Tras la revelación de duras críticas, el papa Francisco participó del funeral del cardenal que dijo que su pontificado es “una catástrofe”
Presidió la parte final de la misa de exequias del australiano George Pell, que tuvo lugar en el Vaticano y que fue concelebrada por el secretario privado de Benedicto, quien también cuestionó a Bergoglio
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ROMA.- Como si nada hubiera pasado, ignorando que salió a la luz que él fue el autor de un “memorando” en el que definió su pontificado “una catástrofe” y un “desastre”, el papa Francisco despidió hoy al influyente cardenal conservador australiano, George Pell, en un funeral en la Basílica de San Pedro.
Como suele ocurrir con los cardenales que mueren en Roma –como Pell, que inesperadamente falleció el martes, a los 81 años, tras sufrir un paro cardíaco luego de una operación de cadera-, el papa Francisco presidió la parte final de las exequias, llamadas la ‘Ultima Commendatio’ y la ‘Valedictio’, cuando el ataúd recibe las últimas bendiciones.
El funeral del primer “zar” de las finanzas del Vaticano nombrado por Francisco para hacer limpieza, tuvo lugar a las 11.30 locales, fue presidido por el cardenal italiano Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio, y concelebrado, entre otros, por el arzobispo alemán, Georg Ganswein, secretario privado de Benedicto XVI, papa emérito. Este prelado en los últimos días estuvo en el ojo de la tormenta por la salida de un libro autobiográfico considerado inoportuno y que ventila trapos sucios.
En una ceremonia con decenas de personas, también estuvieron presentes varios otros cardenales, entre ellos el italiano Angelo Becciu, prelado en el banquillo en un juicio por corrupción y desvío de fondos que está también dando mucho que hablar en el Vaticano.
Además estuvieron familiares de Pell, entre ellos, su hermano David Pell, autoridades de su país y el presidente del episcopado australiano, Timothy Costello, arzobispo de Perth, y otros prelados.
Los restos del purpurado australiano, arzobispo emérito de Sydney y que fue juzgado y luego absuelto en un juicio por abuso sexual de dos monaguillos, volverán a su madre patria y serán sepultados en la catedral de esa ciudad.
Críticas a Francisco
El “memorando” en vista del cónclave que elegirá el sucesor de Francisco, en el que se criticaba ácidamente este pontificado por su “confusión”, comenzó a circular el 15 de marzo pasado en forma anónima en el blog del vaticanista italiano Sandro Magister. Al día siguiente de la muerte de Pell, Magister reveló que el australiano había sido el autor del texto que ataca duramente a Francisco.
Pell, evidentemente uno de los líderes de la oposición conservadora que se prepara para la sucesión del papa argentino, también dejó escrito un artículo durísimo en el semanario británico The Spectator en el que fustigó el actual sínodo sobre sinodalidad (caminar juntos) en curso en la Iglesia católica de todo el mundo, la gran apuesta de Francisco para esta fase de pontificado, que definió “una pesadilla tóxica”.
En su sermón, el cardenal Re, famoso diplomático de la Santa Sede, por supuesto ignoró todo lo anterior. Destacó, al principio, “el inesperado cierre de la existencia” de Pell, que había participado del funeral del papa emérito, el 5 de enero pasado. “Él estuvo presente junto a nosotros y pese a sus 81 años parecía en buen estado de salud”, subrayó. Amén de la “prematura muerte”, el cardenal Re recordó que “en múltiples situaciones” Pell fue un protagonista “decidido” y “caracterizado por un carácter fuerte que a veces podía aparecer duro”.
Aunque no lo dijo, aludió a la oposición que Pell, famoso por su estilo directo y poco diplomático, encontró en la curia cuando, al ser nombrado en 2014 al frente de la Secretaría para la Economía creada por Francisco, comenzó a implementar reformas para que hubiera más transparencia en las finanzas.
“Los últimos años de su vida estuvieron marcados por una injusta y dolorosa condena. En junio de 2017 fue acusado de abusos sexuales en Australia y la conclusión del proceso fue una condena de cárcel”, recordó Re, que precisó que Pell pasó 404 días en la celda de dos cárceles de máxima seguridad, en Melbourne y después, en Barwon, que incluyeron un período de aislamiento.
“En abril de 2020 la Suprema Corte australiana lo absolvió y finalmente pudo salir de prisión. Fue una experiencia de gran sufrimiento, soportada con confianza en el juicio de Dios, dando ejemplo de cómo aceptar las penas aun si injustas con dignidad y paz interior”, elogió. “La fe y la oración fueron para él un gran consuelo y respaldo en este triste asunto”, agregó, al recordar que Pell publicó un diario de esos días de encierro.
“Hombre de Dios y hombre de Iglesia, lo caracterizaron una profunda fe y gran firmeza de doctrina, que siempre defendió sin titubeos y con coraje, preocupado solamente de ser fiel a Cristo. Como ha destacado varias veces, le dolía el debilitamiento de la fe en el mundo occidental y la crisis moral de la familia”, también destacó Re. “A Dios, bueno y rico de misericordia, encomendamos este hermano nuestro, rezando para que Dios lo reciba en la paz y en la intimidad de su amor”, concluyó.
Varios observadores creen que la muerte de Pell dejó descabezada a la oposición a Francisco.
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