Brexit: un acuerdo que deja atrás casi cinco años de psicodrama
PARÍS.- El histórico acuerdo logrado hoy por la Unión Europea (UE) y Gran Bretaña sobre sus futuras relaciones comerciales, alejó el fantasma de una ruptura brutal de imprevisibles consecuencias y sentó las bases de una nueva relación, que permitirá a ambos dejar atrás casi cinco años de un extenuante psicodrama.
Este acuerdo "bueno para Europa y para el Reino Unido", establece "bases sólidas para la salida de un amigo de hace mucho tiempo", declaró la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen. "Ahora podemos dejar el Brexit detrás nuestro (…) y pasar a una nueva etapa", agregó.
Quedaba una semana para llegar a ese acuerdo. Siete días antes de que Gran Bretaña saliera definitivamente del bloque con o sin acuerdo. Si no se hubiera logrado, las futuras relaciones comerciales entre ambos hubiesen quedado regidas por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con su cohorte de imposición de tasas aduaneras, cuotas y formalidades administrativas que podrían provocar monstruosos embotellamientos en las fronteras y retrasos en los aprovisionamientos.
Si faltaba una prueba, baste recordar que este acuerdo se produce después de tres días de caos en Dover, punto de paso principal entre Gran Bretaña y Francia, donde miles de camiones de mercaderías quedaron paralizados cuando París decidió imponer un test anti-covid a todo vehículo y pasajero proveniente del Reino Unido, tras la aparición de una nueva cepa del virus. Ese episodio demostró lo que podía pasar con el comercio internacional transfronterizo en el caso de un no-deal.
Lejos de la discreción manifestada por Von der Leyen, el anuncio del primer ministro británico, Boris Johnson, a sus administrados asumió los mismos acentos de triunfo nacionalista que lo caracterizan.
"Llegamos a un acuerdo. Todo lo que le prometimos a los británicos durante el referendo de 2016 y la elección general del año pasado fue respetado en este pacto. Hemos recuperado el control de nuestro dinero, de nuestras fronteras, de nuestras leyes, de nuestro comercio y de nuestra pesca", anunció el premier a través de su vocero.
En verdad, no fue tan así. Durante estos agotadores 12 meses de negociación sobre las futuras relaciones económicas, Londres terminó cediendo en prácticamente todos los puntos litigiosos. El último de ellos, la pesca, fue zanjado esta semana, cuando el primer ministro tuvo que aceptar la línea roja impuesta por Bruselas: desde el 1° de enero, los barcos europeos comenzarán a renunciar progresivamente solo al 25% de su colecta en aguas británicas.
Cinco años después de una elección general que lanzó una reacción en cadena transformó la política británica y las relaciones del país con la Unión Europea, el acuerdo logrado este jueves establece un nuevo marco para los negocios en ambos lados del canal de La Mancha.
Para Boris Johnson, el arquitecto del Brexit y el tercer primer ministro desde el referéndum por el Brexit de 2016, es una buena noticia que le permite terminar con una nota de optimismo un año catastrófico.
Con un electorado profundamente dividido, las finanzas públicas al borde del abismo debido a una pandemia de Covid-19 que no da tregua y los escoceses cada vez más convencidos por una eventual independencia del Reino Unido, el primer ministro debe probar que es capaz de sacar adelante a Gran Bretaña sin el mercado común y la unión aduanera, un estatus que coloca ahora a su país detrás de otros no-miembros de la UE, como Noruega y Suiza.
Esos enormes desafíos no serán fáciles de administrar. Según todas las encuestas, el país está muy lejos de estar preparado para esta nueva etapa. En el terreno comercial, sectores enteros del Reino Unido -como la provincia de Irlanda del Norte- podrían verse sometidos a una escasez de aprovisionamientos.
Fuera del mercado común, los servicios financieros británicos perderán el pasaporte que les permite ofrecer sus servicios dentro del bloque y deberán esperar que la UE decida si los vuelve a autorizar. Ante esa amenaza que acaba de concretarse, firmas como JPMorgan, Chase & Co. o Goldman Sachs Inc. son algunas de las compañías que ya trasladaron unos 7500 empleados al continente y cerca de 1.6 billones de dólares en valores fuera del Reino Unido.
Este acuerdo, en todo caso, permitirá mitigar algunos de los costos económicos del Brexit, aun cuando el crecimiento del Reino Unido seguirá debilitado por largo tiempo. Un no-deal hubiese cercenado 1.5% del PIB británico en 2021. Aun así, durante la próxima década, las previsiones de crecimiento anual del país seguirán siendo 0,5% inferiores a las que hubiera registrado si hubiese permanecido en la UE.
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