Turquía, en jaque por un caso de corrupción y luchas por el poder
Desde hace 11 días, miles de personas exigen en las calles la renuncia del debilitado premier Erdogan, que denuncia un complot
ESTAMBUL.- El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, reorganizó su gabinete, alejó de su cargo a decenas de funcionarios policiales y apartó al fiscal encargado de una amplia pesquisa de corrupción, que causó la peor crisis política interna en la década que lleva en el poder.
El público sigue con máxima atención el polémico caso, que comenzó la semana pasada con el arresto de 24 personas, entre ellos los hijos de dos ministros, y que impulsó a cientos de manifestantes a salir a la calle para pedir la renuncia de Erdogan.
Altos funcionarios y poderosos empresarios fueron acusados de irregularidades en obras de construcción por 20.000 millones de dólares, y de ocultar en zapatos el equivalente a 4,5 millones de dólares en la casa de Süleyman Aslan, el gerente general del banco estatal Halkbank.
Decidido a resistir, Erdogan denunció ayer, una vez más, un complot en su contra. "Lastimosamente, algunos jueces actúan junto a grupos criminales y colaboran con ciertos medios para acusar a personas inocentes", sostuvo.
El escándalo coincidió, además, con un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que hizo sonar campanas de alerta sobre Turquía, uno de los países más pujantes entre las economías emergentes. Si bien se prevé que cierre el año con un crecimiento de casi 4%, un déficit del PBI de 7,4% y el alto nivel de crédito comprometen el desempeño futuro, advirtió el jefe de misión del FMI, Ernesto Ramírez Rigo.
Analistas y medios locales ven en la crisis una puja interna entre dos facciones del partido gobernante de orientación islámica moderada Justicia y Desarrollo (AKP). Los medios hablan de una fractura entre los partidarios de Erdogan y los de un poderoso clérigo musulmán, Fetullah Gülen, y su movimiento Hizmet, que cuenta con muchos seguidores entre funcionarios de organismos estatales y las fuerzas del orden.
El escándalo estalló poco tiempo después de que se conocieran planes del gobierno de cerrar las academias privadas vinculadas con Gülen.
"Hay dos grupos de poder religiosos dentro del AKP y ahora están divorciándose", dijo Canan Kaya, corresponsal de DHA de América latina en Buenos Aires, que ahora se encuentra en Estambul. "Nadie sabe bien qué representa Gülen", añadió.
Para Kaya, hay una impresión generalizada de corrupción sobre el gobierno. "Esa corrupción no fue inventada por los medios -dijo-. Quedó expuesta por el conflicto interno de ellos, pero estaban esperando el momento correcto: cuando Erdogan quiso cerrar las academias de Gülen, éstos atacaron."
La respuesta del gobierno profundizó aún más la turbulencia y las grietas en el seno del AKP. Esta semana, dos prominentes legisladores del AKP renunciaron al partido. Las dimisiones sucedieron a la exhortación del ahora ex ministro de Medio Ambiente, Erdogan Bayraktar, de que el premier también renunciara, al sugerir que él también estaba involucrado en los proyectos de bienes raíces investigados.
El llamado de Bayraktar a que Erdogan renunciara fue considerado extraordinario, ya que el ministro era uno de los más estrechamente vinculados al jefe de gobierno y era considerado su confidente. Además de Bayraktar, renunciaron el ministro del Interior, Muammer Güler, y el de Economía, Zafer Çaglayan, cuyos hijos fueron detenidos en la investigación.
Egemen Ba, el ministro para la Unión Europea (UE), también fue obligado a dimitir por su conexión con el empresario iraní Reza Zarrab, una de las principales figuras en el caso, en particular por su transferencia de oro y dinero a Irán por medio del banco estatal Halkbank.
Las profundas grietas también son una consecuencia natural del desgaste de un gobierno que lleva más de diez años en el poder. Según Cengiz Aktar, columnista del diario Zaman y analista del Istanbul Policy Center, un centro de estudios de Estambul, cuatro factores explican la crisis.
"La torta es ahora muy grande y la riqueza del país también. El gobierno estuvo en el poder demasiado tiempo. El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Estaban tan confiados que ni siquiera escondían el dinero y guardaban 4,5 millones de dólares en cajas de zapatos", dijo Aktar.
El verdadero ganador de esta crisis bien puede estar en el seno del AKP. El presidente Abdullah Gül, considerado el único rival potencial de Erdogan con quien fundó el partido gobernante-, se perfila como un silencioso árbitro de poder y gana adeptos por su tono moderado, muy distinto al de Erdogan.
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