La crisis de los ilegales vuelve a dividir a la UE
Miles de personas intentan cruzar el Canal de la Mancha; en 2 meses, 9 muertos
PARÍS.- La ciudad francesa de Calais se convirtió en los últimos días en una de las fronteras más explosivas de Europa: entre 1500 y 2000 inmigrantes clandestinos pugnan cada noche por subir a los camiones y trenes que atraviesan el canal de la Mancha y tratar de llegar a Gran Bretaña, en una verdadera estampida.
Ese flujo incesante provocó ayer una crisis entre París y Londres, que se acusan mutuamente de no actuar con energía para contener ese río humano de desesperados que prefieren morir en el intento antes que resignarse a volver a sus países.
Con la muerte anteanoche de un inmigrante sudanés, aplastado por un camión cerca del túnel, el saldo de ese trágico juego entre clandestinos y policías elevó a nueve el número de víctimas desde principios de junio. Más tarde, un joven egipcio se electrocutó cuando quería subirse a un vagón de la Estación del Norte de París, desde donde salen los trenes hacia Londres.
En Calais, la mayoría de los accidentes se producen porque para llegar al área de embarque de los camiones los inmigrantes clandestinos deben atravesar la autopista, según explicó la alcaldesa de esa ciudad, Natacha Bouchart. Los otros mueren embestidos por los trenes o electrocutados por el sistema de alimentación de energía. Unos 4100 camiones transitan cada día por ese enlace a Gran Bretaña.
Las últimas dos noches fueron extremadamente tensas debido a la repetición de intentos desesperados de miles de clandestinos sobre la ruta que utilizan los camiones para llegar hasta el túnel de 50,5 km que une Francia con el Reino Unido.
Esos candidatos a emigrar clandestinamente viven en tiendas de campaña y campamentos improvisados erigidos en las inmediaciones de Calais y ocupan hangares abandonados. La policía calcula que actualmente hay por lo menos 3000 inmigrantes procedentes en su mayor parte de Etiopía, Eritrea, Somalia, Afganistán, Sudán y Egipto. Así como numerosos refugiados que escaparon a la guerra en Siria, Irak y en el este de Turquía y esperan obtener asilo político.
Las cifras son cálculos de las ONG que operan en la región para suministrar ayuda a los refugiados.
Para tratar de contener esa presión humana, el ministro del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve, decidió reforzar el dispositivo con el envío de 120 policías suplementarios y pidió la colaboración de la empresa que administra el túnel. Pero, sobre todo, reclamó un mayor compromiso del gobierno británico, que, según dijo, deslinda su responsabilidad en los enormes esfuerzos humanitarios, técnicos y represivos que realiza Francia para tratar de poner límites a esa situación explosiva.
La empresa Eurotunnel respondió que invirtió 160 millones de euros. Sobre ese total, 13 millones corresponden al primer semestre del año, para reforzar los medios físicos de control (alambradas, iluminación, cámaras de visión nocturna y barreras dotadas de sistemas infrarrojos) y aumentar el personal de seguridad.
Desde comienzos de año, esos sistemas permitieron interceptar 37.000 intentos de intrusión.
"Esto se ha convertido en un fenómeno fuera de nuestro control -dijo el vocero John Keefe-. Sólo somos una pequeña empresa de transporte que opera en una pequeña esquina de Europa.''
Keefe añadió que los ataques a las vallas están organizados. "Está muy claro que bandas delictivas o traficantes de personas coordinan esos ataques."
Desde Singapur, donde estaba de viaje, el primer ministro británico, David Cameron, se declaró ayer "preocupado".
El Reino Unido, que hasta ahora desembolsó 4,5 millones de euros para reforzar las barreras en torno de la terminal de camiones, decidió desbloquear otros 10 millones para reforzar el dispositivo.
Londres confirmó también que construirá una barrera de tres metros de altura y 1,9 kilómetros de longitud para proteger la terminal. Esa valla, que ya se usó en la cumbre de la OTAN de septiembre último en Gales, podría estar terminada a fines de mes.
La ministra del Interior, Theresa May, confirmó que un "cierto número" de inmigrantes consiguió entrar al país en los últimos días a través del túnel. Se trata al parecer de un centenar, pero desmintió que la situación tuviera características de "invasión", como había asegurado poco antes la empresa Eurotunnel.
El relativo éxito de esas intrusiones fue al parecer el detonante de las olas de intentos de los últimos días. "Los inmigrantes saben que, por cada 100 o 200 que la policía logra detener, uno o dos consiguen pasar", explicó la alcaldesa Natacha Bouchart.
La solución consistiría en optimizar la coordinación entre todos los países de la Unión Europea (UE), pues la mayoría de esos inmigrantes ingresan por Italia o Grecia y atraviesan media Europa antes de llegar a Calais. Los esfuerzos realizados en ese sentido, incluso con respecto a futuros refugiados que atraviesan el Mediterráneo, fracasaron hasta ahora ante la negativa de muchos Estados del bloque de aceptar cuotas proporcionales como lo solicitaba la Comisión Europea (CE).
Un fenómeno alarmante
37.000
Inmigrantes ilegales
Interceptó la empresa Eurotúnel desde enero; pretendían ir de Francia a Gran Bretaña
100.000
Ilegales y refugiados
Llegaron a Europa a través del Mediterráneo en 2015, según la ONU
300.000
Euros diarios
Le cuesta a Italia la manutención de los ilegales que llegan a sus costas
Frontera desbordada
John Keefe
Vocero de Eurotunnel
"Esto se ha convertido en un fenómeno fuera de nuestro control"
"Está muy claro que bandas delictivas o traficantes de personas coordinan estos ataques"
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