Tras obtener asilo político en Bélgica, Rafael Correa afirmó que la Convención de Ginebra lo reconoció como un “perseguido político”
“Ellos son los corruptos”, dijo el expresidente de Ecuador, que cargó contra la Justicia y parte de los medios de comunicación
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Después obtener formalmente el asilo político en Bélgica, el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, celebró esa decisión con la que queda dado de baja el pedido de extradición contra él desde Quito. “Es el reconocimiento de que los corruptos son ellos y nosotros, perseguidos”, afirmó el antes mandatario, que hizo una feroz crítica a la Justicia de su país y también a parte de los medios de comunicación.
Desde esa nación europea donde vive hace cinco años por estar casado con la belga Ann Malherbede, Correa dijo que la Convención de Ginebra -que regula el derecho internacional humanitario- “es taxativa” y que una de las “pocas causas” por las que otorga el asilo es por persecución política.
“¿Crees que Bélgica se prestaría a la corrupción? ¿Que si fuéramos corruptos nos darían asilo político? La Convención de Ginebra está reconociendo que somos perseguidos políticos, que no somos corruptos, que los delincuentes siempre han sido ellos”, planteó en Radio 10 el expresidente ecuatoriano, quien está prófugo de la Justicia después de ser condenado a ocho años de prisión por cohecho, en el caso conocido como Sobornos 2012-2016.
Convencido de que es víctima del lawfare, Correa sostuvo que como Ecuador es “un país marginal”, no se conoció la “guerra judicial” en su contra. Así, comparó su realidad con la de otros mandatarios con los que supo tener sintonía y dijo que este proceso de judicialización de la política fue más visible en el caso la vicepresidenta argentina, Cristina Kirchner, y de los expresidentes brasileños Luiz Inácio “Lula” da Silva y Dilma Rousseff. “Si hubiese pasado en Nicaragua o Venezuela, hubiera dado la vuelta al mundo”, acotó sobre su situación.
En ese sentido, aseveró que los jueces en su país “buscan quebrarte económicamente, emocionalmente y familiarmente, quebrándote la vida” y bajo esa línea, afirmó: “No tenemos Estado de derecho, sino de opinión. No se juzga en los tribunales, sino en los titulares. En Ecuador es imposible ganar algo, todo está podrido, es una putrefacción total”.
Además, y en una firme postura contra los medios de comunicación, Correa aseguró: “No podemos hablar de democracia cuando tenemos una prensa tan desestabilizadora del sistema democrático”. Insistió, sobre eso, en que la sociedad “delegó la custodia de la verdad a la prensa” y que los medios “robaron y prostituyeron” esa verdad. “Mientras América Latina tenga esta prensa, no tendremos democracia”, indicó, taxativo.
Sin embargo, se mostró esperanzado con la posibilidad de retornar al poder de su nación en algún momento -ahora presidida por Guillermo Laso- y dijo que su “proyecto vital” está en su patria. Reveló, asimismo, que estos “no son los momentos más felices” de su vida, pero “tampoco los más duros” y arengó a sus seguidores. “Ellos no van a prevalecer, nosotros vamos a prevalecer, pero el costo y el daño es inmenso. Al final les vamos a ganar, vamos a prevalecer”, cerró.
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