Tras la “victoria pírrica” en la reforma de pensiones, Emmanuel Macron retoma la iniciativa con tres ambiciosos planes
El mandatario presentó una hoja de ruta con tres nuevos proyectos para aplicar en el resto de su mandato, consciente de que las protestas persisten
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PARIS.- En un intento por apaciguar la cólera de grandes sectores de la sociedad francesa por su promulgada ley de la jubilación, Emmanuel Macron se dirigió hoy por televisión al país para proponer una nueva etapa de apaciguamiento y de diálogo con todos los actores sociales. Consciente de que las protestas persisten, el presidente francés insistió en que su reforma era “necesaria”, pero también propuso tres nuevos proyectos para los cuatro años restantes de su quinquenio: mejorar el mundo del trabajo, acelerar la industrialización y perfeccionar el orden institucional.
“¿Acaso se trató de una reforma (jubilatoria) aceptada? Evidentemente, no”, reconoció el jefe del Estado. A pesar de “meses de concertación” con los actores sociales, Macron “lamenta” no “haber podido obtener un consenso” sobre ese proyecto que llevará la edad del retiro de 62 a 64 años de aquí a 2030.
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— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) April 17, 2023
En un discurso pregrabado de menos de 15 minutos, donde apareció más distante y frío que de costumbre, el presidente afirmó haber entendido en las manifestaciones que marcaron el país estos últimos tres meses “más bien una especie de cólera generalizada”.
“Cólera ante un trabajo que no permite vivir bien a demasiados franceses, debido a los precios que no dejan de aumentar…”, dijo. Macron aseguró que “nadie, sobre todo yo, puede permanecer sordo ante la demanda de justicia social y renovación de nuestra vida democrática. Una reivindicación expresada en particular por la juventud”.
Frente a esa situación social cada vez más tensa, pero decidido a dejar atrás la crisis provocada por la ley jubilatoria, el presidente propuso tres grandes proyectos para los cuatro años que quedan de su segundo quinquenio en el poder.
El primero tendrá como objetivo el mundo laboral. Entre las pistas evocadas, y consciente de que una de las principales críticas es la verticalidad con la que ejerce el poder, Macron aseguró querer abrir “sin límites ni tabúes una serie de negociaciones” sobre todos los temas ligados al trabajo: la mejora salarial, la repartición de la riqueza, la reconversión profesional, el empleo de los seniors. Un trabajo que debe obligatoriamente contar con la participación de las organizaciones patronales y sindicales. Las primeras deben ser recibidas el martes por el gobierno, mientras que las segundas han rechazado hasta el momento la invitación del presidente. El objetivo declarado de Macron: crear un “nuevo pacto para la vida en el trabajo” en las próximas semanas.
“No hay libertad sin leyes, sin sanciones contra aquellos que transgreden el derecho de otros”, advirtió el presidente, refiriéndose al segundo gran proyecto por venir: reforzar el orden republicano.
Con ese objetivo, Macron prometió que el Estado “sumará más de 10.000 magistrados y agentes” y “creará 200 nuevas brigadas de gendarmería destinadas a las zonas más aisladas del país”. El presidente aseguró que esa lucha “contra toda forma de delincuencia y de fraudes” será uno de los motores “de la acción del gobierno”.
Sobre esas cuestiones, “anuncios importantes” serán realizados “a partir del mes de mayo”. Macron también prometió reforzar “el control de la inmigración ilegal, integrando mejor al mismo tiempo a quienes se suman a la sociedad francesa”.
En el terreno institucional, el presidente afirmó querer “luchar contra el sentimiento persistente de que votar ha dejado de significar decidir”. Un guiño a la crisis democrática denunciada por algunos líderes sindicales, como Laurent Berger, de la central socialista CFDT. Para remediar, Macron propondrá “pistas importantes” que deberían mejorar la eficacia de las instituciones y la participación popular, tomando como ejemplo “la convención ciudadana sobre el fin de la vida”, una reflexión pluridisciplinaria, con participación popular, que concluyó en un catálogo de propuestas al ejecutivo que debe tomar decisiones sobre el suicidio asistido y la eutanasia.
Reconociendo la ira de los franceses que “tienen la sensación de cumplir con su parte, sin ser recompensados por sus esfuerzos, ni en ayudas ni en servicios públicos eficaces”, Macron aseguró que se harán los esfuerzos necesarios.
“Son nuestros servicios públicos que deberán responder a esa esperanza, desde la primera infancia hasta la vejez”, dijo. En los hospitales públicos, “en los próximos dos años, deberíamos haber terminado con el congestionamiento de los servicios de urgencia”, prometió.
El tercer proyecto concierne la reindustrialización del país. Haciendo un listado de los avances obtenidos en estos años, así como el gran número de nuevos emprendimientos industriales, el presidente señaló que Francia se ha convertido en el principal destino de los inversores internacionales.
Desmintiendo los rumores de un cambio de equipo gubernamental, el presidente dijo que será la actual primera ministra, Elisabeth Borne, quien detallará la semana próxima esos grandes proyectos. El jefe del Estado se fijó un plazo de tres meses, precisamente el 14 de julio —día nacional francés— para hacer “un primer balance” de la nueva hoja de ruta del gobierno.
El paisaje optimista del jefe del Estado, que fue acompañado por cacerolazos en varias ciudades del país, dejó de mármol a los responsables sindicales y a los partidos de oposición de extrema derecha y de izquierda, que denunciaron a “un presidente desconectado de la realidad, aislado, que persiste en una práctica obtusa del poder”, según Marine Le Pen, presidenta de La Reunión Nacional (ex Frente Nacional).
“Se trató más bien del discurso del método por décima vez. Nada de concreto”, criticó Laurent Berger, el más dialoguista de los líderes sindicales. Para él, “el apaciguamiento había que hacerlo antes. Sobre la cuestión que provocó el estallido social, la reforma jubilatoria, no dijo una sola palabra”.
La intersindical confirmó, por su parte, la gran jornada de movilización prevista para el 1° de mayo.
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