Uday, el hijo mayor que supervisaba las torturas
Su brutalidad incluso llegó a exasperar al propio Saddam
BAGDAD.- Uday Hussein, el hijo mayor de Saddam Hussein, se había hecho famoso en Irak por sus asesinatos y su comportamiento errático, que sembraban el terror en todo el país. Controlaba el aparato de propaganda y presuntamente supervisaba la tortura de atletas que no ganaban sus competencias.
Uday, de 39 años, era el tercero en la lista elaborada por las fuerzas aliadas de los 55 jerarcas más buscados del ex régimen iraquí -sólo precedido por Saddam y su hermano menor, Qusay-. Los tres también figuran en la lista de Estados Unidos de los miembros del régimen que podrían ser juzgados como criminales de guerra.
Como jefe del grupo paramilitar de los fedayines de Saddam, Uday ayudó a eliminar a los opositores de su padre y ejerció un control de puño de hierro sobre los 25 millones de iraquíes.
El mayor de los cinco hijos de Saddam, Uday, fue elegido para ocupar un asiento en el Parlamento iraquí en 1999, con el 99 por ciento de los votos, pero casi nunca asistía a las sesiones.
Los exiliados iraquíes dicen que Uday cometió asesinatos y torturas sin límite, y rutinariamente ordenaba a sus guardias que atraparan a mujeres en la calle para que él las violara. Dicen también que ordenaba que los prisioneros fuesen arrojados en barriles de ácido como castigo. Uday estaba orgulloso de su reputación y decía ser Abu Sarhan, que en árabe significa lobo. Pero su brutalidad exasperaba incluso a Saddam, que lo desterró temporariamente a Suiza luego de que mató a uno de los guardaespaldas favoritos de su padre en 1988.
El guardaespaldas, un joven llamado Kamel Gegeo, organizaba citas con mujeres para el presidente iraquí, en particular con una mujer que luego llegó a ser la segunda esposa de Saddam. Preocupado porque la relación con esta mujer pusiera en riesgo su posición como heredero, Uday mató a Gegeo a golpes con un garrote en medio de una fiesta, según se informó. Otras versiones señalan que Uday mató a Gegeo con un cuchillo.
Uday había sido en una época un fuerte candidato para suceder a su padre, pero resultó herido de gravedad en 1996, en un intento de asesinato a tiros cuando paseaba en su Porsche por las calles de Bagdad. A raíz de ese ataque, Uday quedó con una bala incrustada en la espina dorsal, lo cual lo obliga a caminar con un bastón. En su reemplazo, su hermano menor Qusay fue preparado para suceder a Saddam en el poder, lo cual empeoró la relación entre los dos hermanos.
Propaganda oficial
Uday era propietario del diario Babel, el de mayor circulación en Irak, el que utilizaba como plataforma para propaganda del régimen, publicando editoriales firmados con una retórica rimbombante. Asimismo, supervisaba Al-Zawra, un semanario publicado por la asociación de periodistas que él dirigía, y también era propietario del canal Juventud TV.
Gran parte de la notoriedad de Uday en el extranjero provenía de su puesto de presidente del Comité Nacional Olímpico Iraquí, donde se lo acusaba de torturar y encarcelar a los atletas.
El grupo defensor de los derechos humanos Indict, de Londres, señaló que en cierta oportunidad el comité obligó a un grupo de atletas a arrastrarse sobre asfalto fresco mientras eran apaleados y algunos de ellos fueron arrojados desde un puente. Indict agregó que Uday dirigía una prisión especial para atletas que lo ofendían.
Un desertor dijo a Indict que varios jugadores de fútbol encarcelados fueron obligados a patear una pelota de cemento por no haber llegado a la final de la Copa del Mundo de 1994. Otro desertor indicó que los atletas eran arrastrados por un pozo de grava y luego sumergidos en un tanque de desechos cloacales para que se infectaran.
Los oficiales del ejército también eran presa de los estallidos de violencia de Uday. En 1983, golpeó y dejó inconsciente a uno de ellos porque no le había permitido bailar con su esposa. El oficial murió poco después.
Las cosas apenas eran mejores en el frente familiar, donde las relaciones entre Uday y sus tíos eran muy tensas. Según versiones, Uday se divorció de la hija de uno de sus tíos, Barzan Ibrahim Hassan en 1995, después de que ella se quejó porque había sido golpeada por él. Uday hirió de un disparo a otro tío, Watban Ibrahim Hassan. Ambos tíos fueron capturados después de la guerra en Irak y se encuentran bajo la custodia de las fuerzas lideradas por Estados Unidos.
Mientras millones de iraquíes estaban sumidos en la mayor pobreza, Uday vivía entre autos lujosos, licores caros y mujeres de vida disipada. Cuando las tropas norteamericanas tomaron su mansión en Bagdad, encontraron un zoológico personal con leones y leopardos, un garaje subterráneo destinado a su colección de autos de lujo, habanos de origen cubano con su nombre en el envoltorio, y un millón de dólares en bebidas alcohólicas, e incluso heroína.
La obsesión de Uday por el sexo era evidente en todas partes. La casona estaba adornada con pinturas de mujeres desnudas y fotografías de prostitutas bajadas de Internet, con datos completos y una calificación escrita a mano de cada una de ellas.
En la oficina de Uday había bolsas y cajas de píldoras y remedios por todas partes -tónicos sexuales de ginseng, antidepresivos Prozac y hasta un dispositivo de control y prevención del sida-. Cerca de allí había una casa con cúpula que, se cree, era donde vivían las concubinas de Uday, un lugar de mal gusto con estatuillas de parejas en posiciones eróticas, sofás mullidos, una pileta de natación y un bar.
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