Chile se lanza a la carrera regional para fabricar aviones no tripulados
El ejército probó con éxito el primer drone desarrollado en el país, destinado a tareas de monitoreo y rescate; la tecnología, cada vez más usada en América latina, no tiene regulación
SANTIAGO, Chile.– Ampliamente cuestionados por el polémico uso que les ha dado Estados Unidos en operaciones militares en países como Yemen, Somalia y Paquistán, los aviones no tripulados, también llamados "drones", ganan cada vez mayor espacio en los cielos de América latina.
En lo que fue calificado como un formidable y pionero avance de su tecnología aeronáutica, el ejército chileno realizó el fin de semana con éxito el vuelo de prueba de su sorprendente primer drone de desarrollo estrictamente local, una política contraria a la llevada hasta ahora por los países de la región, más propensos a la importación de este tipo de vehículos aéreos.
El avión, que mide 1,60 metros de largo y 2,70 de ancho, fue presentado la semana pasada en la escuela de suboficiales del ejército, en el marco de un seminario de tecnología militar, y fue comparado por algunos asombrados asistentes con la última versión del videojuego de consola Call of Duty, el mayor superéxito de ventas en simulaciones bélicas.
Bautizado Láscar, en honor al volcán del mismo nombre, cuyo significado es "lengua de fuego" en el idioma de los antiguos habitantes de Atacama, el drone chileno es controlado por un oficial en tierra. Está diseñado para volar a una velocidad crucero de 80 kilómetros por hora y es capaz de obtener imágenes de alta resolución sin ser detectado.
Desarrollado y elaborado en conjunto por el ejército chileno, la Universidad de Concepción y una empresa privada, la gran misión de Láscar apunta al control de variables medioambientales y climáticas, tales como el monitoreo de ríos y fuentes hídricas, erupciones volcánicas, desastres naturales y operativos de rescate, monitoreo de incendios y prospección pesquera.
"Los sistemas aéreos no tripulados de la dimensión del tamaño que diseñamos funcionan sobre la base de dos plataformas: área y terrestre", explicó el mayor Flavio Narváez, en referencia al avión y al vehículo encargado de transportar el sistema.
Acaso por el complejo contexto del inicio del juicio en La Haya por el diferendo marítimo entre Chile y Perú, y las crecientes acusaciones de Bolivia de que el gobierno del presidente Sebastián Piñera busca incrementar su poderío bélico, la noticia fue manejada en un discreto segundo plano, pese a que el flamante ministro de Defensa, Rodrigo Hinzpeter, fue testigo del vuelo experimental.
"[Con el Láscar podremos] tener un avión que permite funcionamiento para objetivos militares, pero también permite búsqueda y rescate de personas. ¿Cuántas veces se nos extravían chilenos o turistas? También permite monitorear incendios forestales, que siempre se producen", dijo Hinzpeter.
De acuerdo con el comandante de educación y doctrina del ejército, el general Bosco Pesce, Hinzpeter se comprometió a desembolsar los recursos para la construcción de 18 drones, que estarían operativos el marzo de 2014. "Esto no significa amenaza alguna para los países de la región. Brasil y la Argentina también desarrollan sus propias tecnologías y es algo normal. Casi una exigencia de ejércitos modernos", dijo a LA NACION el analista de defensa chileno Daniel Prieto Vial.
"Es un avioncito de reconocimiento. Recién ahora nos estamos metiendo en esto", agregó Prieto, que precisa que el gobierno de Chile ya cuenta con aviones no tripulados israelíes, que fueron adquiridos después del violento sismo de 2010.
Aquella vez, en un capítulo que pasará a la historia, la entonces presidenta Michelle Bachelet tardó horas en informarse del estado del desastre en el país porque no pudo encontrar un helicóptero que la trasladara.
Tal adquisición, formalizada por el ex ministro de Defensa Andrés Allamand en septiembre del año pasado, consistió en tres drones Hermes 900, producidos por la empresa israelí Elbit Systems, que tardarán dos años en entrar en funcionamiento y serían utilizados para el control del contrabando, la inmigración ilegal y el narcotráfico en el norte del país.
"Pájaros metálicos"
El panorama regional también apunta a la masificación de los "pájaros metálicos" para un futuro no muy lejano. Brasil, por ejemplo, cuenta con dos UAV israelíes (Hermes 450), planea comprar 14 IAI Heron, para que operen en el Mundial de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016, y proyectó el desarrollo de drones propios (su nombre será Harpia), a través de una joint venture entre la estatal Empresa Brasileira de Aeronáutica y la israelí Elbit Systems.
Ecuador, por su parte, tiene seis IAI Heron, que utiliza para vigilar el narcotráfico en alta mar. Y Venezuela, que ya tendría en su poder el Mohajer 2 iraní, presentó el mes pasado un nuevo drone fabricado en Caracas por ingenieros capacitados en Teherán.
Las desconfianzas se acrecientan, más aun luego de que la revista norteamericana Wired diera a conocer que el gobierno de Barack Obama planea enviar drones norteamericanos a sobrevolar América latina. Éstos serían el Predator, el Reaper y el Global Hawk, todos modelos que cumplen misiones de espionaje y ataque en Afganistán y están armados no sólo con cámaras, sino también con mortíferos misiles.
Huérfanos de una legislación que limite sus alcances, los drones responden en la región a acuerdos peregrinos, como el que obliga a México, la Argentina, Brasil y Chile a utilizarlos sólo para fines pacíficos. En virtud de ello, no son pocos quienes piden que esto sea regulado por el Consejo de Defensa de la Unasur o por la propia ONU.
Los drones en América latina
- Brasil
En 2009 adquirió dos drones Hermes 450 para patrullar fronteras y favelas; planea sumar otras 14 unidades - México
Tiene un Hermes 450 para controlar su frontera Norte
- Venezuela
Desarrolló su propio modelo, el ANT-1X; además, trabaja junto a Irán en la construcción de nuevos drones