Trump deja en suspenso el pacto con Irán y se aleja de las potencias
El anuncio de que no certificará el acuerdo atómico con Teherán, vigente desde 2015, fue criticado por Francia, Alemania y Gran Bretaña; el presidente le dio un plazo al Congreso para que revise el tratado
WASHINGTON.- Donald Trump se dispuso ayer a dinamitar otro puente entre Estados Unidos y el resto del mundo, el segundo en la misma semana, al asestar un fuerte revés al acuerdo nuclear con Irán, vigente desde 2015 y negociado por Barack Obama y los líderes de otras cinco potencias, que cuestionaron públicamente la decisión.
"Anuncio que no podemos ni haremos esta certificación [del acuerdo nuclear]. No continuaremos un camino cuya conclusión predecible es más violencia, más terror y una amenaza muy real de un avance nuclear de Irán", dijo el presidente republicano durante un discurso en la Casa Blanca, un día después de sacar al país de la Unesco, la agencia de la ONU para la cultura y la educación.
Trump tomó distancia del acuerdo largamente negociado por los miembros del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia), junto con Alemania, y que obliga a Irán a deponer sus ambiciones de fabricar armas atómicas. El presidente decidió no certificar el acuerdo, como establece la ley. El gobierno debe comunicar al Congreso cada 90 días si Irán cumple las condiciones del pacto. Luego de certificarlo en dos ocasiones desde que asumió su cargo, Trump anticipó que no lo hará mañana, cuando vence el plazo para la nueva certificación.
Los líderes de Francia, Alemania y Gran Bretaña advirtieron a Trump que no debía cortarse por su cuenta. "Alentamos al gobierno y al Congreso de Estados Unidos a considerar las consecuencias a la seguridad de Estados Unidos y sus aliados antes de tomar una medida que pudiera minar el tratado, como reimponer sanciones sobre Irán levantadas bajo el pacto", dijeron en un comunicado conjunto el presidente francés, Emmanuel Macron; la canciller alemana, Angela Merkel, y la premier británica, Theresa May.
Desde Teherán, el presidente iraní, Hassan Rohani, dijo que Trump "no puede hacer lo que quiere", ya que el pacto fue ratificado por la ONU. "No es un acuerdo bilateral", señaló. "¿Cómo hace Trump para reivindicar el rol de paladín contra lo nuclear cuando fue Estados Unidos el primero en usarlo no una vez, sino dos, contra otro país?", concluyó.
Trump le pasó la pelota al Congreso para que durante 60 días trabaje en un proyecto para remediar los "numerosos defectos" del pacto y asegurarse de que Irán no pueda amenazar a Estados Unidos con armas nucleares. Por ahora, el tratado se mantiene. "Si no somos capaces de alcanzar una solución trabajando con el Congreso y nuestros aliados, el acuerdo será rescindido", advirtió, al tiempo que definió a Irán como "el principal patrocinador del terrorismo en el mundo".
El presidente se mostró cercano a la posición de Israel, que siempre desconfió del tratado, y distante del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), según el cual Irán cumplió sus compromisos.
Con su estilo grandilocuente, afirmó incluso que el pacto que Obama negoció durante 15 meses era "una de las peores y más desequilibradas transacciones jamás emprendidas por Estados Unidos", además de haber sido la salvación política y económica a la "dictadura iraní".
"¿Cuál es el propósito de un acuerdo que, en el mejor de los casos, sólo retrasa la capacidad nuclear de Irán por poco tiempo?", insistió.
El pacto tiene como objetivo garantizar el carácter exclusivamente civil del programa nuclear iraní, a cambio del levantamiento de las sanciones económicas que luego de diez años de aplicación sistemática pusieron de rodillas al país.
Durante esos años, Teherán eludió las inspecciones a sus centros de investigación atómica, a pesar de los repetidos reclamos de la ONU y de las grandes potencias, una actitud esquiva que multiplicó las sospechas de que su objetivo era dotarse de armas nucleares.
Todo cambió desde la firma del acuerdo, y todo puede volver atrás a partir de las declaraciones de Trump, que además anticipó, en un comunicado de la Casa Blanca anterior al discurso, "duras sanciones" contra los Guardianes de la Revolución, el ejército de elite iraní.
"La conducta temeraria del régimen iraní y de la Guardia Revolucionaria en particular significa una de las amenazas más peligrosas para los intereses de Estados Unidos y la estabilidad regional", señala el comunicado, donde el gobierno cuestiona a las fuerzas de elite por apoyar la "campaña implacable de violencia brutal", del líder sirio, Bashar al-Assad, aliado de Teherán.
"Hay muchas personas que creen que Irán está negociando con Corea del Norte", se despachó Trump, al unir en una frase a dos de sus principales enemigos en política exterior.
Agencias AP, DPA, AFP y Reuters
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