Tras la frase de Alberto Fernández: ¿por qué la extrema derecha llegó al gobierno de Holanda?
El Partido por la Libertad (PVV) logró una victoria inédita en noviembre pasado y su líder, el euroescéptico y xenófobo Geert Wilders, se convirtió en una pieza clave para formar la coalición gobernante; este martes se definió el nombre del próximo primer ministro
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El expresidente Alberto Fernández analizó ayer por la tarde el impulso que están teniendo los partidos de extrema derecha en todo el mundo durante su paso por el canal de streaming Gelatina con el objetivo de explicar por qué se produjo el ascenso de Javier Milei. Según él, la causa del crecimiento de este fenómeno global recae en la pandemia, inclusive en los países con “más libertades” como los Países Bajos.
“Esto que nos pasa a nosotros, no nos pasa solo a nosotros. Está pasando en el mundo. Tras la pandemia apareció un movimiento global que es el de la extrema derecha, que le hizo creer al mundo que estaba sometido a regímenes totalitarios porque los encerraban y no los dejaban salir de sus casas. En verdad, lo que uno hacía era cuidar la salud del otro. Y esa prédica fue prendiendo en la cabeza de muchos”, apuntó en diálogo con Pedro Rosemblat.
Por esa razón, indicó el abogado, “pasa que en España existe Vox, en Italia lo echaron a [Mario] Draghi para hacer subir a alguien que se calificaba de fascista”, en referencia a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
El exjefe de Estado se detuvo para hablar puntualmente sobre el caso de Holanda, donde el Partido por la Libertad (PVV) liderado por el ultraderechista populista Geert Wilders se impuso en las elecciones legislativas de noviembre y se ha convertido en la clave para formar un gobierno de coalición en el país.
“¿Conoces un país con más libertades que Países Bajos? No hay. En los Países Bajos la prostitución se ejerce en las vidrieras... no me gusta llamarlo así, pero podés ir y negociar directamente con las prostitutas que se exhiben en las vidrieras; querés comprar drogas, te las venden; querés comprar hongos alucinógenos, te los venden. Ahí hoy ganó la extrema derecha”, apuntó Fernández.
Los comentarios de Alberto Fernández llegaron precisamente un día antes de que Holanda definiera a su primer ministro. La coalición de gobierno nombró este martes al exdirector del Servicio General de Inteligencia y Seguridad Dick Schoof, un funcionario que “no es partidista y, por lo tanto, está por encima de los partidos, tiene integridad y es muy comprensivo”, sostuvo el ultraderechista Wilders.
El PVV de Wilders logró a mediados de mes un acuerdo a cuatro bandas para la formación de un gobierno liderado por su partido, pero sin la presencia de los principales líderes de las formaciones. El propio Wilders ya renunció meses atrás a encabezar el Ejecutivo para facilitar un acuerdo, dado que sus socios no lo querían en esa posición debido a su perfil extremista -un líder euroescéptico y xenófobo-. Aún así, el PVV desempeñará un papel central en el nuevo gobierno.
¿A qué se debe el ascenso de la extrema derecha en Holanda?
Desde Italia con Meloni, la Hungría de [Viktor] Orbán, a los Demócratas de Suecia, la extrema derecha lleva tiempo ganando terreno en Europa. El nacionalista PVV holandés ha sido desde su fundación en 2006 un partido que impulsaba un solo tema, con su oposición a la inmigración y el Islam como mensaje, siendo esta religión “el mayor problema en los Países Bajos”, ha declarado Wilders.
Sin embargo, su ascenso excede a ese único tema. En noviembre, los propios votantes tenían motivaciones encontradas: muchos votaron por el PVV en protesta por los altos precios y la crisis inmobiliaria, y por el agotamiento del reinado de 13 años de Mark Rutte como primer ministro, un giro marcadamente hacia la derecha que también fue visible en Italia después del sólido aunque aburrido mandato del primer ministro Mario Draghi, según analizó The Washington Post.
