Tsai Ing-wen: una mujer pragmática para hacer frente al poderío de China
TAIPEI.- Antes de conocer la emoción de la victoria que anteayer la coronó como primera mujer elegida presidenta en Taiwán, Tsai Ing-wen conoció el amargo sabor de la derrota hace cuatro años, cuando los votantes le dieron la espalda.
Tsai es una pragmática que fue elegida para revertir el declive de la economía taiwanesa y equilibrar el fervor nacionalista con la realidad de tener que mantener lazos con China continental. Pero según los analistas, lo que ayudó a consagrarla ganadora no fue tanto apelar a las pasiones de sus votantes, sino un compromiso de por vida con la hábil construcción política.
En 2008, fue elegida a la cabeza del Partido Democrático Progresista (PDP), tras sucesivas debacles en elecciones legislativas y presidenciales. Tsai heredó un partido arrasado. Chen Shui-bian, que en 2000 se había convertido en el primer presidente del PDP tras romper el eterno dominio del Koumintang chino, había renunciado y estaba siendo procesado. Más tarde, sería condenado por malversación de fondos y cobro de sobornos.
"Ése tal vez fue el peor momento en la historia del PDP -dice Joseph Wu, secretario general del partido-. La moral estaba por el piso y nadie quería asumir el mando."
Tsai fue elegida presidenta del PDP como una especie de curadora del partido, pero no tardó en demostrar su enorme capacidad para saldar las deudas y organizar a los candidatos para las elecciones locales y extraordinarias.
En 2012 fue la candidata presidencial de su partido y perdió en un final cabeza a cabeza con Ma Ying-jeou, del Kuomintang.
"Aunque en 2012 perdió, su campaña concitó mucho más apoyo que el que tuvimos en 2008 -dice Wu, secretario general del PDP-. Tanto el partido como los seguidores de Tsai parecieron reconocer en ella a una líder natural y a la más capaz para llevar al partido a la victoria."
Hace cuatro años, su candidatura fue duramente socavada por las críticas del Kuomintang y de las autoridades de Estados Unidos, que afirmaban que una presidencia de Tsai tensaría aún más las relaciones con China, que considera a Taiwán como parte de su territorio. Pero en esta elección Tsai cambió su enfoque y supo defenderse mejor de esos ataques. Históricamente, el PDP ha abogado por la independencia de Taiwán, pero en esta última campaña Tsai se comprometió a mantener el statu quo.
"Ha elaborado un modo complejo y velado de hablar del tema de las relaciones con el continente -dice Shelley Rigger, profesora de política del sudeste asiático de la Universidad Davidson, en Carolina del Norte-. Ha adoptado una posición más sutil y, por lo tanto, no sólo permite sino que invita a la interpretación."
Ex profesora de leyes, Tsai tiene 59 años, es soltera y no tiene hijos. Se formó en la Universidad Nacional de Taiwán, en Cornell y en la London School of Economics. Y a diferencia de muchos políticos del PDP, no viene de la militancia de base, sino de haber escalado cargos burocráticos en el partido.
Durante la década del 90, Tsai fue negociadora comercial y luego fue asesora del Consejo Nacional de Seguridad, bajo la presidencia de Lee Teng-hui. En 2000, al ser elegido presidente, Chen la nombró al frente del Consejo de Asuntos Continentales, el organismo que atiende las relaciones con China. Más tarde se afilió al DPD y en 2004 fue elegida para el Parlamento.
Tsai también es conocida por su determinación y habilidad a la hora de arrear a los elementos díscolos de su partido. "Es un cuadro político con mucha fuerza -señala el profesor Johnatan Sullivan, experto en China de la Universidad de Nottingham-. Que nadie se deje engañar por su callada modestia."
A diferencia de otros prominentes políticos de su partido, Tsai no es una fogosa oradora. Pero el miércoles pasado, en el último acto de campaña en el estadio central de béisbol de Taichung, miles de personas esperaron bajo la lluvia para escuchar su discurso.
Cuando Tsai ocupó el podio, la multitud tronó. La hoy presidenta criticó al Kuomintang por asustar a los votantes con la potencial inestabilidad que generaría la llegada al poder del DPD. "Pero no hay vuelta atrás. Yo sé que no hay otro camino que la reforma", dijo Tsai.
La preocupación inmediata de la presidencia de Tsai será revitalizar la economía. Durante el último trimestre se produjo una contracción del PBI, que en el último año habría crecido un magro 1%. Su campaña hizo énfasis en la innovación y en mejorar las relaciones comerciales con el sudeste de Asia, Japón y Estados Unidos. El Kuomintang, por su lado, siguió concentrado en la importancia del comercio con China.
Y si bien el manejo de las relaciones con China no está al tope de la agenda de Tsai, según la profesora Rigger, ese tema seguirá siendo un enorme desafío. "Por más que ella pretenda dejar todo como está, no va a tener más remedio que ocuparse de eso", concluye.
La líder paciente y dialoguista
Tsai Ing-Wen
Presidenta electa de Taiwán
Profesión: docente
Edad: 59 años
Tsai, durante la campaña, adoptó fue ambigua sobre la independencia del país y prometió mantener relaciones "cordiales" con China, que reclama a la isla como parte de su territorio
Traducción de Jaime Arrambide
Austin Ramzy
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