Un año después, las divisiones paralizan a los opositores
Los grupos, separados por motivos étnicos, ideológicos y sectarios, no logran acuerdos
BEIRUT.- La espiral de violencia en Siria y el actual infierno que viven ciudades como Homs han suscitado una nueva ola de indignación en todo el mundo, y muchos países árabes y occidentales están buscando nuevas formas de apoyar a los grupos de manifestantes y militantes que sufren el impiadoso ataque de las fuerzas del régimen.
Los diplomáticos que se reunieron ayer en Túnez para elaborar un plan que les permita ayudar a los ciudadanos sirios corren con una gran desventaja: la falta de un liderazgo que cohesione a toda la oposición.
A casi un año del inicio del levantamiento, la oposición sigue siendo una colección desorganizada de grupos políticos, exiliados de larga data, organizaciones de base y militantes armados, todos ellos profundamente divididos por lineamientos ideológicos, étnicos o sectarios, demasiado desarticulados para acordar incluso una estrategia para derrocar al gobierno de Bashar al-Assad.
La necesidad de unificar a la oposición fue el centro de un intenso debate en la reunión de Túnez. El tema subyacente fue la promoción de alguna forma de movimiento de protesta unificado, tal vez bajo el paraguas de una alianza de exiliados llamada Consejo Nacional Sirio (CNS).
El Consejo, sin embargo, tiene varias fallas. Fuentes diplomáticas aseguran que representa al 70 por ciento del abanico de grupos opositores a Al-Assad y todavía tiene que tomar la decisión de involucrarse en las alianzas internas independientes que se han formado en lugares como Homs y otras ciudades sirias.
"Siguen metidos en una pelea interna constante que posterga cualquier acción efectiva", dijo Rima Fleihan, una activista que logró cruzar a Jordania y abandonó el Consejo el mes pasado. "La gente se pregunta por qué no han logrado el reconocimiento internacional y por qué los siguen bombardeando", agregó.
Comparada incluso con la situación en Libia, donde las luchas internas entre milicias rivales y la incapacidad del Consejo Nacional de Transición para ejercer plenamente su autoridad generó un caos después del exitoso levantamiento inicial, la oposición Siria parece aún más desperdigada.
Los gobiernos de Estados Unidos y otros países occidentales también temen el rol incierto que juegan en Siria los islamistas. La Hermandad Musulmana y otras agrupaciones islamistas organizadas fueron reprimidas con más ferocidad en Siria que en Egipto, y sus líderes son menos conocidos. Algunos diplomáticos temen que en medio del caos, los islamistas sirios se alcen con el poder.
Esa es una de las razones por las que Estados Unidos tiene la esperanza de que el CNS pueda superar sus divisiones. En una conferencia de prensa en Londres, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dio esta semana un paso adelante en el reconocimiento estadounidense del consejo, y ayer se reunió con algunos de sus líderes.
"La Liga Arabe y el resto de los países que están trabajando están de acuerdo en que el CNS es un representante creíble", dijo Clinton.
Explicación
Los integrantes del CNS aseguran que las divisiones son el resultado normal de su intento de dar forma a una organización que englobe a toda la diversidad de una sociedad compleja. Los miembros del consejo argumentan que para ser un grupo que prácticamente no se conocía y que se reunió por primera vez en Estambul en septiembre pasado, lograron avances, y que las dudas sobre su grado de representatividad responden a una campaña de desinformación impulsada desde Damasco.
"Es un problema fabricado", dijo Burhan Ghalioun, presidente del CNS, en una breve entrevista.
Ghalioun aseguró que la falta de dinero era el problema más grave que enfrenta el consejo. Según el activista, a pesar de las promesas, ni los gobiernos occidentales ni los árabes han materializado un financiamiento concreto, y por lo tanto dependen de los sirios ricos en el exilio.
El consejo de 310 miembros sigue balcanizado en diferentes facciones que se enfrascan en discusiones interminables sobre qué grupo tiene derecho a más asientos. Tampoco se reconcilió con los miembros de otra coalición opositora, el Comité de Coordinación para el Cambio Nacional, que tuvo posición más moderada y permitió que Al-Assad gobierne durante la transición política.
El problema central es el modo de organizar a una oposición cada vez más fuertemente armada. El CNS dice que apoya el uso defensivo de las armas. Pero los oficiales desertores del Ejército sirio que formaron en el exilio el Ejército Libre de Siria, con base en Turquía, se mantuvieron al margen del consejo.
Traducción de Jaime Arrambide
Las principales facciones opositoras
- Consejo Nacional Sirio (CNS). Compuesto por 230 miembros, es el más amplio y representativo. Reúne a los más importantes partidos de la oposición islamista, en especial miembros de los Hermanos Musulmanes, liberal y nacionalista. Creado en agosto de 2011 en Estambul, su legitimidad viene de la oposición dentro del país y del apoyo de Estados Unidos y Francia, que lo favorecen como interlocutor. Está actualmente dirigido por Burhan Ghalioun, inclinado a una intervención militar, y reclama la salida del presidente Al-Assad.
- Comités Locales de Coordinación (LCC). Los comités coordinan el movimiento de protesta por barrio y por ciudad. Son la principal fuerza de oposición activa en el lugar de los hechos, compuesta por una mayoría de jóvenes sin pasado militante conocido, que se comunican y organizan a través de redes sociales como Facebook y Skype para coordinar ayudas del exterior. Organizaron un sistema paralelo de ayuda para atender a sus militantes heridos en los hospitales vigilados por las fuerzas de seguridad. Los LCC forman parte del CNS.
- Comité de Coordinación para el Cambio Nacional y Democrático (CCCND). Dirigido por Hassan Abdel Azim, fue creado el pasado septiembre, y agrupa a partidos nacionalistas árabes, kurdos, socialistas y marxistas. Tiene un consejo central elegido, y su figura más importante es Haitham Manaa, que rechaza cualquier idea de intervención militar extranjera en Siria. Una tentativa de acercamiento con el CNS resultó un fracaso.
- Coalición de las Fuerzas Laicas y Democráticas (CFLD). Se creó en París, en septiembre. Aboga por la instauración de un Estado laico, y la componen partidos kurdos, cristianos sirios, e incluso musulmanes sunnitas. Una de sus preocupaciones es el predominio de islamistas en la oposición, por lo que llamó a las minorías, especialmente cristianas, a unirse a la protesta.
- Comisión General de la Revolución Siria (CGRS). Creada a mediados de agosto, la CGRS es una coalición que tiende a "estrechar" los rangos de la oposición tanto en el plano político como en el terreno, para lograr la caída del régimen y el establecimiento de un Estado democrático.
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