Trump se queja tras el ataque en Christchurch
WASHINGTON.- El presidente norteamericano, Donald Trump, se quejó ayer de que algunos periodistas supuestamente lo culpen de la masacre de 50 personas en el ataque a dos mezquitas en Nueva Zelanda.
"Los 'Fake News Media' (medios de noticias falsas) está trabajando tiempo extra para culparme del ataque horrible en Nueva Zelanda", escribió Trump a sus más de 59 millones de seguidores en Twitter.
"Tendrán que trabajar muy duro para probar eso -siguió-. ¡Muy ridículo!".
Trump se refería a las críticas ante su respuesta al ataque, que presuntamente fue perpetrado por un nacionalista blanco, de 28 años, que aseguró estar reivindicando el genocidio contra los blancos.
En un largo escrito, el supuesto asesino se refirió a Trump como "un símbolo de renovación de la identidad blanca".
En varias ocasiones, Trump escribió en Twitter para condenar el ataque "horrible" y para ofrecer asistencia de Estados Unidos a las autoridades de Nueva Zelanda.
Sin embargo, el viernes fue ambiguo ante la controversia al minimizar las implicaciones de la ideología del tirador, diciendo que la violencia por el nacionalismo blanco no es un problema creciente.
"Es un pequeño grupo de personas", dijo.
Esto desató críticas de los miembros del Partido Demócrata, que dijeron que estaba enviando señales contradictorias, cuando debería enfrentar más claramente lo que muchos expertos dicen que es un problema creciente de nacionalistas blancos que se manifiestan contra musulmanes, judíos, inmigrantes y otras minorías.
Celeridad y reforma
En este contexto, el gobierno neozelandés llegó ayer a un "principio de acuerdo" para endurecer la legislación sobre el acceso a las armas, según anunció la primera ministra, Jacinda Ardern, días después del ataque contra las dos mezquitas en la ciudad de Christchurch.
Según Ardern, los detalles de las medidas se darán a conocer antes de una reunión del gabinete el próximo lunes, y consideró que "el momento de actuar es ahora".
Ardern anunció también una investigación sobre el ataque contra dos mezquitas el viernes en Christchurch, que planteó dudas sobre cómo el presunto autor -un supremacista blanco de nacionalidad australiana- no fue detectado por las agencias de inteligencia del país.
Aunque aún deben debatirse los detalles, la rapidez de la decisión de Nueva Zelanda tuvo impacto en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, donde se reclaman reformas desde hace décadas y cada vez que hay una matanza resurge el mismo debate.
Agencias AFP, ANSA y Reuters
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