"Todo el mundo corría, veíamos caer gente baleada ante nuestros ojos"
"Era como disparar a peces en un barril", dijeron testigos, que se sintieron a merced del atacante
LAS VEGAS.- Al principio parecían fuegos artificiales, pero después el significado de esos atronadores ruidos empezó a circular desordenadamente entre la inmensa multitud.
La gente se enteró cuando oyó los gritos, cuando vio caer cuerpos ensangrentados alrededor o cuando notó que otras personas corrían despavoridas hacia las salidas, pisando a las iban quedando en el piso.
Aterradas, muchas personas siguieron sus instintos y se acuclillaron o tiraron cuerpo a tierra, sin darse cuenta de que habían quedado expuestas a un tirador situado muy por encima de ellas, mientras que otras se metieron por las calles y edificios circundantes dejando atrás mochilas, carteras y zapatos perdidos en medio del pánico.
Cuando amaneció, quedó a la vista el feroz saldo que dejó la matanza en un festival nocturno de música country al aire libre: al menos 58 víctimas mortales, según datos de la policía, y 515 heridos, ya sea por arma de fuego o al escapar para refugiarse.
Un hombre fuertemente armado y encaramado en el piso 32 del hotel y casino Mandalay Bay había disparado sobre una multitud que la policía estimó en 22.000 concurrentes.
Jamey Eller, de 66 años, dice que ella y sus amigas estaban en el Route 91 Harvest Festival y se tiraron al piso no bien escucharon el primer disparo. "Y después, cuando llegó la segunda ronda de tiros, empezamos a arrastrarnos cuerpo a tierra."
Pero como la balacera seguía, "nos miramos y empezamos a decirnos que había que salir de ahí -relata Eller-. No sabíamos para dónde agarrar. No se oían más que disparos, era como si nos vinieran persiguiendo por detrás".
La policía no reveló de inmediato qué clase de arma usaba el atacante, pero en los videos posteados por los testigos era patente el fuego rápido típico de un arma totalmente automática, como una ametralladora. El atacante era Stephen Paddock, de 64 años, de la localidad de Mesquite, Nevada, sin historial delictivo relevante. Las unidades SWAT inundaron el hotel a partir del piso 29, registrando cuarto por cuarto, hasta encontrar al agresor en su habitación del piso 32, "con 10 rifles extras", señaló Lombardo.
"Creemos que el individuo se suicidó justo antes de nuestro ingreso."
Eric Paddock, un hermano de Stephen Paddock que vive en Orlando, Florida, le dijo a la prensa que su hermano "no era en absoluto un tipo fanático de las armas", y agregó: "Estoy tan consternado como si hubiese matado a mis propios hijos".
"El simple hecho de que tuviese ese tipo de armas? ¿de dónde diablos sacó armas automáticas?", se preguntó Paddock.
"Nunca estuvo en el ejército ni nada de eso -agregó-. Era un tipo que vivía en una casa en Mesquite y que iba a apostar en auto a Las Vegas."
Dice que recientemente habían intercambiado mensajes para comentar cómo la estaba pasando la madre de ambos tras el huracán Irma.
Jake Owen, el cantante country que justo estaba sobre el escenario junto a Aldean cuando empezaron los disparos, dijo que desde donde estaba apostado Paddock "era como disparar a peces en un barril".
"Los disparos duraron por lo menos 10 minutos, sin exagerar. No paraban", aseguró Owen.
Los sobrevivientes relatan haber escuchado ronda tras ronda de disparos. "Todo el mundo corría, veíamos caer gente baleada ante nuestros ojos -dice Gail Davis, uno de los testigos-. Nunca tuve tanto miedo en mi vida. No puedo entender que pase algo así."
El Centro Médico Universitario, donde funciona el único centro de traumatología de nivel uno del estado de Nevada, recibió a 104 pacientes, que llegaron en ambulancias y autos particulares. "Desde que empezaron a llegar, no pararon", dice Danita Cohen, administradora del hospital.
En una noche cualquiera, el centro de traumatología recibe entre 8 y 10 víctimas de accidentes de tránsito, pero el equipo médico recibe entrenamiento regular para responder a eventos de víctimas en masa.
"Nunca habíamos tenido un volumen de pacientes de este nivel", dijo Jennifer Cooper, vocera del hospital.
Las historias de las víctimas que viajaron al festival
Adrian Murfitt, pescador
Había estado trabajando todo el verano como pescador de salmón en su estado natal de Alaska. Era hora de un descanso. Junto con dos amigos reservó tickets para el festival de música country en Las Vegas. "Estaba pasándola tan bien cuando recibió un disparo en el cuello", relató a la familia Brian MacKinnon, un amigo de Adrian
Sonny Melton, 29 años
Cuando Sonny Melton y su esposa, Heather Gulish, oyeron el sonido de disparos en Las Vegas, él la agarró y comenzó a correr. "Sentí que le disparaban en la espalda", dijo Gulish a WCYB, una estación de televisión. "Quiero que todos sepan que es un hombre bondadoso y cariñoso, pero ahora no puedo hablar", agregó
Lisa Moreno Muniz, preceptora
El año pasado, el marido de Lisa, Chris, olvidó su aniversario de casamiento. Este año estaba decidido a compensarlo. Así que hizo un gran gesto, planeó un fin de semana de cuatro días en Las Vegas y compró entradas para ver a su cantante de country favorito, Jason Aldean
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