Tras varios pasos en falso, Rusia encontró tácticas que le están funcionando y confía en ganar una guerra prolongada
Para revertir la situación, el gobierno de Kiev reclama más armas de Occidente y ayuda para entrenar nuevos soldados.
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KIEV.- Apoyada en su superioridad numérica y su mayor poder de fuego, Rusia avanza a paso lento pero seguro sobre el este de Ucrania, erosionando poco a poco a las fuerzas de Kiev y dejando montado el escenario para una prolongada guerra de desgaste donde los ucranianos necesitarán más armas de Occidente y ayuda para entrenar nuevos soldados, con la esperanza de revertir la situación.
Tras numerosos pasos en falso, Rusia parece haber encontrado las tácticas que le funcionan. La fase inicial de la invasión estuvo marcada por la arremetida fallida del ejército de Moscú hacia el interior profundo del territorio ucraniano, donde perdió varias unidades de élite. Pero ahora las fuerzas rusas avanzan metro a metro, con la cobertura de su implacable artillería.
“En cada kilómetro cuadrado que ocupa, Rusia concentra una masa de artillería pesada y armamento a los que no podemos hacer frente”, confesó el secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Oleksiy Danilov. “Y eso les da la ventaja”.
En los últimos días, Ucrania acertó varios contragolpes efectivos con los lanzacohetes de largo alcance proporcionados por Estados Unidos y otros aliados occidentales. Pero el cambio táctico de Rusia interpela a los países que apoyan a Ucrania, que ahora enfrentan la posibilidad de un conflicto interminable.
Durante el fin de semana, Rusia tomó la ciudad de Lysychansk y de esa manera completó la ocupación del óblast de Lugansk. Ahora está bombardeando los pocos focos remanentes de resistencia ucraniana en el vecino óblast de Donetsk.
Aunque tuvo que acotar sus objetivos inmediatos a la toma del este de Ucrania, el objetivo estratégico de Rusia –el control total de Ucrania– sigue siendo el mismo. El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, dijo el martes que Rusia pretende desmilitarizar Ucrania y forzarla a adoptar un estatus neutral, según informó la agencia de noticias rusa RIA.
La declaración de Patrushev “sugiere que el Kremlin se prepara para una guerra prolongada con la intención de ocupar una porción mucho más grande de Ucrania”, manifestó el martes a través de un informe el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington.
El éxito de Moscú en la región oriental de Ucrania tiene reminiscencias de guerras rusas anteriores. Como hizo en Chechenia en la década de 1990, Rusia compensa las falencias de su infantería con el uso masivo de artillería pasada.
Ucrania ofrece una feroz resistencia para que Rusia pague un alto precio por cada kilómetro ocupado, pero preservando suficientes tropas como para ir retrocediendo lentamente hasta posiciones más defendibles, a la espera de nuevos envíos de armamento pesado de Occidente. A los rusos les consumió dos meses la toma de Severodonetsk.
Algunos mandatarios occidentales temen que a pesar de su fuerte determinación, Ucrania no pueda ganar, en medio de un conflicto sin final en ciernes que corroe la economía del país y expone a su ejército a la irremontable superioridad numérica de los rusos.
Y aunque Occidente ha ampliado su ayuda militar, el gobierno de Kiev dice que necesita más y advierte que llevará tiempo entrenar a los soldados en el uso de esos nuevos sistemas de armas múltiples que envían Estados Unidos y sus aliados.
Informe
En un informe difundido esta semana, el Instituto Real de Servicios Unidos, un grupo de expertos británicos, dijo que Ucrania necesita artillería de largo alcance para contrarrestar los sistemas avanzados que tiene Rusia.
El informe señala que los aliados de Ucrania tienen capacidad de compensar esas falencias, pero en una especie de reconocimiento de las complicaciones que entraña el manejo de varios sistemas de armas diferentes, agrega que “el éxito no se logrará con entregas a cuentagotas de muchos equipos de armas diferentes, cada una de las cuales requiere capacitación, mantenimiento y logística propios”.
El secretario Danilov dijo que las fuerzas armadas ucranianas están agotando sus armas y municiones de la era soviética y que gradualmente se están convirtiendo en un ejército dependiente de la OTAN.
El funcionario agregó que el arribo de los sistemas de lanzamisiles múltiples ligeros (HIMARS), el mes pasado, permitió que Ucrania atacara objetivos rusos a mayor distancia, antes fuera del alcance de las armas ucranianas.
Danilov confirmó que hay nueve sistemas HIMARS o similares, donados por Estados Unidos y sus aliados, que ya están operativos y con efectos devastadores para el enemigo. “Los rusos están indefensos ante estas armas”, dijo Danilov. “Están muy preocupados.”
La semana pasada, un ataque con HIMARS destruyó un puesto de comando ruso en la ciudad oriental de Izium, y el lunes, un alto funcionario de Kiev confirmó que el sistema también fue usado para bombardear la Isla de las Serpientes, un pequeño pero importante puesto en el Mar Negro que Rusia abandonó la semana pasada.
Pero Danilov dijo que su país necesitaría decenas de sistemas HIMARS para volcar la balanza en Ucrania oriental. Por el momento, agregó, Ucrania tendrá que seguir luchando a la defensiva.
El informe del Real Instituto de Servicios Unidos señala que la escasez de infantería y operadores de blindados bien capacitados limita las posibilidades de que Ucrania lance una contraofensiva. Además, dice el informe, el incesante fuego de la artillería rusa sobre las fuerzas ucranianas también les impide ponerse al ataque.
Danilov señaló que a cuatro meses de la invasión, el arsenal de Rusia también da señales de agotamiento, y que Moscú ya no tendría fuerza suficiente para lanzar un ataque multifrontal.
El funcionario dice que Moscú está lanzando misiles de la era soviética, de menor precisión, al interior del territorio ucraniano, sin importarle si hacen blanco en objetivos civiles. La semana pasada, un misil hizo impacto en un barrio de la ciudad de Odessa, en el sur de Ucrania, donde según el gobierno de Kiev murieron al menos 21 civiles.
La intención de esos ataques con misiles, dijo Danilov, sería erosionar el apoyo a la guerra de la opinión pública ucraniana, que por abrumadora mayoría sigue negándose a un acuerdo de paz con Moscú que implique cederle el territorio perdido a las fuerzas rusas.
Danilov reconoció que el alto nivel de consenso que tiene entre los ucranianos la idea de una contraofensiva puede ser un punto de fricción con algunos de los aliados de Ucrania, que se han comprometido a apoyar al país hasta que gane, aunque sin especificar qué implica esa victoria.
“Nosotros queremos la victoria, que para nosotros es la devolución de nuestros territorios y la seguridad de que no se producirá otro ataque”, dijo Danilov. “La gran pregunta es si nuestra victoria coincide con la victoria tal como la entienden los aliados que nos ayudan.”
Por Allan Cullison
Traducción de Jaime Arrambide
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