Turquía acusa a los jihadistas de estar detrás de los atentados en Ankara
Los investigadores encontraron similitudes con un ataque reciente en Suruç, que fue atribuido a EI; uno de los atacantes habría sido una mujer; hay 128 muertos
ANKARA.– Todavía conmocionado por el peor ataque terrorista de la historia de Turquía, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan sospecha que el doble atentado con bombas perpetrado en Ankara, que dejó por lo menos 128 muertos y centenares de heridos, puede ser obra de Estado Islámico (EI).
Según funcionarios del gobierno turco, el grupo jihadista es el principal sospechoso del ataque, en el que habrían participado un hombre de unos 20 o 25 años y una mujer. Según la prensa turca, el joven habría dejado rastros de huellas digitales en una de las bombas que explotaron en la explanada de la principal estación de tren de Ankara mientras se celebraba una marcha de activistas prokurdos y grupos pacifistas.
Dos altas fuentes de seguridad dijeron que existen indicios que sugieren que EI fue responsable por el atentado en Ankara y que el hecho fue muy similar a un ataque suicida con bomba en julio en Suruç, cerca de la frontera con Siria, que también fue atribuido a los islamistas radicales.
"El ataque tiene el mismo estilo del de Suruç, parece es una copia", sostuvo uno de los investigadores, que habló bajo condición de anonimato.
"Todas las señales indican que el ataque habría sido perpetrado por Estado Islámico. Estamos concentrados completamente en esa hipótesis", indicó una de las fuentes.
La agencia estatal de noticias Anadolu dijo que la policía detuvo a 43 sospechosos en operaciones contra EI en toda Turquía y señaló que habría sido individualizada una célula turca de EI en la provincia oriental de Adiyaman como base organizada del ataque.
Combatientes del grupo jihadista acampan cerca de la frontera con Turquía. La semana pasada, Rusia lanzó una campaña de ataques aéreos en Siria, mientras sus aviones violaban el espacio aéreo turco en varias ocasiones. Turquía es vulnerable a infiltraciones por parte de EI, que controla vastos territorios en Siria e Irak. Pero el grupo islamista, que por lo general reivindica sus ataques, no se atribuyó el atentado en Suruç y tampoco ha hecho referencia al de Ankara en sus publicaciones en Internet.
Pese a las sospechas de los servicios de inteligencia turcos, ninguna organización se responsabilizó aún del atentado.
El ataque de anteayer fue perpetrado cuando miles de manifestantes estaban congregados en la estación de tren de Ankara, tras ser convocados por sindicatos y partidos de la minoría kurda para reclamar contra la escalada de violencia en el país. Dos artefactos estallaron en la estación mientras los manifestantes cantaban y bailaban en un ambiente festivo.
Calendario electoral
La crisis provocada por el ataque no alterará, sin embargo, el calendario electoral. Pese a la alarma provocada por las bombas, el gobierno de Erdogan tiene previsto celebrar elecciones legislativas en noviembre próximo. Erdogan espera poder restaurar una mayoría parlamentaria del oficialismo.
El mandatario turco condenó el ataque y canceló una viaje oficial previsto a Turkmenistán, aunque no se pronunció públicamente después del atentado.
Mientras, opositores al gobierno de Erdogan lo responsabilizaron por el ataque y convocaron ayer a miles de simpatizantes en el lugar del ataque. Los opositores acusan al presidente turco de estimular sentimientos nacionalistas en su campaña militar contra militantes kurdos.
"¡Erdogan asesino!", "¡Policía asesina!", gritó la multitud en la plaza Sihhiye, mientras policías antimotines bloquearon la calle principal que conduce a los edificios donde están ubicados el Parlamento y los edificios gubernamentales.
El Partido Demócrata Popular (HDP), principal formación prokurda, con gran presencia en la manifestación de anteayer y que cuenta con varios escaños en el Parlamento, dijo en un comunicado que la policía atacó a sus líderes y simpatizantes mientras trataban de dejar claveles en el lugar del atentado.
"Nuestros corazones sangran, pero no actuaremos con espíritu de venganza ni de odio –dijo Selahattin Demirtas, líder del HDP–. Esperamos al 1° de noviembre [fecha de las legislativas anticipadas] y entonces empezaremos a trabajar para derrocar al dictador."
"El Estado. que tiene informaciones sobre cada pájaro que vuela, no fue capaz de prevenir una masacre en el corazón de Ankara. Tienen las manos sucias de sangre", atacó Demirtas.
Luego de reunirse con el primer ministro, Ahmet Davutoglu, el jefe del principal partido de oposición, el socialdemócrata Kemal Kilicdaroglu, pidió ayer la renuncia de los ministros de Interior y Justicia.
Davutoglu ordenó tres días de luto nacional, y las banderas ondeaban ya a media asta en todo el país. Ayer comenzaron a celebrarse los primeros funerales de las víctimas del atentado.
Los ataques del sábado conmocionaron a un país asolado por el resurgimiento del conflicto con militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y cada vez más amenazado por la propagación de la guerra de la vecina Siria.
Al-Assad gana terreno gracias al apoyo ruso
- Las fuerzas gubernamentales sirias ganan terreno frente a los rebeldes con la ayuda de la aviación rusa, a la que la ONG Human Rights Watch acusó de suministrar bombas de racimo a las tropas de Damasco.
- En el duodécimo día de la intervención rusa, las tropas del régimen de Bashar al-Assad avanzaron ayer sobre dos ejes: la provincia central de Hama y las colinas de Latakia, en el oeste del país. En Hama, las tropas sirias se desplazaban formando un arco que se extendía desde el este de Jan Sheikun hasta el sur, hacia Kafar Nabuda, para acorralar a los rebeldes.
- "Esta ofensiva busca expulsar a los rebeldes de la llanura de Sahl Ghab, que se encuentra en la intersección entre las provincias de Hama, Latakia e Idleb", explicó Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
- En el oeste y el sur de esa llanura de 1000 kilómetros cuadrados viven alauitas, la secta chiita a la que pertenece Al-Assad. Los rebeldes conquistaron gran parte de ese territorio en los últimos meses y amenazaban la provincia de Latakia, principal bastión del régimen, y la ciudad de Hama.
- Según el OSDH, las fuerzas gubernamentales también ganaron terreno hacia el oeste del país, al conquistar la ciudad de Kafar Dalaba, en la región montañosa de Latakia.
Agencias AP, AFP, EFE y Reuters