Trump amenaza con reprimir con el ejército las protestas contra el racismo
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó hoy ya no sólo con apelar a la Guardia Nacional sino a recurrir al ejército si los gobernadores demócratas locales no responden con dureza contra la violencia en las protestas por el crimen de George Floyd.
"¡Cruzar las fronteras estatales para incitar a la violencia es un delito federal! Los gobernadores y alcaldes liberales deben endurecerse o el gobierno federal intervendrá y hará lo que sea necesario, y esto incluye el poder ilimitado de nuestro ejército y muchos arrestos", escribió el republicano en Twitter.
Crossing State lines to incite violence is a FEDERAL CRIME! Liberal Governors and Mayors must get MUCH tougher or the Federal Government will step in and do what has to be done, and that includes using the unlimited power of our Military and many arrests. Thank you!&— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 30, 2020
La advertencia se conoció varias horas después de que medio centenar de grandes ciudades norteamericanas fueran escenario de violentos disturbios y represión policial en protestas por el crimen del afroamericano George Floyd, asfixiado por un policía blanco.
"Pónganse duros, alcaldes y gobernadores del Partido Demócrata. Estas personas son anarquistas. Llamen a nuestra Guardia Nacional ahora. El mundo los está mirando y riendo", afirmó el presidente en Twitter.
"¿Es eso lo que Estados Unidos quiere?", añadió e invocó la "ley y el orden", especialmente en Filadelfia, contra los "saqueadores".
"¡Terrible! Dónde están los arrestos y condenas a largo plazo en la cárcel?", dijo en referencia a la golpiza a un hombre que defendía su tienda en Dallas de algunos manifestantes durante la protestas.
Frente a este panorama, las autoridades decretaron el toque de queda nocturno en un total de 25 ciudades de 16 estados, entre ellas Minneapolis, epicentro de las protestas raciales y de los disturbios.
Previamente, Trump había dicho que Estados Unidos designará como organización terrorista al movimiento de extrema izquierda Antifa (abreviatura de "antifascista"), al que ya responsabilizó previamente por los disturbios.
Pese a que el policía Derek Chauvin fue imputado por el asesinato las protestas continúan creciendo, e incluso se replicaron en varias ciudades alrededor del mundo.
En las últimas horas, una decena de gobernadores –entre ellos los de Minnesota, Ohio, Georgia, Colorado, Wisconsin, Kentucky, Texas, Utah, Washington y Misuri– solicitaron públicamente la intervención de distintas fuerzas para intentar contener los disturbios.
Según declaraciones de fuentes del Pentágono realizadas a ABC News, el secretario de Defensa, Mark Esper, le ofreció al gobernador de Minnesota, Tim Walz, el estado epicentro del conflicto, el despliegue de la Policía Militar, aunque el gobernador declinó la propuesta a la espera de ver el efecto de la movilización de unos 2500 efectivos de la Guardia Nacional presentes en la ciudad desde hace unas horas.
Solo en Los Ángeles, ciudad que dictó el toque de queda hasta las 5:30 de la madrugada de hoy, se registraron 500 arrestos en las últimas 24 horas, lo que hace temer que se repitan los sucesos de 1992. Ese año, el asesinato a manos de la policía de Rodney King, otro ciudadano afroamericano, desató una ola de protestas que terminó con 50 muertos y 2000 heridos.
Otro centenar de personas fue detenido en Nueva York, con protestas en Harlem, Brooklyn, Queens y a las puertas de la Trump Tower, el emblema del imperio financiero del presidente, en Manhattan. Sin embargo, los enfrentamientos más graves se produjeron en el barrio de Flatbush, donde un coche de la policía arrolló a varios manifestantes, cuyas imágenes se viralizaron en las redes sociales.
Entre las personas arrestadas en Nueva York, se encontraba la hija del alcalde Bill De Blasio, quien había asegurado que que los manifestantes son agitadores anarquistas con una "agenda explícita de violencia".
Un hotel propiedad de Trump en Chicago también fue epicentro de enfrentamientos en esa ciudad, en la que más de 3000 personas se echaron a la calle y protagonizaron un choque con la policía. La alcaldesa de esa ciudad, Lori Lightfoot, también impuso el toque de queda.
En el condado Miami-Dade, en el sureño estado de Florida, se adoptó la misma medida, mientras que la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes en las ciudades de Jacksonville y Orlando y confirmó la detención de 38 personas.
El precandidato presidencial del Partido Demócrata, Joe Biden, se involucró en la polémica haciendo equilibrios entre el respaldo a las protestas y la crítica a la violencia. "Protestar tal brutalidad es correcto y necesario. Es una respuesta completamente estadounidense. Pero la quema de comunidades y la destrucción consiguiente no lo es", matizó el líder demócrata que buscará este año desplazar a Trump de la Casa Blanca.
Agencias AP y ANSA
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