Un contador despedido reveló detalles de las finanzas de los Grimaldi: gastos descomunales, transferencias secretas e internas familiares
Claude Palmero, el administrador durante 22 años de la Casa Real de Mónaco, demandó a la familia por un millón de euros y mostró los cuadernos donde anotaba los movimientos de dinero del príncipe Alberto
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Durante más de dos décadas, Claude Palmero manejó las riendas financieras de la Casa de Grimaldi, los gobernantes del principado de Mónaco desde el siglo XIII y una de las casas reales más deslumbrantes de Europa. Sin embargo, lo que parecía ser una gestión discreta de las finanzas de la familia real explotó en un escándalo de proporciones monumentales.
Palmero, el contador de 67 años, quien fungió como administrador principal de activos durante 22 años para el actual jefe de la casa, el Príncipe Alberto II, se encargó de las inversiones, supervisó los gastos y, en la medida de lo posible, equilibró los libros.
En junio del año pasado, Palmero fue despedido de manera poco ceremoniosa en medio de acusaciones no verificadas de fraude en el palacio por la familia Grimaldi, que también le reprocha haber pretendido hacerse con su patrimonio, según consigno The Guardian.
Ahora, Palmero no solo está demandando a la Casa Real por un millón de euros, sino que también decidió revelar detalles impactantes que llegaron a los medios franceses, destapando la caja de Pandora y desencadenando un terremoto en el Principado.
Discreto y desconocido para la mayoría, Palmero se llevó consigo algunos cuadernos en los que anotaba los descomunales gastos que el príncipe Alberto autorizaba para toda la familia, incluidos los hijos que tuvo fuera de su matrimonio o la familia de su esposa, Charlene Wittstock.
Cinco cuadernos negros llenos de detalles sobre los gastos de la familia llegaron a los medios franceses, mientras que Palmero habló extensamente con Le Monde.
“Creo que todos sabían que su estilo de vida era… glamoroso”, dijo un empleado de una empresa que suministra personal doméstico a algunos de los residentes adinerados de la principado. “[Pero] no estoy seguro de que supiéramos que lograron gastar tanto. Incluso en un lugar acostumbrado al comportamiento de los multimillonarios, levantó algunas cejas”, según The Guardian.
El propio Alberto II envió un mensaje a Le Monde en el que rechaza esas informaciones y acusa a Palmero de deslealtad.
Entre las revelaciones más sorprendentes de los cuadernos, se encuentran los hábitos de gasto de la esposa de Alberto, la princesa Charlene Wittstock, de 46 años, una excampeona de natación que representó a Sudáfrica en los Juegos Olímpicos de Sídney en 2000.
Los cuadernos revelan que Charlene, quien se casó con Alberto en 2011 y dio a luz a los gemelos Jacques y Gabriella tres años después, tiene una asignación anual de alrededor de 1.5 millones de euros. En diciembre de 2019, Palmero anotó que ella había gastado “unos 15 millones de euros en los últimos ocho años”.
Los cuadernos registran que Alberto, hijo y heredero del Príncipe Rainiero III y la antigua estrella de Hollywood Grace Kelly, que tiene una fortuna personal estimada en 2000 millones de euros, reforzó regularmente la asignación de su esposa.
Paraísos fiscales
El propio Palmero puso a su nombre bienes adquiridos para evitar pagos de impuestos o que se enteraran de los caprichos de otros. También alertó del trabajo ilegal de algunos de los asistentes de la familia y asegura que el soberano autorizaba gastos que el Palacio quería evitar que fueran conocidos por la población.
El príncipe Alberto, a la cabeza de un Estado investigado por el Consejo de Europa por su falta de transparencia fiscal, tenía 258 millones de euros en cuentas en paraísos fiscales. En concreto, en bancos de Panamá y de otros países, según el medio francés Libération.
Palmero asegura que esas “estructuras” —en referencia a las cuentas en paraísos fiscales— son anteriores a su llegada al puesto y los abogados de los Grimaldi lo acusan de no haberlas cerrado cuando obtuvo el cargo.
Le Monde también informó sobre la existencia de “fondos especiales” que asignaban hasta 600.000 euros al año para “misiones secretas” y “actividades paralelas”, como pagar a un oficial de policía por “información útil” y “recuperar fotos comprometedoras”.
Alberto II hizo hincapié en su declaración en que los hechos están en manos de la justicia y justificó el despido de Palmero por la “ruptura de la confianza”. El abogado del príncipe, Jean-Michel Darrois, le dijo al periódico que el presupuesto del palacio y los fondos personales del príncipe se mantenían separados en todo momento, cualquier contratación
El príncipe le reprocha a Palmero haberle ocultado el estado real de sus finanzas y asegura que la auditoría que encargó tras su salida “reveló una situación catastrófica”.
“El señor Palmero puso a su nombre la totalidad de los bienes de la familia”, indica el soberano, que precisa que necesitaron “numerosos meses de procedimientos judiciales” para recuperarlo.
Palmero objetó gastos, incluyendo un catamarán. Además, se opuso al costo para renovar la oficina de Charlene, valuado en casi 1 millón de euros, y a su gasto de una suma similar por el alquiler de una villa en Córcega por dos meses. En 2021, volvió a oponerse cuando la princesa sugirió que necesitaba más personal, escribiendo: “Ya hay 8,5 [millones] a su servicio, más que nunca”. Sin embargo, autorizó tres pagos de 300.000 euros a su hermano Sean “para su casa”.
Además, las dos hermanas del príncipe, Stéphanie y Caroline, reciben asignaciones anuales de 800.000 y 900.000 euros “para gestionar su día a día”.
Internas
Los extractos publicados por Le Monde dejan al descubierto las tensiones internas entre los Grimaldi. Palmero sucedió a su padre en el puesto de administrador todavía en tiempos de Rainero III. Según el diario, Rainiero no quería que fuera Alberto quien accediera al trono y encargó informes para que la sucesión recayera en Carolina.
Más recientemente, Palmero maniobró para evitar que Charlene no fuera elegida regente en caso de fallecimiento del actual príncipe antes de la mayoría de edad de Jacques de Mónaco.
Las notas de Palmero indican que existe animadversión de las dos hermanas del príncipe, Carolina y Estefanía, hacia Charlene, quien por su parte no soporta a Nicole Coste, madre de uno de los hijos extramatrimoniales reconocido por Alberto.
Los gastos en los dos hijos de Alberto de relaciones anteriores al matrimonio, con Nicole Coste y Tamara Rotolo, también están registrados en los cuadernos.
Claude Palmero revela en sus cuadernos que el palacio adquirió un departamento de 3 millones de euros en Nueva York para Jazmín Grace Grimaldi, de 31 años, además de entregarle 86.000 dólares trimestralmente. Mientras, su hermano, Alexandre Grimaldi-Coste, de 20 años, cuenta con un seguro contra secuestros y rescates. La madre de Alexandre recibe “casi 1 millón de dólares por año” para su negocio de moda, incluyendo dinero adicional para abrir una tienda en Knightsbridge, Londres, según los registros.
Los cuadernos muestran que Nicole Coste también exigió un apartamento que debía estar “enteramente a nombre de Alexandre”, ya que “Nicole teme grandes problemas con Charlene” si Alberto muere. El nombre del príncipe debía mantenerse fuera del trato “a toda costa”, escribió Palmero.
Libération, que también entrevistó a Palmero, informó que Alberto mantenía una cuenta bancaria privada en BNP etiquetada como AG (por Alberto Grimaldi), que le permitía transferir dinero a las exnovias y sus hijos sin el conocimiento de Charlene.
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