestado sus miedos y preocupaciones en el muro de Facebook de la estudiante, según consignó el Sydney Morning Herald. "Sí, por fin te veo. ¡Estoy tan contenta de que estés a salvo!’’, posteó su hermana Nicole en Facebook tras ver las imágenes. Elly es estudiante de la Universidad de Nueva Gales del Sur y representó al país y a su estado en torneos de natación y tenis.
Selfies. La frivolidad en medio del drama
Como un signo de los tiempos, durante las 15 horas que duró la toma de rehenes el exterior del café se convirtió en escenario más buscado para los fanáticos de las selfies. Blanco de críticas por parte de otros usuarios, decenas de personas subieron a redes sociales, como Twitter e Instagram, autofotos con una sonrisa, mientras en el fondo se veía el operativo policial que finalmente entraría al lugar. En la tarde de ayer, el periodista de BuzzFeed Mark Di Stefano fotografió a dos mujeres rubias abrazadas para sacarse una selfie a 100 metros del café Lindt. Desde entonces, la foto se compartió casi 500 veces en Twitter, con comentarios críticos, condenando el comportamiento "irrespetuoso" de las mujeres. Tampoco faltaron usuarios que hicieron chistes en Twitter sobre la toma de rehenes.
Del editor: cómo sigue.
Agencias AP, AFP, EFE y Reuters