Ucrania asegura que Rusia ya inició una “guerra híbrida” con amenazas de bombardeo y ciberataques
El gobierno de Kiev dice que Moscú ya recurre a ciberataques, presiones económicas y falsas amenazas de bomba para debilitar a su país vecino
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KIEV.- Los funcionarios norteamericanos advierten que el ataque de Rusia contra Ucrania sería inminente, pero muchos ucranianos consideran que el embate ya arrancó hace tiempo.
El gobierno de Kiev dice que Rusia, que tiene rodeada a Ucrania por tres lados con más de 100.000 soldados, ha redoblado su campaña de desestabilización, por medio de ciberataques, interferencias económicas y una nueva táctica: cientos de falsas amenazas de bomba.
Las fuerzas rusas o sus milicias delegadas ya controlan sectores de Ucrania y chocan frecuentemente en escaramuzas con las tropas del gobierno. Desde Kiev apuntan que el objetivo de Moscú es intensificar y diversificar la guerra híbrida, para debilitar al país, sembrar el pánico y el descontento en la población, y fogonear un movimiento interno de protesta como el que Rusia alentó en Ucrania oriental para justificar su intervención en 2014. El mes pasado, funcionarios británicos y norteamericanos revelaron información de inteligencia sobre la planificación de un golpe de Estado para instalar en Kiev un gobierno títere prorruso.
Esas tácticas demuestran que el presidente ruso Vladimir Putin puede mantener o incluso escalar su presión sobre Ucrania sin un solo disparo o una declaración de guerra que podría provocar sanciones de Occidente. Funcionarios ucranianos creen que la campaña de desestabilización es mucho más probable que una invasión a gran escala.
“El objetivo número uno de Rusia es socavarnos desde adentro”, dijo recientemente en una entrevista Oleksiy Danilov, máximo asesor de seguridad nacional del presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Rusia ha negado tener planes de invadir o atacar Ucrania, y argumenta que es Occidente el que está dañando a la exrepública soviética, al intentar sumarla a sus alianzas, particularmente a la OTAN.
Desde que invadió y se anexó partes de Ucrania en 2014, Rusia ha empleado diversas tácticas para minar los recursos y la voluntad de lucha de los ucranianos. A través de los separatistas que controla en el este de Ucrania, el Kremlin puede escalar los combates en esa región, causar bajas entre las fuerzas ucranianas y trastocar por completo la vida cotidiana en las ciudades cercanas al frente de batalla. Y un aumento de la violencia en la región sería la excusa que el Kremlin necesita para que su ejército se adentre aún más en territorio de Ucrania, como lo hizo en Georgia en 2008.
Pero la campaña de desestabilización de Rusia desde 2014 han tenido resultados mixtos. Desde entonces, el apoyo entre los ucranianos para que Ucrania ingrese a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a la Unión Europea (UE) ya supera a la mitad de la población. La economía de Ucrania no se derrumbó y su comercio internacional se ha trasladado de Rusia a la UE y a otros lugares. El gobierno ucraniano reforzó las defensas cibernéticas y cerró estaciones de televisión a las que consideraba “canales de propaganda”.
Russia has a choice - dialogue & diplomacy or confrontation & consequences. Senior Russian officials say Russia wants peace and isn't threatening anyone. If that's true, let us see actions - de-escalation and withdrawal of Russian troops from Ukraine’s borders - not empty words. pic.twitter.com/LWap8pId5g
— U.S. Embassy Kyiv (@USEmbassyKyiv) February 12, 2022
Sin embargo, quedan puntos débiles y Rusia los está sondeando.
Ucrania es uno de los países más pobres de Europa y su economía es vulnerable. La movilización y acumulación de tropas rusas en las fronteras espantó a los inversores, congeló proyectos y desató una fuga de capitales. La hryvnia, la moneda nacional, se devaluó, pero no hubo corridas ni pánico.
