Tras los pasos de Cristina, la primera dama de Perú gana poder
Nadine Humala es una figura clave en el gobierno de su marido, Ollanta
Con una mirada es capaz de indicarle a su esposo lo que puede decir o no. Sólo con que ella le toque el brazo, él sabe si su discurso está en el camino correcto o tiene que cambiar de tema. Da órdenes a través de su Twitter e incluso aparece en las fotos oficiales al lado de su marido aunque se trate de reuniones bilaterales con otros presidentes. Está claro que Nadine Heredia, la primera dama peruana, no es una figura decorativa.
Como sucedió con la ahora presidenta Cristina Fernández y Néstor Kirchner en la Argentina, y con Sandra Torres y el ex mandatario Alvaro Colom, en Guatemala, hoy la oposición y la prensa peruana hablan del "cogobierno" formado por Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia. Para muchos, ella es la persona que más influye en el presidente y quien tiene el verdadero poder en el gobierno.
"La impresión de que existe un cogobierno es compartida por muchos, por la gran influencia que tiene en las decisiones del presidente. Ella participa en las sesiones de ministros y no le corresponde, porque no tiene ningún cargo. Hubo nombramientos de ministros y de funcionarios que sólo se explican por su cercanía con Nadine", dijo a LA NACION José Luis Sardón, analista político peruano.
Alfredo Torres, presidente ejecutivo de la encuestadora de Ipsos Apoyo, coincidió con Sardón e indicó que, durante el inicio del gobierno de Humala, Nadine "tuvo un rol importante en la selección de los principales ministros del gabinete" y que "ayudó a su marido a moderarse".
Comunicadora de profesión, con 36 años recién cumplidos, tres hijos y casada con Humala desde 1999, Nadine creció en una familia de militantes del partido socialdemócrata APRA. Junto con su marido fundó el Partido Nacionalista Peruano y se convirtió en una pieza clave en las campañas de 2006 y 2011, año en el que finalmente Humala alcanzó la presidencia.
"Es una mujer muy preparada y desde el punto de vista académico tiene una mejor formación que el presidente. Tiene la virtud de comunicar bien, que su marido no posee, y por eso tiene tanto protagonismo", explicó Fernando Tuesta, director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica del Perú.
Más allá de la influencia que tiene en las decisiones de su esposo, hay un hecho que marca el peso de Nadine en el gobierno de Humala: dispone de un despacho y de un presupuesto –algo inusual para una primera dama– y cuenta con un equipo de periodistas que comunica sus actividades.
Ese enorme poder llevó a su propio cuñado a definirla como "la copresidenta del país" y le valió numerosas críticas de la prensa y de la oposición. Tuesta destacó que, aunque se la critica por ser la vocera del presidente sin tener oficialmente el cargo, lo que más molesta es que Nadine rompió con el rol tradicional de las primeras damas peruanas. "Ellas jugaron siempre un rol de acompañantes, con un papel más silencioso y vinculado a la beneficencia, y Nadine rompió con ese esquema", apuntó el analista.
Pese a que en los últimos sondeos la imagen positiva de la primera dama bajó con respecto de abril, aún ostenta un robusto 56%. "Desde el comienzo del mandato de Humala, Nadine superó a su esposo por más de cinco puntos en popularidad; esto es porque aparece siempre en los momentos positivos", explicó Torres.
Es por ese gran apoyo popular y por el perfil de primera dama fuerte que muchos la imaginan como una posible candidata a la presidencia de Perú en 2016, pese a que ella insiste en que sólo es "la esposa del presidente".
Si decide ir por la candidatura, el camino no será fácil: en Perú existe un impedimento legal que prohíbe a los familiares directos de los presidentes presentarse como candidatos. Y los analistas advierten que el costo que debería pagar el oficialismo para cambiar la Ley Orgánica de Elecciones podría ser demasiado caro: tendrían que hacer una alianza con el fujimorismo y se rumorea que a cambio pedirían el indulto del ex presidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad.
"En estos meses, Nadine aprendió mucho y puede llegar a ser una potencial política, pero veo difícil una candidatura en 2016, para eso hacen falta alianzas que implican más costos que beneficios", expresó Tuesta.
Quienes la conocen dicen que Nadine no cambiaría el acceso a la candidatura por el indulto a Fujimori. El tiempo dirá si la primera dama traicionará sus convicciones para poder llegar al asiento presidencial en la Casa de Pizarro.
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