Hubo un factor externo crucial para impulsar a la extrema derecha en el país: la guerra entre Israel y Hamas. Las protestas pro-palestinas, propagadas en Ámsterdam y muchas otras capitales europeas y del mundo, incentivaron los temores de los votantes en torno a la inmigración musulmana y los efectos colaterales desde Oriente Medio.
Este cambio en el pensamiento del electorado se vio reflejado principalmente en las encuestas, dado que antes del ataque del 7 de octubre contra Israel, el PVV ocupaba un distante cuarto lugar.
Como suele ser el caso, el descontento económico se cruza de maneras complejas con la ansiedad por la inmigración. Como explicó un votante del PVV al Post: “Somos un país rico, pero ¿cómo es que en Holanda tenemos que pagar tanto y, sin embargo, les dicen a los inmigrantes: ‘Pasen, tomen lo que quieran, les daremos todo’?”.
También, el ascenso de la ultraderecha en Países Bajos puede deberse simplemente a que los votantes creen en su atractivo más que en el pasado. “Las encuestas durante la campaña mostraron que los votantes holandeses estaban más preocupados por la atención sanitaria, la integridad del gobierno y la seguridad económica”, señaló The Economist. “Pero la antipatía hacia los inmigrantes también ocupaba un lugar destacado en la lista. Muchos holandeses culpan a los inmigrantes de exacerbar la escasez de viviendas. Casi ningún partido cuestionó el consenso”.
Ann-Cathrine Jungar, politóloga de la Universidad Södertörn de Suecia, apuntó en conversación con The Washington Post: “Los partidos de extrema derecha y sus agendas han entrado en la corriente dominante. Son la nueva normalidad”.
Quién es Schoof
El propuesto primer ministro para Holanda, Dick Schoof, de 67 años, es hoy el funcionario de mayor rango del Ministerio de Justicia y tiene perfil técnico. Antes dirigió el Servicio General de Inteligencia y Seguridad (AIVD, en sus siglas neerlandesas) y fue el Coordinador Nacional para la Lucha contra el Terrorismo (NCTV). Schoof supone una figura de consenso que permite seguir adelante con las negociaciones para cubrir el resto de los puestos ministeriales.
Schoof militó en la socialdemocracia, aunque ya no tiene carné del partido y ha desarrollado su carrera como alto funcionario del Estado. En una entrevista concedida este marzo a la revista liberal de izquierda De Groene Amsterdammer, Schoof pidió “un poco más de reflexión” ante los resultados electorales del pasado 22 de noviembre. “El Estado de derecho y la democracia siempre están sujetos a cambios”, dijo. Respecto a la caída del anterior gobierno por diferencias en las normas de asilo, señaló: “La política decide, no la función pública”.
Schoof conoce bien el funcionamiento del Ejecutivo y no solo ha estado en contacto estrecho con el Gobierno en sus años al frente de los servicios secretos y la lucha antiterrorista. Tiene, además, gran experiencia como gestor de crisis, entre ellas la desatada por la tragedia del vuelo MH17 de las líneas aéreas malasias, abatido en 2014 sobre Ucrania por un misil de fabricación rusa. Schoof coordinaba entonces la lucha antiterrorista en Holanda. Dirigió a su vez el Servicio de Inmigración y Naturalización y este es uno de los apartados más conflictivos del plan de Gobierno presentado por la coalición de derechas. El nuevo Ejecutivo prevé pedir permiso a la Comisión Europea para no participar en la política comunitaria de asilo y migración.
Holanda celebró en noviembre de 2023 elecciones anticipadas después de que el primer ministro Rutte anunciara la disolución del Gobierno el pasado verano debido a disputas internas en materia migratoria. Rutte anunció su retirada de la vida política una vez que se nombrara su scuesor.
Agencia DPA, AP, Reuters y diario The Washington Post
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