Túnez y la Argentina se acercan más con la firma de acuerdos de cooperación
Tras dar el chispazo a una serie de levantamientos conocidos como la "primavera árabe", Túnez resultó inmune a la inestabilidad política que barrió de dictadores a otros Estados árabes suprimiéndolos por otros, como en Egipto, o hundiéndolos en el caos y la guerra civil, como en Libia y Siria.
El cimbronazo político que arrancó con la inmolación de un vendedor ambulante en diciembre de 2010 y terminó con la salida del presidente Ben Ali semanas después ralentizó la economía del país que ahora comienza a emitir señales de recuperación.
Con el objetivo de consolidar esa expansión y fortalecer las relaciones internacionales, el canciller tunecino, Khemaies Jhinaoui, llegó a la Argentina para firmar una serie de acuerdos con el gobierno de Mauricio Macri, entre ellos, uno en el campo social, otro en cooperación técnica, otro sobre la condición de la mujer y el último entre dos agencias para promover y reforzar las exportaciones.
-¿Cómo está Túnez hoy después de ser la vanguardia de la "primavera árabe"?
-Para serle honesto no nos gusta el nombre de primavera árabe. Túnez fue el comienzo de ese movimiento, Teníamos los ingredientes sociales para un cambio mayor. Durante 60 años la educación era obligatoria para los chicos, por 60 años Túnez le dio igualdad de derechos a la mujer como ninguna otra sociedad árabe y desarrollamos una amplia clase media. Ese reclamo que se dio lamentablemente no era un modelo para exportar. Por eso creo que el cambio en mi país fue mucho más suave que en otros.
-A diferencia de sus vecinos, ¿por qué no hubo avances de los islamistas en su país?
-El apoyo a los partidos islamistas se encuentra entorno del 25% desde 2011. Básicamente porque los tunecinos siempre han tenido una práctica abierta del islam.
-Sin embargo, según las agencias de inteligencia occidentales, unos 3000 tunecinos habrían partido a Siria e Irak para sumarse a Estado Islámico. ¿Qué hay de cierto?
-Esta información no es de las agencias occidentales. Funcionarios de altos rangos tunecinos lo han dicho en el Parlamento. Pero eso es imposible saberlo. Nadie ha contado cuántos tunecinos se sumaron. Y la mayoría de los que lo hicieron no fueron por cuestiones ideológicas, sino por razones económicas. Fueron comprados por esos movimientos; no todos, pero si la mayoría.
-¿Cómo está la economía tunecina?
-En 2011, cuando los jóvenes se levantaron, pedían libertad y dignidad. Hoy hay una amplia base de libertad, pueden expresarse y no hay restricciones. Desafortunadamente, el desarrollo económico todavía no alcanzó el nivel para satisfacer las necesidades de esos jóvenes y darles una mejor vida. Es una de las deudas que tiene esta transición. Y el gobierno es consciente de este desafío, generar más empleos, hacer de Túnez más amigable a las inversiones, hacer del país y su posición estratégica un vínculo de comercio con Europa y otros estados africanos
-¿Cuál es el objetivo de su visita a la Argentina?
-La idea es profundizar la relación con la Argentina, cooperar en investigación científica, en agricultura. Consolidar una asociación muy activa en el campo de la industria farmacéutica. Y expandir nuestro mercado de fosfato y fertilizantes a la Argentina. Queremos identificar un número de proyectos donde se beneficien las empresas de ambos países.