El jueves, Rusia anunció que durante sus ejercicios navales en el Mar Negro quedarían inaccesibles algunas franjas de agua de la costa sur de Ucrania, inhibiendo el tráfico de puertos claves para las exportaciones. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania se quejó por las consecuencias económicas de esos movimientos y los encuadró en la “guerra híbrida” de Rusia contra el país.
“La guerra económica de Rusia contra Ucrania no cesa”, tuiteó la embajada de Estados Unidos en Kiev.
Hace tiempo que Rusia regula y limita el tráfico marítimo hacia el mar de Azov a través del estrecho de Kerch, lo que según Ucrania equivale a un bloqueo parcial de sus puertos, incluido el centro industrial de Mariupol.
“Quieren estrangular nuestra economía”, disparó Danilov.
Pero Ucrania también se preparó contra algunas de las tácticas de Moscú. En 2014, el gobierno de Kiev bloqueó los canales estatales rusos por “difundir información falsa destinada a sembrar discordia”. El año pasado, Zelenski extendió la prohibición de los sitios web rusos para incluir la red social Vkontakte.
También el año pasado, Zelenski autorizó el cierre de tres canales de televisión cuyo dueño es amigo cercano de Putin. La emisora era crítica del gobierno ucraniano y alentaba vínculos más estrechos con Rusia. Los funcionarios de Kiev dicen que era financiada encubiertamente por Moscú y que era otra fuente de desinformación del Kremlin.
“Cerramos los canales de propaganda rusos financiados por el país agresor”, dijo Danilov, máximo asesor de seguridad de Ucrania. “No es un tema de libertad de expresión: se trata de frenar la guerra de información de Rusia.”
Cuando el Reino Unido identificó a un legislador ucraniano y propietario de un canal de televisión, Yevhen Murayev, como el posible gobernante títere que los rusos tenían intenciones de instalar en el poder, los ucranianos se manifestaron frente a las oficinas de la emisora en Kiev y reclamaron su clausura. Murayev negó estar involucrado en un complot.
Pero hay ucranianos que van más allá de la protesta. Myroslav Hai, veterano militar y productor de cine, instaló un potente equipo de radio cerca de la línea del frente, en la región oriental de Lugansk, para retransmitir Army FM, una estación de radio militar ucraniana: su señal es tan fuerte que reemplazó a la emisora separatista que funciona en territorio aliado de Rusia.
“Es importante mostrar que todos los días hacemos algo, por chiquito que sea”, dice Hai.
Tras una serie de ataques, Kiev también reforzó sus defensas cibernéticas, con entrenamiento en “hackatones” organizados por la UE y la OTAN.
Los ciberataques de 2015 y 2016 dejaron temporalmente inutilizadas las redes eléctricas en Kiev y en Ivano-Frankivsken, en el oeste de Ucrania. En 2017, un ataque con programas malignos afectó a una de cada 10 empresas de todo el país y fue diseñado para paralizar la economía, según Viktor Zhora, subdirector del Servicio Estatal de Protección Especial de Comunicaciones e Información de Ucrania.
El ataque cibernético del mes pasado, que las autoridades atribuyeron a Rusia y su aliada Bielorrusia, instaló programas malignos que destruyeron decenas de sitios web del gobierno. Zhora dice que las autoridades ucranianas frustraron un ataque más grave que tenía como objetivo acceder a los registros estatales y a un paquete de datos de empresas y empresarios.
“El plan era desestabilizar y generar caos”, dijo Zhora.
Otra táctica nueva, según las autoridades ucranianas, son las amenazas de bomba.
Kateryna Morozova tiene una hija de siete años que el mes pasado la llamó desde la escuela para pedirle que la pasara a buscar de inmediato: en el grupo de chat los maestros avisaron que había una amenaza de bomba contra la escuela. Los chicos que estaban en clase de natación tuvieron que agarrar la ropa y salir corriendo a medio vestir en medio del frío y la nieve, dice Morozova.
“La verdad que mucho no me preocupé”, dijo Morozova, de 30 años. “Ya estamos acostumbrados a estos engaños.”
Traducción de Jaime Arrambide
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