Tras la muerte de Campos, el socialismo le da todo su respaldo a Marina Silva
Pese a su reticencia inicial, el PSB anunció su apoyo; esperan a 100.000 personas en el entierro del líder
SAN PABLO.-Después del visto bueno que la familia de Eduardo Campos le dio a su compañera de fórmula Marina Silva para ser la nueva candidata a la presidencia, llegó finalmente el apoyo del hasta ayer reticente Partido Socialista Brasileño (PSB) a la ex senadora para las elecciones del próximo 5 de octubre.
"La candidatura de Marina contempla nuestro proyecto. Será una solución de continuidad. El PSB va a indicar al nuevo vice", dijo Roberto Amaral, actual presidente del PSB -y quien más se oponía a la nominación de la ecologista- al diario Folha de S. Paulo.
Campos y otras siete personas murieron el miércoles pasado en un accidente de avión en Santos.
Fuentes cercanas a Marina también confirmaron que, teniendo el apoyo del PSB, ella está dispuesta a competir por la presidencia de Brasil. Ahora falta decidir quién acompañará a la ex ministra de Medio Ambiente de Lula da Silva en la fórmula.
El nombre que más fuerte sonaba ayer era el del diputado de Río Grande do Sul Beto Albuquerque, hoy candidato al Senado. El anuncio oficial deberá realizarse el próximo miércoles, en Brasilia.
Marina le confió a su círculo íntimo que tiene la intención de conducir la campaña de la misma forma que Campos lo haría, actuando como líder de una coalición y no sólo como la cabeza de Red Sustentabilidad, el futuro partido que pretende crear.
La ex senadora se unió en octubre pasado al PSB, después de que el Tribunal Superior Electoral brasileño vetó la inscripción de su agrupación para disputar las elecciones que van a realizarse en menos de dos meses.
Tras aliarse con los socialistas, Marina aceptó postularse como vicepresidenta de Campos, pese a que contaba con un caudal electoral mucho más grande que el del fallecido candidato.
En las elecciones presidenciales de 2010, la ecologista se alzó con casi 20 millones de votos e incluso antes de pasarse a las filas del ex gobernador de Pernambuco, las encuestas la ubicaban en el segundo lugar de la carrera electoral, sólo nueve puntos detrás de la presidenta brasileña y candidata a la reelección, Dilma Rousseff.
Recluida en su departamento de San Pablo desde el día del accidente que terminó con la vida de Campos y otras seis personas, Marina viajó en la mañana de ayer rumbo a Recife, capital de Pernambuco, para participar del funeral de su ex compañero de fórmula.
"Providencia divina"
Ya en la ciudad natal de Campos, dijo a medios brasileños que no embarcó en el avión que cayó el miércoles pasado en Santos por "providencia divina".
"Fue providencia divina, yo, Renata [viuda de Campos], Miguel [quinto hijo de la pareja] y [el asesor Rodrigo] Molina, que no estuviéramos en aquel avión", dijo Marina, refiriéndose a los familiares que acostumbraban a viajar con el candidato.
El cuerpo de Campos llegó a Recife a las 22 de ayer. Unas horas después comenzó el velorio, en el Palacio del Campo de las Princesas, sede del gobierno de Pernambuco.
Las autoridades esperan entre 100.000 y 150.000 personas en las calles de Recife durante el fin de semana. Muchas de ellas comenzaron a hacer filas desde anteayer para tener un lugar privilegiado en el último adiós al líder fallecido.
Rousseff, el ex presidente Lula da Silva; el candidato a la presidencia por el PSDB, Aécio Neves; decenas de gobernadores, y autoridades confirmaron su presencia en el funeral.
Después del velorio habrá una misa frente al Palacio de Gobierno. Sobre el cajón será colocada una bandera de Brasil y una foto de Campos que ya fue elegida por su mujer, Renata.
Cerca de las 17, el cuerpo será llevado en un camión de bomberos hasta el lugar del entierro, en el cementerio Santo Amaro, en Recife. Campos descansará junto a los restos de su abuelo, el ex gobernador de Pernambuco, Miguel Arraes.
El candidato murió el miércoles pasado cuando la avioneta en la que viajaba junto a seis personas cayó en Santos, a 75 kilómetros de San Pablo, en donde iba a cumplir con compromisos de campaña.
Campos estaba en tercer lugar en la corrida por la presidencia, con un 8% de los votos. Dialogador y conciliador, a sus 49 años, era considerado uno de los principales exponentes de la nueva generación política de Brasil.
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