Tras el avance militar de Azerbaiyán, los armenios separatistas disuelven la autoproclamada República de Nagorno Karabaj
El primer ministro armenio acusó a Azerbaiyán de “limpieza étnica” y urgió a la comunidad internacional a “actuar”
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GORIS, Armenia.- Los armenios de Nagorno Karabaj anunciaron este jueves la disolución de la república separatista que defendieron durante tres décadas, una semana después de la victoria militar de Azerbaiyán, que obligó a huir a más de la mitad de la población.
Para Azerbaiyán y su presidente, Ilham Aliyev, el resultado es una restauración triunfal de la soberanía sobre una zona reconocida internacionalmente como parte de su territorio, pero cuya mayoría étnica armenia obtuvo la independencia de facto en una guerra en la década de 1990. Para los armenios, es una derrota y una tragedia nacional.
En un decreto, Samvel Shajramanyan, dirigente del enclave de mayoría armenia, anunció la disolución de “todas las instituciones gubernamentales y organizaciones (...) a 1° de enero de 2024″. Esto significa que “la república de Nagorno Karabaj”, conocida por los armenios como Artsaj y fundada hace más de tres décadas, “cesa su existencia”.
El decreto subraya que una vez conocidas las condiciones para el regreso de la región al control azerbaiyano, los habitantes y refugiados de etnia armenia podrán “tomar individualmente la decisión de permanecer o regresar a Nagorno Karabaj”.
Desde Ereván, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, dijo que según sus previsiones “en los próximos días no habrá armenios en Nagorno Karabaj”, después de que huyeran del enclave unos 70.000, más de la mitad de la población.
Pashinyan acusó a Azerbaiyán de “limpieza étnica” en este territorio del Cáucaso, y urgió a la comunidad internacional a “actuar”.
Azerbaiyán niega esa acusación y afirma que no está obligando a la gente a marcharse y que reintegrará pacíficamente la región de Karabaj y garantizará los derechos cívicos de los armenios étnicos.
Pero los armenios de Nagorno Karabaj dicen que no se fían de esa promesa, conscientes de la larga historia de derramamiento de sangre entre ambas partes, incluidas dos guerras desde la desintegración de la Unión Soviética. Llevan días huyendo en masa por la serpenteante ruta de montaña que atraviesa Azerbaiyán y conecta Nagorno Karabaj con Armenia.
“Es doloroso. Toda nuestra vida ha quedado reducida a polvo”, dijo Lilit Grigorian, una maestra de 32 años que esperaba con su hijo en Goris, una ciudad armenia situada junto a la frontera.
Artsakh President Samvel Shahramanyan convened a Security Council meeting on the situation caused by Azerbaijan’s large-scale military aggression.
— Artsakh Defense Forces (@Karabakh_MoD) September 20, 2023
President highlighted that the imperative of ensuring the physical safety of the population is forcing to take appropriate steps. pic.twitter.com/M89PV03jcO
Huida en masa
La región montañosa está dentro de las fronteras internacionales de Azerbaiyán. Los armenios hicieron secesión con la desintegración de la Unión Soviética, y desde entonces estuvieron enfrentados al poder azerbaiyano, con el que libraron dos guerras, una de 1988 a 1994 y la segunda el otoño de 2020, en la que perdieron varios territorios.
La semana pasada Azerbaiyán lanzó una ofensiva militar relámpago y obligó a los armenios a capitular en 24 horas, sin que intervinieran los soldados rusos de mantenimiento de la paz, desplegados allí desde finales de 2020.
Armenia, que apoyó durante décadas a ese territorio, tampoco intervino militarmente esta vez, lo que abrió la vía a la reintegración efectiva de la región a Azerbaiyán.
Desde entonces, decenas de miles de armenios huyeron de las tropas azerbaiyanas, por temor a la represión, a través del corredor de Lachín, la única ruta que conecta Nagorno Karabaj con la República de Armenia.
🇦🇲🇦🇿 Miles de civiles armenios de Nagorno Karabaj huyendo de la región tras la llegada del ejército de Azerbaiyán. pic.twitter.com/Dp7rJqpj1I
— Descifrando la Guerra (@descifraguerra) September 25, 2023
Las autoridades armenias dieron parte, el jueves, de la llegada de más de 70.500 desplazados procedentes del enclave, es decir, más de la mitad de su población, de 120.000 habitantes oficialmente.
El gobierno armenio sólo pudo alojar de momento a 2850 personas, lo que hace presagiar una crisis humanitaria. “Armenia carece de recursos y no podrá conseguirlo sin ayuda extranjera”, dijo a AFP el analista político Boris Navasardyan.
El Kremlin, en tanto, indicó que “toma nota” del anuncio de la disolución de la república autoproclamada de Nagorno Karabaj pero señaló que “no ve razones” para que la gente se vaya del enclave.
Por su parte, el Parlamento armenio anunció que en su reunión plenaria del martes votará la ratificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), para disgusto de Rusia, que cuando Ereván expresó su intención de adherirse a ese tribunal, tildó la decisión de “inamistosa”.
El presidente Vladimir Putin es objeto de una orden de arresto emitida por esa corte por la presunta “deportación ilegal” de menores ucranianos desde el comienzo de la invasión rusa.
Más de 100 desaparecidos
Para añadir al sufrimiento en Nagorno Karabaj, más de 100 personas siguen desaparecidas tras la explosión de un depósito de carburante tomado por los habitantes, la noche del lunes. El drama causó al menos 68 muertos y 290 heridos.
Las autoridades azerbaiyanas detuvieron el miércoles al empresario Ruben Vardanyan, que dirigió el gobierno separatista armenio del enclave de noviembre de 2022 a febrero de 2023, cuando intentaba llegar a Armenia.
Fue acusado de financiar el terrorismo y de crear una organización armada ilegal, según el servicio de seguridad del Estado azerbaiyano, y puesto en detención provisional por cuatro meses.
Refiriéndose a quienes decidan eventualmente quedarse, el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, prometió que se “garantizarán” los derechos de los armenios del enclave.
La ofensiva de la semana pasada dejó 213 muertos del lado armenio. Bakú reportó haber perdido a 192 de sus soldados y a un civil.
Tras el llamamiento a proteger los civiles lanzado el martes por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, su homóloga alemana, Annalena Baerbock, pidió a Bakú autorizar la entrada en Nagorno Karabaj de observadores internacionales.
Samantha Power, directora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), dijo esta semana que había oído “informes muy preocupantes de violencia contra civiles”.
Los desplazamientos masivos han sido una característica del conflicto del Karabaj desde que estalló a finales de la década de 1980, cuando la Unión Soviética se encaminaba hacia su colapso.
Entre 1988 y 1994, unos 500.000 azerbaiyanos de Karabaj y sus alrededores fueron expulsados de sus hogares, mientras que el conflicto provocó la salida de 350.000 armenios de Azerbaiyán y de 186.000 azerbaiyanos de Armenia, según el libro de 2003 “Black Garden: Armenia and Azerbaijan Through Peace and War”, del estudioso y analista del Cáucaso Thomas de Waal.
Agencias AFP, ANSA y Reuters
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